El 'cóctel perfecto' que tiene al Valencia colista: crisis histórica, más deuda a largo plazo y un ambiente enrarecido
Hugo Duro volverá ante Osasuna y, en principio, Rafa Mir también.
El Valencia CF dormirá una semana más como colista de LaLiga con solo un punto en su casillero de los 15 posibles y que son 3 de 36 si contamos los últimos 12 encuentros oficiales, donde el equipo no conoce la victoria. Si la situación fuera solo deportiva, evidentemente las alarmas estarían encendidas pero sería tener una crisis 'solo' en uno de los cuatro puntos importantes que tiene un club. El problema es que la entidad che tiene ahora mismo un 'cóctel perfecto' que le mantiene como colista y con unas sensaciones pésimas de cara al futuro.
La situación deportiva ya ha sido expuesta: el peor arranque liguero en la historia del club, empatado con el de la temporada 1999-2000. Una crisis de resultados enorme, jugadores sin confianza a los que, en palabas de Baraja, les "quemaba" la pelota... Desde el 15 de abril el combinado valenciano no sabe lo que es ganar y el equipo atraviesa su peor racha de resultados desde que Gary Neville lo entrenara.
A la situación deportiva hay que añadir un punto que hasta ahora era de lo poco saneado de la entidad, pero que se ha visto salpicado en las últimas semanas: el vestuario. Dentro del equipo hay 'amigos', que hacen planes juntos, que hacen vida juntos y esa realidad no ha variado. Pero si a la crisis de resultados se le suma el episodio Rafa Mir y las posteriores palabras de Pepelu, por las cuales tuvo que matizarse internamente a ojos de sus compañeros, han enrarecido el ambiente.
Sergi Canós, uno de los que 'la mueven' dentro de la caseta, quiso lanzar un mensaje de unidad al término del partido."Estamos más unidos que nunca", aseguró el canterano. Y es lo mejor que puede hacer porque si el vestuario se rompe, entonces el Valencia CF estará perdido. Los jugadores son conscientes de la situación, les pesa su ansiedad en el verde y el hecho de que les ''queme'' la pelota no es fruto de la desidia, sino de la dificultad de la situación que atraviesan.
De la mano del vestuario, está la situación del equipo. Las lesiones han hecho que el conjunto che pierda a tres figuras trascendentales. Hugo Duro se ha marcado entre ceja y ceja volver contra Osasuna, pero su ausencia ya se notó en el Metropolitano. Gayà no volverá hasta finales de octubre. Y lo de Rafa Mir, si bien se reintegrará progresivamente al grupo, rstá por ver cómo vuelve mentalmente y si los avances que en la investigación policial le afectan más o menos.
Peter Lim sigue endeudando el club y alejándose a la vez
Mientras el equipo hace aguas, el club sigue sin contar con el respaldo financiero que tener un propietario multimillonario debiera darle. El conjunto che dio un paso adelante para poder pagar el Nuevo Mestalla al empezar a trabajar con Goldman Sachs. El objetivo es refinanciar la deuda y tener más liquidez a corto plazo, un movimiento financiero habitual entre clubes como Betis o Barcelona, pero que no tapa otra realidad: endeudarse más a largo plazo.
¿Cuál es la diferencia? Que esa deuda extra a largo plazo no será asumida por Peter Lim, quien además sigue sin cobrarse en más acciones del club el préstamo de 35 millones que ejecutó hace un año. Dicho de otra forma, durante años cuando Lim prestó dinero decidió cobrárselo siendo más dueño del Valencia CF (comprando más acciones hasta llegar al 92% actual). Ahora saber si vende o no es una incógnita, lo que sí está claro es que ya no quiere ser más dueño de la entidad.
Los resultados, el vestuario y equipo, la propiedad... Y queda la afición como cuarto punto importante que da impulso a un club. Mestalla ha vuelto a rozar el lleno en cada partido (más de 44.000 personas ante el Barcelona y más de 43.000 personas ante el Villarreal). Mestalla no va a fallar a su equipo como no lo hizo la última vez que se jugó el descenso, ahora bien, la tensión hacia Peter Lim y la directiva local es latente y si en algún momento y con toda la razón Mestalla dice 'basta', la cosa puede ponerse mucho más negra de lo que ya está.