REAL MADRID

A Ceballos le sobran los motivos: 11 frustraciones, un excel demoledor, la comida con Joaquín en Utrera y el ejemplo de Isco

Intenta una salida tras no haber pasado nunca desde 2017 de estar entre los 14 jugadores más utilizados y ver cómo contaban más las estrellas y otros... desde Kovacic y Güler hasta Marcos Llorente.

Dani Ceballos, en un entrenamiento de esta pretemporada con el Real Madrid. /GETTY
Dani Ceballos, en un entrenamiento de esta pretemporada con el Real Madrid. GETTY
Alfredo Matilla

Alfredo Matilla

Dani Ceballos (28 años) está más cerca que nunca de salir del Real Madrid como desveló ayer Relevo. Sobre todo porque, pese a sus continuos vaivenes, se ha decidido esta semana a dar el paso y el club está dispuesto a escucharle y ayudarle si se cumplen unas condiciones mínimas. Otra cosa es que lo pueda conseguir y entregue en Valdebebas una oferta de peso en lo que queda de semana. Costó en su día 16,5 millones, así que su precio de salida debería estar cerca de esta cifra.

Ceballos, en pretemporada, sobre su futuro.

Pero independientemente de si sale -como parece- o se queda -como le suplica Ancelotti-, al utrerano le sobran los motivos para haber llegado a una conclusión que siempre ha regateado y con la que otras temporadas, la última la pasada, ha amagado. Su peso en la plantilla se ha visto a cuentagotas, no tiene el protagonismo que desea y su ostracismo le ha hecho perder la rueda de la Selección cuando era el jefe de la Sub-21 con el actual seleccionador que dio el salto después a la Absoluta. Ceballos quiere recuperar el terreno perdido y volver a ser quien fue con el Mundial 2026 en el horizonte. Y para lograrlo sabe que sólo hay una vía: jugar.

Esas continuas frustraciones del pasado, reproducidas estos días, son las que le han llevado a plantarse, a suplicarle a sus más íntimos del Betis que hagan un último esfuerzo para repescarle y a abrir los ojos con las propuestas que le llegan del extranjero, aunque ahora sean peores que las que tuvo hace meses desde ligas con mucho peso, como la italiana, o de paraísos millonarios como Arabia Saudí o Catar. El mediocentro ha visto cómo en el Real Madrid le han pasado por delante demasiados centrocampistas desde que llegó en la temporada 2017-2018 (ese curso hasta Vallejo, central, jugó más que él) en las diferentes posiciones en las que le han probado para sacar todo su talento: como pivote para explotar su inteligencia táctica y habilidad en la distribución, como interior para explotar su visión de juego o como mediapunta para sacarle el mayor partido a su gran visión de juego.

Que Modric o Kroos han jugado más que Dani habitualmente entra dentro de lo normal. Son irrepetibles. Pero no lo es tanto que hubiera otros compañeros que le han adelantado con su misma edad o más jóvenes, y con bastante menos experiencia. Ahí están los casos de Camavinga o ahora Güler, siendo la comparación con el turco la más complicada de todas para Ceballos ya que le ha empujado a un rol que le tiene amargado: ser el suplente del suplente. Esto es lo que nadie le ha podido discutir en las conversaciones que ha mantenido en las últimas horas con esas llegadas de José Ángel Sánchez a los entrenamientos para aclarar la situación.

Una larga lista que escuece

El caso es que ellos, más Casemiro, Isco, Kovacic, Marcos Llorente, Valverde, Tchouameni y Bellingham han contado mucho más que él para los diferentes entrenadores en las distintas temporadas en las que ha tenido que pelear con ellos por un puesto. Por eso, el puesto más digno en el ranking de jugadores más utilizados lo logró en la campaña 2018-2019, cuando fue el 14ª más utilizado con Lopetegui, Solari y Zidane. Fueron 1.925 minutos en una temporada en la que llegó a hacer tres goles. Casemiro, Modric y Kroos le pasaron por delante y el andaluz se quedó muy lejos del que más jugó, Benzema, con 4.305 minutos.

El resto de temporadas fue aún más doloroso su concurso. El excel no admite debates. Más allá de la temporada en la que completó sus peores números por una maldita lesión de tobillo producida en los Juegos de Tokio (24ª jugador más utilizado en el Madrid con sólo 340'), los demás cursos también fueron para olvidar. 23º en su primera temporada, la 2017-2018, con 901 minutos; 17º en la 2022-2023 con 1.939'; 20º en la 2023-2024 con 864'; y ésta, en la que ya es el 16º con 9' distribuidos en tres partidos. Nada que ver con su participación en el Betis justo antes de vestir de blanco, siendo el 5º futbolista más utilizado en la temporada 16-17 con 2.426' o en sus dos años de cesión en el Arsenal: en la primera (19-20) fue el 9º con más minutos (2.344) y en la segunda (20-21) fue 12º con 2.370'.

Los números son los que le han hecho calentarse de nuevo y cambiar otra vez el paso, deseando volver al Villamarín aunque, de no poder, también vea con buenos ojos las propuestas que le llegan a contrarreloj del extranjero. En primavera quería salir del Madrid a toda costa, pero el verano, la pretemporada, su excepcional estado físico y las renovadas promesas de los Ancelotti (padre e hijo) le habían convencido a volver a intentarlo. La gira por EEUU le animó. Hasta que el balón comenzó a rodar y vio más de lo mismo y lo que le podría esperar hasta 2027, que es el año en el que finaliza su contrato tras renovarlo el año pasado. Ceballos ya no quiere que nadie le repita que llega la Champions y que habrá siete competiciones. Se ve cada día en Valdebebas para ser bastante más importante y no conformarse con retales.

Hay estadísticas que intuía, aunque pocas veces se ven juntas, que son muy duras para un futbolista de su contrastado nivel: en los 294 partidos en los que pudo ser alineado en el Real Madrid, únicamente jugó de inicio en 58 de ellos (el 19,7%) y tan sólo completó 25. En el resto de titularidades (33) fue sustituido. En los otros 91 encuentros saltó desde el banquillo y ¡hasta en 145 no participó!, bien por lesión (39) o porque el técnico de turno no le dio minutos (69) o ni siquiera le convocó (37).

La motivación

Ante este panorama, hay ejemplos que le valen para venirse arriba y demostrar que en el Madrid no se acaba el mundo, aunque muchos otros compañeros han comprobado también que hace mucho frío. El hecho de que Kubo esté triunfando en la Real, u Odegaard en el Arsenal, le hacen ser optimista con su futuro si deja atrás el Bernabéu. Y, sobre todo, tiene a un jugador en el altar con el que ha compartido vestuario por la forma que ha tenido de resucitar. Ése es Isco Alarcón. 

El mediapunta, que fue clave en muchos de los éxitos nacionales e internaciones del Madrid con Ancelotti y Zidane, jugó 407 minutos en su última temporada de blanco (2021-2022), siendo el 20º jugador más utilizado. Se fue a casa, se puso fuerte como una roca y acabó fichando por el Sevilla, donde empezó como un tiro con Lopetegui pero acabó rescindiendo en diciembre con un monumental lío con Monchi. Desde entonces, más trabajo en solitario y un fichaje fallido con el Unión Berlín hasta que el Betis llamó a su puerta. Allí, en Heliópolis, se ha salido de tal forma que De la Fuente se lo iba a llevar a la Eurocopa. Si no se dio el regalo fue por una lesión.

Unirse a él ahora de verdiblanco sería una motivación, un reto y un verdadero alivio para Ceballos. Pero su deseo sólo podrá conseguirse si alguien reúne el dinero. Esa nueva forma de ver las cosas es la que le repitió Joaquín, la leyenda bética, en una comida con el madridista a mediados de junio en Utrera. Ahí le hizo ver la progresión de Fabián, con el que Ceballos jugó en el Betis y del que estaba por delante. O la de Ayoze, que fue fichar por el Betis y acudir a la Roja. Esa charla tuvo efecto.