Lo que se cuece en el Barça: el acuerdo secreto de Lamine Yamal, la reunión Deco-Flick y el sueño de Luis Díaz
El FC Barcelona define su futuro en los próximos días con una reunión clave y varias cuestiones por resolver.

Joan Laporta, con los tres títulos domésticos y la semifinal de la Champions League, ya ha calificado de excelente la temporada del Barça. El lunes, en una entrevista que concederá a TV3, se ratificará en su calificación y suponemos que nos aclarará cuestiones trascendentales para el próximo curso: el regreso al Camp Nou (previsto para septiembre), las posibilidades de mejorar la plantilla y, particularmente, en qué condiciones podrá acudir al mercado. El presidente está convencido de que ha solucionado lo esencial, el 1/1 que la Liga le aprobó hace unos meses, pero que acabó cancelándolo por una observación de la auditoría referente a la venta de palcos y asientos VIPS. El tema estaba en que se acabó considerando que el club no podía computar los ingresos obtenidos mientras no se entregase el producto los comercializadores. Lo que nos dicen justo antes de escribir estas líneas es que en cuestión de una semana el asunto estará resuelto y se oficializará la entrega de las localidades VIP a la comercializadora para que proceda a su venta.
Siendo así las cosas, el Barça afrontaría por fin un mercado sin restricciones de la norma, vamos, que podría comprar por lo mismo que venda al disponer del 'fair play' suficiente para afrontar las incorporaciones y mejoras de contrato pendientes. Entre esas está, en julio, la de Lamine Yamal por quien, hay que decirlo urgentemente, no hay que sufrir. Al ser todavía menor de edad lo que tiene firmado es un documento privado para prolongar por cinco años su compromiso con el Barcelona. Un acuerdo cerrado hace meses con Jorge Mendes que ahora, siendo considerado el jugador como uno de los mejores del mundo, deberá actualizarse en términos económicos. Si es un crack, cosa que nadie duda, tendrá que cobrar como un crack. No habrá problema ni con él ni con su cláusula de 1.000 millones. Y es que hay que tener en cuenta que estamos hablando de un futbolista que, tras ganar la Eurocopa con España y deslumbrar en el Barça, batió el récord de venta de camisetas Nike. En poco más de un día se facturaron 2,1 millones de dólares en todo el mundo. Una locura.
En otros casos, ya veremos. Hay que hablarlo. Hansi Flick no ha querido que cuestiones de futuro afectarán a sus futbolistas mientras estaban en disputa de todos los títulos. Ahora, con la temporada finiquitada, van a cambiar las cosas. Si no estamos mal informados, esta semana Flick y Deco para a verse cara a cara para enhebrar la aguja y empezar a tomar decisiones. Lo único que está claro y meridiano es que Ansu Fati no va a seguir. Todo lo demás está en el aire aunque, evidentemente, habrá salidas. Algunas pretendidas por el club, pero que depende de la postura de los jugadores y otras forzadas por otros futbolistas. En este punto, si hablamos de jóvenes, Deco prefiere ventas a cesiones, pero esas ventas (como Pablo Torre) con opción de recompra. Otro caso sería que, por ejemplo, que fue Christiansen quien tuviese una propuesta para salir. En ese caso, traspaso puro. Pero hay más casos, gente que tiene propuestas buenas, pero a los que el entrenador quiere en su plantilla. Hablamos de Araújo, de Eric García, de Fermín (que no ve de buen grado el ofertón de Arabia, pero el club teme que tenga propuestas grandes de los equipos de Premier) y de alguno más que no es Raphinha porque el brasileño sólo vive para ser titular del Barcelona. Mejor dicho, para seguir siéndolo.
Hay más situaciones. Por ejemplo, la de los polacos. Empezamos por Lewandoswki que por rendimiento se ha ganado una temporada más en el equipo. El goleador, camino de los 37 años, está encantado de la vida en Barcelona aunque sepa de antemano que esa extensión implica una reducción de salario. Salvo que llegue una propuesta de los emiratos que sea mareante, quiere quedarse. Y en su posición, el Barça sólo tiene a Ferran Torres que ha hecho una temporada fantástica en su papel de actor secundario, pero por quien en Inglaterra se ha informado que el Aston Villa de Emery y Monchi preparan una tentadora oferta de 50 millones. Un problema adicional para Deco que, evidentemente a estas alturas, tiene contactos avanzados con distintos jugadores que, por cierto, no pueden esperar mucho más de lo que ya ha esperado al Barcelona. Por eso es tan importante la reunión de esta próxima semana con Flick. Porque habrá que tomar decisiones sabiendo que van a afectar a jugadores. Lo Christensen que hemos cometido, afecta a Tah, el central del Leverkusen que lleva meses apalabrado pero, ante la tardanza, ha escuchado nuevas propuestas, incluyendo la del Bayern.
Vienen, en todo caso, días decisivos en un ambiente de efervescencia del barcelonismo. El jueves, durante la celebración del Triplete y siempre según la Guardia Urbana, salieron a la calle 670.000 personas, la mayoría jóvenes, para jalear a su equipo. Para hacernos una idea de lo que es eso, hay que remitirse al precedente (la Liga de Xavi hace dos años) y esa vez la demostración de la afición apenas llegó a las 80.000 personas. Una diferencia que evidencia el estado de ánimo de la gente. Un apoyo incondicional del que Laporta dice no querer aprovecharse. Por eso, después de hablarlo con su gente y hacer oídos sordos a quienes sugerían lo contrario, el presidente ha decidido no adelantar las elecciones, acabar su mandato y presentarse a la reelección en 2026 con el Nou Camp Nou en pleno funcionamiento, con mejor situación económica que cuando asumió el cargo y con un equipo potenciado (en este punto la pieza angular de Deco es el colombiano Luis Díaz) y con un entrenador que, en tiempo récord, ha puesto al Barça en el primer escalón del fútbol mundial.
Flick, con contrato hasta 2026, renovará, mejor dicho, se oficializará su renovación de manera inmediata. Renovado ya está y con todo merecimiento. Desde hace años no veíamos a un equipo blaugrana siendo capaz de ofrecernos lo mejor de lo mejor en cualquier circunstancia. Siendo local o siendo visitante, sus seguidores han podido ver todos sus partidos llenos de esperanza. Por eso no discutiremos a quién diga que este año ha sido el del Barça de Lamine, imperial, o el de Raphinha, superlativo, o el de Pedri, sobrenatural. Tienen razón quienes avalan cualquiera de esas opciones pero, a nuestro modo de ver, es lícito también pensar que el personaje que ha cambiado el estilo, la mentalidad, las sensaciones y el respaldo de los aficionados ha sido Hansi Flick. El hombre del año.