La plaga de lesiones refuerza la desconfianza del vestuario en Pintus y acrecienta las dudas
Una parte de la plantilla no esconde su poca fe en los métodos del preparador físico. Esta temporada, con los tres de Osasuna, ya van 25 percances…
Vinicius se llevó la gloria contra Osasuna y el Real Madrid se llenó de dolor. La cara de Ancelotti y su cuerpo técnico al ver cómo el goteo de lesionados se transformó en un torrente, como si su equipo fuese un dominó y una bruja hubiese impulsado la ficha de Rodrygo para derribar las de Militao y Lucas Vázquez, lo dijo todo: el central tiene roto el cruzado y extremo y lateral completarán en las próximas semanas una enfermería ya ocupada por Courtois, Tchouameni, Alaba y Carvajal. Carletto se queda sin defensas antes de visitar a Liverpool (27-N), Athletic (4-D) o Atalanta (10-D) y sin la posibilidad de recurrir al mercado hasta enero.
La plaga de lesiones (van 25 percances desde la pretemporada) vuelve a colocar el foco en uno de los elementos que concentra parte de las críticas del vestuario: Antonio Pintus (62 años). Relevo ya informó el pasado 24 de octubre de que un sector de la plantilla desconfía de los métodos del preparador físico, al que algunos denominan "preparador de atletas" por su supuesta dificultad para adaptar ejercicios más propios de otras disciplinas al fútbol, y, aunque destacan su profesionalidad y dedicación, creen que su trabajo no está ayudando a frenar la cascada de contratiempos que asolan al equipo blanco. El canterano Palacios inició la epidemia en verano (cruzado contra el Milan) y desde entonces se han acumulado los percances: la rodilla de Camavinga, el gemelo de Bellingham, la fragilidad de Vallejo, el tobillo de Ceballos, el abductor largo de Brahim, los problemas recurrentes de Mendy, Güler o Thibaut…
El turinés ha perdido el amparo de varios pesos pesados. Desde la caseta no se duda en rebajar aquel lema del 'Método Pintus' que pareció justificar los últimos títulos y que el club no parase de coleccionar Champions; creen que su influencia, aunque relevante, es menor de la que se 'vende' desde el club y los medios, que la genética privilegiada de jugadores que son portentos es la base de todo poderío y que los entrenadores personales con los que trabajan los Vinicius, Bellingham o Valverde en sus casas por las tardes guardan tanta o más importancia para su óptimo estado físico que la labor del italiano.
De hecho, con aquello del "preparador de atletas" se argumenta que los futbolistas se encuentran en forma, pero que muestran una fragilidad mayor ante los problemas físicos porque algunos de los ejercicios que realizan en Valdebebas no son muy recomendables para la práctica del fútbol. Las tres lesiones en 18 minutos contra Osasuna (Rodrygo se hizo daño en el recto femoral derecho, Militao en la rodilla y Lucas en el abductor izquierdo) engrosan el drama y desvían de nuevo la mirada hacia Pintus. Ancelotti ha repetido en varias conferencias de prensa que su equipo no está al 100% en lo físico.
El respaldo de Florentino
El preparador físico ha vivido cobijado en los últimos años por un método que, dentro de la entidad, se ha considerado fundamental para conquistar muchos de los últimos títulos, entre ellos las cinco Champions League en las que ha participado. Por eso es Dios para el presidente, su principal respaldo en el club y quien, con el visto bueno del director general José Ángel Sánchez, le recuperó para el Madrid en 2022, coincidiendo con el regreso de Ancelotti. Pintus llegó recomendado por Zidane en 2016, pero no se marchó con ZZ en 2018… y eso le costó su relación con el francés, que le apartó cuando volvió en 2019.
Su meticulosidad y técnicas innovadoras, como el uso de máscaras milagrosas para realizar pruebas de esfuerzo y detectar el VO2 máximo, coparon los elogios y agradecimientos durante las temporadas en las que todo funcionaba y las lesiones graves se contaban con los dedos de una mano. Ahora que se han convertido en tendencia, el vestuario duda del mantra de 'tótem' que se le cuelga al preparador físico en el club.
Lo que nadie le discute es el trabajo: no es extraño que, una vez acaba su parte de la sesión preparatoria en la Ciudad Deportiva, se marche al vestuario a cocinar la siguiente o a estudiar los datos de sus jugadores en vez de comprobar in situ la aplicación de sus métodos a lo técnico-táctico. Se centra durante todo el día no sólo en coordinar lo que sucede en el primer equipo como jefe de la preparación física que es, sino también del resto de la cantera. Desde 2021 es el responsable de metodología de la preparación física de todos los equipos del club. Los datos forman una parte fundamental de su trabajo… y esta vez tampoco le acompañan.
El Madrid, como equipo, corrió 10 kilómetros menos que el Barcelona de Flick en el Clásico, ocho menos que el Stuttgart, 12 menos que el Lille, seis menos que el Borussia Dortmund y cinco menos que el Milan. Ni las motos andan ni se mantienen en pie con la estabilidad que deberían. Es una realidad: la caseta recela de Pintus… y cruza los dedos para que la plaga termine ya.