Ancelotti exige reformular el plan físico en medio de voces que alertan: "O subimos el nivel o el Liverpool nos barre"
Hay jugadores que agradecen este cambio que el técnico pretende implantar en este parón y ampliarlo a toda la temporada.
Carlo Ancelotti es un tipo transparente. Más que por la altura de su ceja, su estado de ánimo se mide por el tono de sus conferencias de prensa. Y la que ofreció en la previa del encuentro ante Osasuna fue sintomática. Con más autoridad de la que acostumbra mostrar ante las cámaras, su diagnóstico dejó entre líneas algún recado: "El problema está detectado, es muy claro. La clave es ser un equipo compacto. ¿Qué se necesita para eso? Sacrificio, concentración y trabajo colectivo". Para el técnico, esa tercera pata de la receta, la de la solidaridad del grupo sobre el campo, es básica y no hay otro modo para automatizarla que con un físico en condiciones.
Contra los rojillos, pese a las desgracias, el Real Madrid presentó otro semblante, aunque aún lejos del de la pasada temporada y del que el staff pretende en esta para confirmar el cambio de rumbo. Por ello, el entrenador ha exigido reformular el plan físico en este nuevo parón de selecciones y prolongarlo a lo largo del año. Pretende utilizar estos días, destinados muchas veces al descanso y a la recuperación, a volver a los orígenes. Es decir, no llevar a cabo una minipretemporada como tal, pero sí comenzar a introducir trabajo de verdad. Al principio lo hará con los siete jugadores disponibles con los que ayer se encontró en Valdebebas [hasta 15, entre internacionales y lesionados, se ausentaron]; después, lo extenderá a una plantilla en la que muchos agradecen esta decisión.
De un tiempo a esta parte se instaló una corriente que estimaba necesaria esa escalada en la intensidad y un giro de timón. Aunque hay una comprensión general de que al calendario se le va a romper las costuras y que los huecos que deja son los que son, algunas lenguas iban dejando el mensaje de que se entrenaba poco. Esa sospecha siempre ha sobrevolado sobre Ancelotti. No en vano, algún futbolista, como Alaba, llegó a reconocer a su entorno al poco de llegar que en el Bayern le hacían sudar mucho más. Tampoco gustó en ciertos círculos que 'premiara' al grupo con dos días de descanso tras el naufragio del Clásico mientras que el Barça sí se entrenó al día siguiente...
A esta fotografía hay que añadir el recelo que ha empezado a despertar la figura de Antonio Pintus (62 años), un tótem para los despachos del Bernabéu, que ha ido perdiendo el amparo de los pesos pesados del vestuario y al que la plaga de lesiones (hasta 25 desde pretemporada) le señalan. Relevo ya informó el pasado 24 de octubre de que un sector de la plantilla desconfía de los métodos del turinés, al que algunos denominan "preparador de atletas" por su supuesta dificultad para adaptar ejercicios más propios de otras disciplinas al fútbol. Y, aunque destacan su profesionalidad y dedicación, creen que su trabajo no está ayudando a frenar la sangría de contratiempos que asolan al equipo blanco.
Negar su influencia es incurrir en engaño, aunque, aseguran fuentes cercanas a la caseta, es menor que la que se cree. También que los entrenadores personales externos contratados por cada uno de los jugadores tienen casi la misma cuota de responsabilidad del estado físico de la plantilla que él. Precisamente, esa bicefalia en la preparación ha generado algún que otro desequilibrio y cierta inquietud en el club, que ha instado a mejorar la comunicación entre todas las partes.
Los datos no acompañan y respaldan la propuesta de 'Carletto'
Hasta ahora los éxitos han respaldado la estrategia, pero la situación actual, con la enfermería hasta los topes y gran parte del personal lejos de su mejor forma, reclama un cambio porque los datos que maneja el cuerpo técnico tampoco acompañan. El Madrid corrió 10 kilómetros menos que el Barça en la debacle blanca (0-4), ocho menos que el Stuttgart en un triunfo (3-1) que no sacó al equipo del laberinto, 12 menos que en la derrota contra el Lille (1-0), seis menos que en la victoria ante el Borussia Dortmund (5-2) y cinco menos que en la caída ante el Milan (1-3). Si cerramos el objetivo para ir a lo individual, llamó negativamente la atención el desempeño de Mbappé ante los de Flick. Sólo corrió 8 kilómetros, el que menos, con bastante diferencia del resto, que suele sobrepasar los 10 y se eleva hasta los 12 o 13 kilómetros, como llegó a alcanzar Gavi en Anoeta hace dos temporadas. Y el físico es la clave para ejecutar el plan defensivo por el que Carletto ruega...
"O subimos el nivel o el Liverpool nos barre", se ha llegado a escuchar, a modo de alerta, en los pasillos de Valdebebas esta semana. Porque el triunfo ante Osasuna (4-0) fue un bálsamo, que aumentó sus efectos tras el tropiezo del Barça, aunque no levantó los pies del suelo. Y a eso precisamente obedece la petición de Carletto de reformular el plan físico. El fin es encontrar mecanismos de solidaridad para que el equipo no se parta, mal endémico de esta temporada, y baile al mismo son. Muchos subrayan como espejo los movimientos del baby Barça de Flick.
En este parón, por tanto, se pretende sentar las bases teóricas y prácticas de lo que tiene que ser la nueva dinámica, sobre todo, advirtiendo el calendario que se les presenta a los madridistas. A la vuelta del paréntesis internacional, les esperará una etapa llana (Leganés) para luego subir alguna rampa (Anfield, Getafe, Athletic, Girona). El Madrid está a seis puntos del Barça, con un partido menos, y 18º en la Champions, puesto que le obliga a jugar una eliminatoria para entrar en octavos. Pero estamos en noviembre. Tiempo suficiente para que una vuelta de tuerca, como la que apunta Ancelotti, acabe convertida en un punto de inflexión.