VALENCIA CF

Baraja se lleva al equipo de comida, incluido Rafa Mir, y razones no le faltan

El Pipo quiere destensar la situación, integrar a los nuevos y que el grupo ponga el foco ya en el verde tras semanas de mucho ruido.

Los jugadores del Valencia C.F en una cena conjura vivida el curso pasado. /Archivo.
Los jugadores del Valencia C.F en una cena conjura vivida el curso pasado. Archivo.
Nacho Sanchis

Nacho Sanchis

El Valencia CF, plantilla y cuerpo técnico al completo, compartieron mesa y mantel tras el entrenamiento del miércoles. La idea fue de Rubén Baraja, quien pese a lo temprano de la temporada tuvo claro que era el momento para sentarse todo el grupo y pasar un rato más distendido. Pese a que normalmente la mayoría del equipo ya come en común en Paterna, en este caso el entrenador quiso que todos coincidieran (ya que en la Ciudad Deportiva cada uno come cuando le viene bien). Pero ¿por qué ahora? Hay varias razones que argumentan la propuesta de Rubén Baraja.

Lo primero, para cuidar su vestuario. Baraja desde el día uno ha sido muy insistente en que ante la falta de 'cracks' dentro del equipo, un vestuario unido podía darle un punto diferencial. Tras todo lo vivido con Rafa Mir, las posteriores palabras de Pepelu y su charla en privado con Mir y el resto del equipo para matizarse por si las formas no fueron las correctas, el ambiente estaba enrarecido dentro del equipo. Lo cierto es que no había una 'guerra' interna ni muchísimo menos, como ha ocurrido en otras ocasiones ya no solo en el Valencia sino en otros equipos, pero sí había un ambiente extraño.

Lo segundo, que no deja de ir de la mano con lo primero, es que una de las claves del 'estilo Baraja' futbolísticamente hablando es el sacrificio y la solidaridad como equipo. Para el entrenador es más fácil que los jugadores vayan a muerte en el terreno de juego si su relación individual es mejor, que 'maten' por su compañero, que no solo hagan un sacrificio defensivo (por ejemplo), porque el técnico lo pide sino porque quieren ayudar a un compañero. Para que el sistema funcione, el equipo debe tener la armonía que tuvo el año pasado.

La tercera razón de la comida no ha sido otra que integrar a los nuevos. Germán Valera, Caufriez, Barrenechea... Todos acaban de llegar al equipo en los últimos días y todavía andan algo tímidos en Paterna. Baraja quiere acelerar lo que ocurrió el año pasado con Yaremchuk, que hasta casi Navidad no 'se soltó', pero una vez lo hizo sumó al equipo tanto en el verde, como en el vestuario, donde dejó buena relación con el grupo y sobre todo hablaba mucho a los canteranos para ayudarles.

La cuarta razón fue poner el foco ya en lo que toca, en el verde, donde el equipo todavía está a tiempo de todo. La dinámica es pésima, es el peor arranque de la historia del club y eso tanto el cuerpo técnico como el equipo lo saben, pero lo cierto es que solo van 5 jornadas y, como dato, si el Valencia ganara a Girona y Osasuna sumaría más puntos esta campaña (7), ante los mismos rivales (Barcelona, Celta, Athletic, Villarreal, Atleti, Girona y Osasuna), que el año pasado (6). Hay que poner el foco en el objetivo común tras semanas de ruido, pero sin pensar en que el equipo ya está en el precipicio.

Y por último, pero no menos importante, dar naturalidad a toda la situación que se ha vivido con el tema Rafa Mir. Mir fue uno más en la comida, ni más ni menos focos para él, uno más. Su castigo ya ha sido hablado, ya ha habido charlas grupales, ya se le ha apretado a él igual que Baraja apretó al grupo para pedirle seriedad. Pero en la comida se buscaba, una vez asimilado eso, naturalizar todo (lo deportivo, lo legal sigue su cauce). Mir, si todo va bien, volverá ante Osasuna y esta semana progresivamente se reintegrará al grupo, aunque ante el Girona no estará.