FC BARCELONA

El Flick que no se ve tiene un lugar sagrado de la Joan Gamper... y con pocas filtraciones

El técnico alemán aterrizó en Barcelona con las ideas muy claras.

Flick durante un entrenamiento en la Ciutat Esportiva. /@FCBarcelona_cat
Flick durante un entrenamiento en la Ciutat Esportiva. @FCBarcelona_cat
Alex Pintanel

Alex Pintanel

Ya nadie duda del acierto de Hansi Flick en el Barça. "Le deseo suerte al nuevo entrenador" -sin saber que sería Flick-, dijo Xavi Hernández poco antes de marcharse. Lo repitió 100 días después del aterrizaje del germano tras un encuentro amistoso y cordial en casa del egarense. La realidad es que el nuevo técnico ha caído de pie.

Evidentemente, los resultados son la base sobre la que se sostienen las ideas futbolísticas del entrenador y el proyecto. Pero el cambio del equipo de un tiempo a esta parte, satisface a los culés. Flick es cercano y cariñoso con los futbolistas y su gente. "Es una persona sencilla, pero que tiene carácter", cuentan los jugadores.

Una de las cosas que más valoran es precisamente su cercanía. "Habla cada día con los jugadores, de manera individual y colectiva, y no solo en la Ciudad Deportiva", explican desde el club. Para Flick, la gestión del grupo y los sentimientos de los jugadores son muy importantes para progresar y mejorar cada día. Considera capital que todos estén implicados. En el partido en Belgrado ante el Estrella Roja, Flick se acercó a felicitar a los futbolistas del banquillo que no habían tenido minutos. Pudo parecer un simple detalle, pero no lo fue. Flick lo cuida absolutamente todo. "Está pendiente de todo y es muy detallista", reconocen.

Prueba de ello es la pizarra que reposa en su guarida de Sant Joan Despí. Un calendario con todos los partidos del FC Barcelona marcados hasta final de temporada, incluidas las eliminatorias de Champions y Copa y las respectivas finales. La de la Copa de Europa marcada con un pósit amarillo. "No deja nada al azar. Se pasa muchas horas en la Ciudad Deportiva y es ejemplar el trato que tiene", dice un empleado de la Joan Gamper.

Para Flick, el espacio dedicado al primer equipo en la Ciutat Esportiva es sagrado. Es la zona donde se cocina su Barça. Y el acceso es prácticamente restringido. El personal de prensa del primer equipo, que por ejemplo tenían un despacho para trabajo en el campo 1, el Tito Vilanova, ha sido desplazado a las oficinas donde por ejemplo están los despachos del fútbol base, el femenino, el área de fútbol o administración, con la idea de rodear al futbolista del ambiente más tranquilo y relajado posible.

Flick no ha optado por un asesor externo en materia de medios de comunicación y Marcus Sorg, Toni Tapalovic y Heiko Westermann son sus confidentes. Los tres asistentes que se trajo desde Alemania para trabajar con él en esta nueva aventura. Incluso en el caso de Sorg, ha optado por vivir cerca del alemán. Los que le conocen hablan de una persona muy metódica y que "vive por el Barça y no tiene horarios". Varios aficionados contaron a Relevo que en alguna ocasión ha llegado antes de las 07:00 horas. Es decir, cuatro horas antes del entrenamiento.

Una de las obsesiones que tiene Flick, precisamente, es la puntualidad. Con el de Heidelberg, los retrasos se castigan con la suplencia. Koundé se lleva la palma. Ante el Alavés y el Espanyol no fue titular por este motivo. "Es una falta de respeto hacia tus compañeros. Si llegas tarde, el resto te tiene que esperar", contó el alemán en una conferencia de prensa. La puntualidad es una norma en el Barça de Flick. "Así es imposible que alguien se relaje", bromean desde la entidad blaugrana.

Seis meses después, Flick está más que asentado en el club y poco a poco ha ido instaurando su libreto en la Ciutat Esportiva. "Queda mucho camino por recorrer y temporada por delante", se encarga de recordar en ocasiones el entrenador. Pero por lo pronto, lo más complicado, la adaptación, está superada. Por delante, ocho partidos antes de llegar al parón navideño que reafirmen esas buenas sensaciones.