Espanyol y Valencia se anulan y suman un punto insuficiente para Manolo González y Baraja

Se anularon Espanyol y Valencia en un partido a vida o muerte, con muchas alternativas, que terminó con ambos en el purgatorio, pues el empate a uno no satisface ni a unos ni otros. Sí al resto de equipos que pelean por salvarse porque en Cornellà-El Prat se perdió un punto y eso en Leganés, Valladolid, Getafe y Vitoria se celebra casi como un triunfo propio.

Fueron un espejismo las precauciones que tomaron ambos equipos en el inicio, más pendientes de no equivocarse que de proponer, confirmaba la trascendencia del encuentro para el último y al antepenúltimo clasificados de LaLiga en un duelo pospuesto por la DANA que arrancó con un aplauso por parte de la afición blanquiazul hacia los afectados por el temporal y una pancarta de la Juvenil con el mensaje 'Amunt poble valencià'. Además, a lo largo de todo el choque, en la zona donde se ubica el speaker de la Curva RCDE, justo detrás de la portería del gol Cornellà, ondeó una bandera de la Comunidad Valenciana.

En lo futbolístico, el primero en intentarlo fue el conjunto che, con un centro de Luis Rioja, reconvertido a lateral zurdo, que Diego López remató muy desviado. La otra novedad en el conjunto que dirige Rubén Baraja, que buscaba algo más de claridad en ataque con sus modificaciones, fue la titularidad de Almeida en el sitio de Hugo Duro.

Por parte del Espanyol salió de inicio Justin Smith, en el sitio del sancionado Pol Lozano, y Cheddira, que en uno de los primeros balones que tocó, habilitó a Javi Puado, que golpeó contra el travesaño de Dimitrievski a escasos segundos de que la afición blanquiazul se arrancara con el aplauso unánime en memoria de Dani Jarque. Ocasión clarísima para los pericos, que en apenas 20 minutos crearon más peligro que en 90 contra Osasuna, el pasado sábado. Se agitó el choque más de lo previsto y cayeron las ocasiones de un lado y el otro.

Y es que apenas escasos segundos después del palo de Puado, el delantero barcelonés tuvo otra clarísima, diáfana. Centró Brian Oliván por la izquierda y el héroe del último ascenso cabeceó ligeramente desviado.

Y mientras se disputaba un partido sobre el césped, en la grada se jugaba otro. Y no precisamente porque el Pichichi blanquiazul del curso pasado, un Martin Braithwaite que está detrás de una posible compra del Espanyol, estuviera en un palco del estadio. Sucedió gran parte de los más de 18.000 mil aficionados pericos que acudieron a Cornellà-El Prat, casi los mismos que en el duelo más recordado entre pericos y ches, y el puñado de valencianos que se desplazaron hasta el RCDE Stadium corearon al unísono el ya clásico 'Chino vete ya', 'Directiva dimisión' y 'Lim vete ya'.

Volviendo al verde, ratificó el Valencia que seguía en el partido con un fogonazo por la izquierda culminado con un deliciosa pase de Fran Pérez para Diego López, que le pegó también el larguero. Empate a palos. En el palco, por cierto, también estaba Rufete, exdirector deportivo blanquiazul y padre, además de representante, de Fran Pérez, el más incisivo de los visitantes.

También estaba seguro el progenitor de Puado, un habitual en el RCDE Stadium, que fue delantero como su hijo y que vio como el máximo goleador blanquiazul, por tercera vez, se quedó a las puertas del gol. En esta ocasión, el que le negó el tanto fue Dimitrievski, que le detuvo un mano a mano franco tras un pase filtrado de Alex Král.

Se lamentaba mucho Puado, que parecía que Puado se iría al descanso frustrado, enfadado consigo mismo por los repetidos fallos, se resarció con un cabezazo imparable que supuso el 0-1, en el 45'. La mitad del gol fue del joven Antoniu Roca, con ficha del filial, que tras la buena actuación ante Osasuna repitió titularidad y, siendo diestro, puso un centro medido con la zurda que el Pichichi perico materializó. Antes del descanso, apareció el otro futbolista diferencial del Espanyol, además de Puado, un Joan García que evitó el 1-1 del experico Dani Gómez con pie salvador.

Pero en la primera de la segunda parte, el meta de Sallent no logró negar el 1-1 a Diego López, que en un remate al palo corto igualó el encuentro nada más salir de la casera. En la siguiente acción, Jofre marcó el 2-1, pero el árbitro señaló un fuera de juego que fue ratificado por el VAR. Y lo anuló.

Con el empate del Valencia, el partido se descosió porque unos y otros se vieron cerca del triunfo y dieron un pase adelante. Y así, con un Espanyol descompensado, Dani Gómez tuvo el 1-2 en sus botas, pero mandó el balón a las nubes. Canós, con un disparo lejano, también rozó el tanto mientras el conjunto local andaba perdido, compitiendo con más corazón que cabeza y con demasiadas prisas; y las prisas nunca son buenas consejeras.

Valencia y Espanyol empataron a todo. A tantos, a palos y a goles anulados, porque en una de las últimas del encuentro, Diego López marcó, pero estaba en fuera de juego. El empate les mantiene a ambos en descenso y a sus respectivos entrenadores, Manolo González y Rubén Baraja, al filo del abismo a un partido de las Navidades.