REAL MADRID 3 - ALAVÉS 2

El Real Madrid no aprende: Ancelotti avisó, se habló en el vestuario y las protestas pueden traer consecuencias

Casi todos los cracks han sido amonestados por aspavientos o reclamaciones a los colegiados. Vinicius ya está a dos amarillas de cumplir ciclo.

Ancelotti dialoga con Muñiz Ruiz a la conclusión del partido ante el Alavés. /REUTERS
Ancelotti dialoga con Muñiz Ruiz a la conclusión del partido ante el Alavés. REUTERS
Manuel Amor

Manuel Amor

Este Real Madrid no entiende de alegrías completas. Ayer, cuando su juego gustaba y la victoria ante el Alavés cogía olor a goleada (3-0), sufrió una desconexión y acabó por sufrir para ganar (3-2). Ancelotti también se fue disgustado por un factor que le preocupa: Valverde, Vinicius y Modric vieron otras tres tarjetas por protestar… y ya son demasiadas amarillas por el mismo motivo. Mbappé, Bellingham y Vini acabaron con sanción el último partido contra el Espanyol por aspavientos y reclamaciones verbales contra Munuera Montero. El gallego Muñiz Ruiz se erigió ayer en el azote de los blancos.

El asunto inquieta, sobre todo, porque los de Ancelotti lideran con mucha diferencia el ranking de equipos castigados por protestar (nueve tarjetas). El Barcelona ha recibido una y el Atlético, ninguna. La diferencia resulta abismal. Carletto ya avisó la temporada pasada ("protestamos demasiado y vemos amarillas, no me gusta") y la nueva directriz del CTA ha endurecido todavía más el criterio. Todo gesto efusivo o comentario por lo bajini, especialmente si no eres el capitán, terminará en tarjeta. Valverde lo comprobó en el 4' (golpeó al aire tras una pugna con Luka Romero), Vinicius vio otra en el 30' por pedir una falta y Modric lo pagó al final al abrir los brazos y gritar.

Tras el encuentro, el entrenador habló sobre lo ocurrido e invitó a "adaptarse" a la norma: "La regla ha cambiado, hay que acostumbrarse y no lo hemos hecho. Tenemos que evitar la protesta y punto. Las seis amarillas son exageradas; tengo que hacer lo mío para frenarlo". Luego anticipó que charlarán del tema antes del derbi de este domingo: "Debemos evaluar lo que ha pasado. Y lo haremos entre nosotros. Justo o injusto, es lo que hay".

Ancelotti habla de las amarillas por protestar.

Un problema serio

Y el Madrid, visto lo visto, puede dar las gracias de no haber obtenido un saldo peor: Vinicius, con amonestación, se rio en la cara del cuarto árbitro al ser sustituido y mereció la expulsión. Una roja le hubiese hecho perderse el choque contra el Atlético del Metropolitano. La presencia de Mbappé está en duda (hay pesimismo antes de las pruebas) y no contar con su otra estrella hubiese colocado en un aprieto a Ancelotti. Al apreciar que el tiempo añadido era excesivo, Vini se retiró aplaudiendo y señalando al catalán Romero Freixas.

El brasileño tampoco aprende y su comportamiento puede costarle caro. No en vano, ha visto ya tres tarjetas por protestar en apenas seis jornadas y se encuentra a sólo dos de cumplir ciclo. Contra el Betis gesticuló contra Alberola Rojas, frente al Espanyol hizo lo propio con Munuera y ante el Alavés, por una queja sin importancia, también recibió una amarilla temprana. Se prevé que el derbi del Cívitas sea caliente (salió con castigo del partido de Copa de la 23-24) y ver una cuarta le colocaría en una situación límite. Además del duelo con los de Simeone, quedan Villarreal (5-O) y Celta (19-O) antes de recibir al Barça (26-O).

Otro de los que deben rebajar pulsaciones es Bellingham, que se jugó la expulsión contra los pericos ("qué pedazo de mierda", dijo en inglés a Munuera) y acostumbra a excederse. Los futbolistas rivales, de hecho, argumentan que Jude suele ser el jugador que más aprieta a árbitros y contrarios, a veces por encima de Vinicius pero con menos focos. Ancelotti ya le mandó un recado la temporada pasada después de su "it's a fucking goal" en Mestalla que le costó dos partidos de suspensión: "Ha aprendido bien lo que tiene que hacer: callarse".

El italiano alerta a sus pupilos sobre el asunto desde hace meses. En enero lo dejó claro después de un encuentro contra el Mallorca ("hemos protestado demasiado, vimos tarjetas y eso no me gusta") e incidió tras medirse al Rayo en febrero y que Carvajal y Camavinga cayesen en la trampa: "Hablaré a nivel personal con la plantilla". La charla se repitió en Valdebebas y, pese al compromiso de todos de reducir la intensidad de las reclamaciones, el grupo parece no haber asimilado la lección.

El criterio de los colegiados se ha fortalecido y Mateu Lahoz desveló en COPE que el CTA "se vanaglorió y felicitó a los árbitros" por su férrea aplicación del reglamento. Al Madrid puede traerle consecuencias y Ancelotti volverá a insistir esta semana: en boca cerrada no entran tarjetas… y parece más que necesario bajar el ritmo.