Una polémica medida del Barça de Laporta abre un precedente para acabar con los insultos en los estadios: "Es efectiva, pero injusta"
Por primera vez, el presidente responsabilizó al grupo de animación y les hace pagar las multas de Antiviolencia, en este caso la UEFA.
El presidente del FC Barcelona, Joan Laporta, ha cerrado 'sine die' la grada de animación del Estadi Olímpic de Montjuïc después de que este colectivo, formado por cuatro agrupaciones que engloban a unas 600 personas, se hayan negado a pagar los 21.000 euros -aproximadamente- que le reclama la entidad azulgrana por las multas de la temporada anterior. El acuerdo estaba firmado en el contrato que les une a ambas partes a comienzo de curso, y recién iniciado septiembre la junta directiva les ha reclamado esta cantidad, pero han recibido ya varias negativas. Le dieron un plazo que ya expiró, y ya ante Las Palmas este sector estuvo poblado de aficionados- turistas también- que compraron su entrada, por lo que Montjuïc ya no dispone de grada de animación.
Antes de indagar en el alcance de esta pionera y polémica medida, hay que desgranar la letra pequeña, especialmente la que explican los aficionados, pues la entidad no quiso manifestarse más allá de los comunicados oficiales que ha emitido. El primer asterisco está en que en el contrato de la campaña anterior, en la que el Barça fue multado con 21.000 euros por el Comité Antiviolencia tanto en las competiciones domésticas como en las europeas, no especificaba esta cláusula -según los grupos- por la que las multas las pagarían los aficionados. El segundo punto radica en algunos de los cánticos que se propagan desde este sector, especialmente el "Laporta no, Barça sí" que consideran que les ha penalizado [de hecho, en la protesta del sábado se corea esta frase, pero rápidamente la silencian porque puede tener consecuencias como los mismos manifestantes comentaron]. La propia Grada de Animació ha lanzado un comunicado donde destaca la falta de diálogo y la barrera social entre club y sus hinchas. Y es muy dura, porque acusa a Laporta y su junta de vender la entidad económicamente -con las palancas- y socialmente.
"Durante la última reunión de la temporada pasada, nos avisaron con los cánticos. Nos dijeron que no teníamos sanción, solo expedientes abiertos, que luego podrían acabar o no en sanción", explicó a Relevo uno de los responsables de la grada de animación. "Pedimos una relación de los expedientes para saber lo que podíamos o no cantar y les dijimos que si hubiera sanción nos avisaran. Y nunca lo hicieron. Ni nos avisaron ni nos enviaron los expedientes", finalizó. No obstante, la medida de Laporta, independientemente del motivo, va mucho más allá.
Desde Comité Antiviolencia del Consejo Superior de Deportes (CSD), que se encarga de valorar y expedir las sanciones, no recuerdan -dan constancia de que no hay precedentes- que un club responsabilice directamente a todo el grupo de animación y sean los encargados de pagar las multas por los insultos de la temporada, por lo que la medida del presidente azulgrana abre un precedente que es beneficioso en aras de acabar con los comportamientos indecorosos, pero la medida, cómo no, genera debate y desune socialmente a la entidad.
«Pagan justos por pecadores»
"Es una medida efectiva, pero considero que injusta. No es la manera de llevar un colectivo, especialmente si el objetivo es que se mantenga como tal", considera el abogado Arnau Baqué, quien presidió durante un tiempo la Grada Canito del Espanyol donde también hubo polémicas. "Nosotros creamos una asociación en la que yo era el presidente y nos relacionábamos con los Mossos y con el club como un ente externo. Todas las conductas inapropiadas eran a título personal", añade. Y reconoce que "el compromiso era el de expulsar a la gente que no cumplía. En nuestro caso tuvimos el famoso tema de la exhibición de banderas [el club impulsó de que solo hubiera blanquiazules]". Posteriormente, de ese sector provino la invasión de campo en el derbi del 0-4 en el que el Barça ganó el título del curso 2022-23.
Como explica Baqué y como han contado también los responsables de la grada de animación del FC Barcelona, hay un contrato con una serie de normativas, diferentes para cada club, en la que todos los miembros de esa grada o sector se acogen. Y eso va a misa. "Si está firmado, es lo que hay", añade Baqué, abogado de profesión, aunque insiste en que "suelen pagar justos por pecadores... Si una persona lanza un objeto y la multa es de 10.000 euros, el club puede reclamarlo por la vía civil". El problema surge cuando se trata a todos los miembros del grupo por igual.
La sanción de Indar Gorri y los últimos incidentes del Frente Atlético
Recientemente, Antiviolencia propuso una sanción de 60.001 euros para una persona que identificaron como el administrador de las redes sociales de Indar Gorri, el grupo ultra de Osasuna. En este caso, y a diferencia de lo propuesto por el FC Barcelona, la sanción es a una persona y no a todo el grupo de animación. También fue tan mediático como deplorable el comportamiento de varios aficionados del Frente Atlético en el último derbi jugado ante el Real Madrid en el Metropolitano. Antiviolencia propuso una multa de 3.000 euros -incluso en la Champions, en Benfica, fue de 30.000- que asumió la entidad rojiblanca, aunque se cerrara ese sector de la grada.
Después de acabar con los Boixos Nois en su primer mandato, que arrancó en 2003, a Laporta y a la junta directiva le preocuparon también imágenes como las que se vieron fuera de casa en la Champions, concretamente en el partido ante el Mónaco en el que hubo una pancarta con simbología nazi, que no pasó desapercibida para la UEFA que multó con 10.000 euros y con la prohibición de vender entradas para el siguiente desplazamiento en Belgrado. Desde el club temen que esos individuos se difuminen en la grada de animación. Y, ahora que se acerca la vuelta al Camp Nou, el presidente ha optado por una medida dura y disuasoria que acabará -con toda probabilidad y si no hay una reunión de mínimos- con la grada de animación. Y, de paso, abre un precedente en LaLiga.