REAL MADRID

Un drama con consecuencias en el Real Madrid: acelerar a Alaba, llenar de galones a Asencio, 'recuperar' a Mendy…

La lesión de Rüdiger supone un quebradero de cabeza para Ancelotti. El cuerpo técnico no quiere romper el plan con David.

Alaba se choca las manos con Courtois tras la victoria</p><p> ante el Brest (0-3). /REUTERS
Alaba se choca las manos con Courtois tras la victoria</p><p> ante el Brest (0-3). REUTERS
Manuel Amor

Manuel Amor

El más difícil todavía. Carlo Ancelotti se enfrenta en las próximas dos semanas a uno de sus mayores retos como entrenador del Real Madrid: recomponer una defensa sin Carvajal, sin Militao y sin Rüdiger y con Alaba en proceso de reaparición después de 14 meses de baja. Lo que se viene no es poca cosa (Copa y sobre todo Atlético y City) y al italiano le tocará hacer de nuevo encaje de bolillos. El drama obligará a acelerar al austriaco, llenará de galones a Asencio y forzará al cuerpo técnico a pensar en planes B y hasta C.

Lo primero, Rüdiger. El club le diagnostica un período de baja de entre dos y tres semanas, pero los pronósticos que se emiten desde Valdebebas suelen ser bastante exagerados. Parece seguro que faltará en Butarque (el miércoles) y ante el Atleti (el sábado) y que tiene casi imposible llegar a la ida en Mánchester (el martes). Sin el alemán, Carletto maneja a esta hora la idea de alinear a Alaba en Leganés y apostar por la dupla Asencio-Tchouameni en los partidos verdaderamente gordos que están por venir.

Courtois habla sobre el regreso de Alaba.

Aunque David ha ofrecido buenas sensaciones en los 15 minutos que disputó ante Las Palmas, los 27' contra el Salzburgo, los 23' en Valladolid y los 9' en Guingamp, desde dentro se considera precipitado que pueda salir de inicio en el derbi o para frenar a Haaland. Cabe recordar que estuvo 399 días en el dique seco, que no es titular desde hace 414 y que la gravedad de su percance (rotura del ligamento cruzado anterior y el menisco de su rodilla izquierda con afección al cartílago) exige ir despacio y no forzar. Tirarle al ruedo ante Griezmann y Julián Alvarez o frente a Haaland en el Etihad le presionaría para rendir al cien por cien cuando, quizá, su articulación todavía no esté preparada para resistir a tal exigencia. En el club no se contaba con él hasta marzo.

Por eso Ancelotti se verá forzado a apostar por Tchouameni y Asencio en el derbi capital de este sábado, con el Atleti a un punto y dispuesto a pescar en río revuelto. El francés, a pesar de la catarata de críticas y que pegase su enésimo patinazo en Cornellà, se sabe de la máxima confianza del entrenador y acepta sin demasiado agrado que el staff ya coloque su nombre como central en los campogramas. Parte como fijo. Asencio asumirá galones: le toca pegar otro paso al frente, olvidarse de que hace tres meses competía en Primera Federación y resarcirse de que con él en el campo el Madrid salió derrotado de Liverpool y Bilbao. Después de San Mamés ya nunca se asentó en las alineaciones.

Ancelotti, sobre el rendimiento de Asencio (fue lateral) y Tchouameni (central) tras la victoria en Valladolid.

Una oportunidad de oro

El canario, con una personalidad arrolladora, ve el contexto como una oportunidad de oro y en ningún caso como un marrón. Ha demostrado que la presión no le pesa, que se entiende con quien sea su compañero en el eje de la zaga y que está preparado para tapar a delanteros de máximo nivel. En Anfield se midió a Darwin Núñez y no desentonó (le sacó hasta un gol en la línea), y tampoco sufrió en exceso en el Clásico o ante el Athletic de los Williams. Ya lleva 19 encuentros con el primer equipo y siente el respeto de los pesos pesados del vestuario. De confirmarse en esta serie de 'finales', nadie podrá apartarle de la plantilla de cara a la siguiente temporada… y reforzará sus opciones de recibir la llamada de la Selección Sub-21 en marzo. La Absoluta es casi un imposible.

Muchos miran ahora, incluido el staff, a las posibles soluciones en caso de que haya otro contratiempo en los siguientes días. Una lesión de Asencio o Tchouameni generaría una situación límite, pero también que Alaba se resienta (no es descartable después de tanto tiempo alejado de la competición) o que caiga uno de los mediocentros, algo que obligaría a Aurélien a regresar a su posición natural. La obligación de Ancelotti pasa por trabajar con todos los escenarios en mente. Y ahí vuelve a emerger el nombre de Mendy.

Mendy, ante el Salzburgo.  REUTERS
Mendy, ante el Salzburgo. REUTERS

El francés ya no es indiscutible en el lateral, puesto en el que se turna con Fran García, pero siempre ha constituido una alternativa de emergencia para jugar como central. En la 20-21 se desempeñó hasta en dos ocasiones en ese puesto con Zidane (contra el Getafe, y marcó, y en otra victoria en casa ante el Eibar) y Ancelotti cree que tiene condiciones como para solucionar un apaño. De hecho, la polivalencia del galo fue uno de los motivos que, en 2023 y tras romperse Militao, llevó al Madrid a no moverse en el mercado para fichar.

La coyuntura se repite ahora, con un déficit a la vista de todos y la negativa del club a firmar en invierno. Ahora mismo no hay nadie que convenza (por nivel y por precio) y se tirará con lo que hay. Van de Ven, que gusta mucho al cuerpo técnico, o Saliba, que maravilla a la dirección deportiva, son opciones inviables por las cantidades ingentes de dinero que pedirían Tottenham y Arsenal, respectivamente. Y lo que se estudia ahora es una gran venta para el verano, no un despilfarro. Mendy se posiciona como posible parche ante este Tourmalet… con la alternativa en la cantera de Jacobo Ramón, uno de los líderes del Castilla. Diego Aguado no ha pasado del Juvenil A tras la Supercopa. A Ancelotti le toca solucionar otro problemón.