FC BARCELONA - LAS PALMAS

La grada de animación protesta con un "Barça sí, Laporta no" que duró un segundo: "No, no, que hay que volver a entrar"

Un grupo de aficionados de la grada de animación, en plena batalla por el club, protesta en la zona del pebetero.

La grada de animación del FC Barcelona, este sábado ante Las Palmas, en los exteriores de Montjuïc. /CARDERO
La grada de animación del FC Barcelona, este sábado ante Las Palmas, en los exteriores de Montjuïc. CARDERO
Jordi Cardero

Jordi Cardero

Eclipsado por el 125 aniversario del FC Barcelona, que vive sus días grandes después del acto celebrado en el Gran Teatre del Liceu este viernes y del encuentro ante Las Palmas del sábado, hay otro foco social en la entidad, más diminuto e incómodo, pero que va por el camino de convertirse en uno de los problemas de la temporada para la junta directiva de Joan Laporta. Por segundo encuentro seguido -el primero fue ante el Brest en Champions-, la grada de animación permaneció vacía. El grupo y el club siguen a la greña y sin reunirse.

Antes del encuentro, y a diferencia del martes en la competición europea, la grada de animación celebró una protesta junto al pebetero del Estadi Olímpic de Montjuïc. No fue el grupo completo, pero sí fue representativo (unos 250 integrantes) de un colectivo que aglutina a diferentes peñas y grupúsculos del barcelonismo. Se podía leer una pancarta -'salvem la grada'- y hubo cánticos de todo tipo, incluso un momento revelador.

Una parte del grupo empezó a entonar el "Barça sí, Laporta no', pero apenas duró unos segundos porque fue acallado por miembros del mismo colectivo que estaba protestanto. Se pudo escuchar claramente el "no, no, eso no, que hay que volver a entrar al campo". Minutos después se volvieron a repetir los cánticos pero fueron de nuevo acallados.

Los alrededor de 600 aficionados que forman parte de la grada de animación, y que son los más ruidosos de Montjuiïc, no se han quedado sin la opción de entrar en el estadio pero tienen que reubicarse en otras zonas cercanas. Esa fue la condición del FC Barcelona después de que comenzaran las hostilidades provocadas por una serie de multas de la UEFA de 21.000 euros que el club se niega a pagar.

La medida de Laporta no tiene precedentes. Hizo responsable a todo el grupo, como se había ya firmado en un documento vinculante entre ambos en el comienzo de la temporada, de las multas que pudieran tener por sus comporamientos en el estadio, especialmente con los insultos que no pasan por alto del Comité Antiviolencia de LaLiga y de la UEFA.

Laporta, que en ocasiones escuchaba voces críticas desde este sector en los partidos en Montjuïc, les puso como condición para volver a la zona asumir los 21.000 euros, pero la grada de animación se negó. Los socios piden diáologo, pero de momento todo está en stand by. Mientras tanto el Barça ha vendido entradas en esa grada de animación que desaparece.