VALLADOLID 2 - ATLÉTICO 5

El Atlético sigue con su yin yang tras una manita con demasiados sobresaltos

Los goles de Memphis, Joaquín en propia puerta, Morata, Giménez y Molina permiten a los rojiblancos seguir peleando por la segunda plaza.

Molina, Griezmann y Morata celebran uno de los goles del Atlético de Madrid en Valladolid. /AFP
Molina, Griezmann y Morata celebran uno de los goles del Atlético de Madrid en Valladolid. AFP
José Luis Guerrero

José Luis Guerrero

Yin yang es un principio filosófico y religioso que explica la existencia de dos fuerzas opuestas pero complementarias que son esenciales en el universo: el yin atlético podría asociarse a la oscuridad de su primera parte de la temporada; y el yang, a la luz que vio tras el Mundial. Ese yin yang se vio en diferentes tramos del partido en el José Zorrilla. El yang de la primera parte, con la comodidad y los goles de Molina, Giménez y Morata; y el yin de la segunda mitad, con el tanto de Escudero y los palos de Joaquín y Sergio León que casi lograron que el Valladolid pasase de un 0-3 a un 3-3.

Pero las fuerzas de la naturaleza son ingobernables y cuando todo parecía destinado a una falta de equilibrio en forma de empate, apareció Correa para propiciar el autogol de Joaquín en el 85' y un jugadón de Memphis, casi de película, en el minuto 93. Así fue el partido en Pucela, ese escenario emotivo para los rojiblancos donde levantaron el título de LaLiga en 2021, como una especie de paralelismo a lo que está siendo la temporada 2022-23: por momentos desconcertante y por momentos algo ilusionante por aquello de intentar cazar al Madrid y proponer un estilo de juego más vistoso, pero con la convicción de que este equipo podía haber hecho mucho más de no haber dimitido antes del Mundial.

Memphis marcó el 2-5 en Valladolid, en el minuto 92 de partido.  AFP
Memphis marcó el 2-5 en Valladolid, en el minuto 92 de partido. AFP

MEMPHIS

😎 Me reafirmo

El gol de Memphis como paralelismo también de la temporada del Atlético, un tanto que dejó un buen regusto, pese a la caraja que mostró el equipo en la segunda mitad hasta el minuto 85. Ojo con Malakito, que es el futbolista de LaLiga con mejor promedio goleador: ¡un tanto cada 80 minutos! Su gol en el José Zorrilla fue una auténtica delicia. Eso sí, la mejora de rendimiento del equipo del Cholo viene por un hecho objetivo (más allá del subjetivo cuando afirmamos que este Atleti propone otra cosa): los rojiblancos afrontan un partido cada siete días, una vez eliminados de Champions y Copa. Con esta plantilla, es lo mínimo exigible para los del Cholo. Y el refuerzo del neerlandés vino a incrementar (a años luz) el rendimiento que ofreció este curso Joao Félix...

GRBIC

🤔 Hay runrún...

La segunda parte del Atlético en Valladolid resultó un expediente X. El equipo de Pezzolano mereció durante muchos minutos el empate, con dos palos (de Joaquín y Sergio León), y varias oportunidades ante el marco de Grbic. Segundo partido consecutivo en el que no participa Oblak. Los guardametas y los delanteros son las demarcaciones más determinantes en el fútbol. Los buenos visten de fácil lo difícil y los menos buenos hacen difícil lo que, en apariencia, resulta fácil. El cancerbero croata no aporta la misma seguridad a los defensas que el esloveno. Al final, para destacar en cualquier parcela del fútbol (y de la vida) hace falta una cualidad más allá de las condiciones técnicas (o profesionales): la confianza y seguridad en uno mismo. Seas bueno o seas menos bueno, si Grbic jugase con la confianza, por ejemplo, que ahora mismo tiene De Paul (que tras el Mundial ha vuelto intratable), todos pensaríamos que el croata sería mejor portero.

MORATA, GIMÉNEZ Y MOLINA

💯 Mis 'dieses'

El Atlético mostró contundencia en la primera mitad con los goles de Nahuel Molina, Giménez y Morata. Los rojiblancos, de naranja butano en el José Zorrilla, exhibieron una potente pegada. Nahuel Molina sigue en esa brillante versión posMundial, Giménez recuperó su pegada con la testa y Morata sumó su cuenta goleadora hasta los 14 dianas esta temporada. Desde la reanudación de LaLiga tras el Mundial de Catar, el '19' del Atlético ha marcado nueve tantos entre todas las competiciones, el mejor registro de cualquier jugador español de las cinco grandes Ligas de Europa. Pero en Valladolid el problema no fue el ataque sino la defensa y la concentración.

Mateu Lahoz conversa con Larín un poco antes de que el canadiense lanzara el penalti.  AFP
Mateu Lahoz conversa con Larín un poco antes de que el canadiense lanzara el penalti. AFP

MATEU LAHOZ

🤳 Mi fondo de pantalla

Mateu Lahoz, genio y figura. Otro show de Toño, que consiguió lo que no le gusta a su jefe, Medina Cantalejo, esto es, convertirse en protagonista de los partidos. A estas alturas, Mateu no va a cambiar aunque sean sus últimos partidos pitando en Primera División. Empezó pidiendo a Monchu que pidiera disculpas a Lemar por un pisotón, se tragó una tarjeta a El Yamiq (pongan el color que quieran) por un feo y malintencionado pisotón a Morata y pitó un penalti primero a Grbic y luego a Hermoso, por un codazo a Plata. El factor Mateu Lahoz va más allá de circulares del CTA, International Football Association Board o lo que opinen los excolegiados en los medios de comunicación. No pitó una mano clara dentro del área de Saúl en el minuto 80, que reclamó el Valladolid, ni quiso escuchar al VAR porque el balón venía de Nahuel Molina. En eso, no cabe duda, mostró personalidad: desespera a todos por igual. Sólo le faltó pitar un penalti a favor del Atleti (35 jornadas seguidas sin uno) para demostrar que va realmente a la contra.

Pezzolano y Diego Pablo Simeone se saludan en el José Zorrilla.  EFE
Pezzolano y Diego Pablo Simeone se saludan en el José Zorrilla. EFE

PEZZOLANO

📀 Mi 'bonus track'

La llegada del técnico uruguayo se produjo hace cinco jornadas, tras la goleada que encajó Pacheta contra el Real Madrid (6-0). Sacó al enfermo de la UVI a planta, cuando desde fuera pocos comprendíamos por qué Ronaldo prescindió del gran Pacheta. El balance de Pezzolano son dos triunfos, un empate y dos derrotas. Consiguió cortar la hemorragia, cuando el equipo sólo había sacado 5 de los últimos 21 puntos tras la goleada en el Bernabéu. Pero la herida vuelve a supurar pese al estado de forma del canadiense Larin, que desde que llegó en el mercado invernal suma siete goles en 13 partidos. El problema, básicamente, lo tienen atrás porque, en esos primeros cinco choques, sólo han dejado una vez a cero su portería y promedian más de dos goles en contra por partido. Los tres centrales, con Joaquín, Hongla y El Yamiq, no ofrecieron resistencia alguna al empuje del Atlético. Y peor fue la sensación que dejaron tras el 0-2, donde Masip echó la culpa a su defensa cuando en realidad parte de la pifia vino por una mala salida suya. Al final, el problema no consiste en no cometer errores. No. El verdadero problema es echarle la culpa a tus compañeros en lugar de ver qué es lo que tú puedes mejorar. Eso también se llama equipo y es lo que debe mejorar Pezzolano para las últimas seis finales del campeonato: que el Valladolid encuentre su yin yang, porque hubo un tremendo desequilibrio entre la gran imagen de la segunda mitad y la floja de la primera.