Un juego para creer, una dosis de polémica arbitral y otro gran triunfo del Real Madrid antes de su 'final' de Champions

Había un aroma diferente en Valdebebas. Más festivo y con muy buena entrada, además de actividades para niños en una fan zone, tienda con camisetas propias del Real Madrid femenino... Aún no han ganado nada, pues la temporada no ha hecho más que empezar -este era el primer partido en casa-, pero en los ojos de los más de 2.000 madridistas que se acercaron al Alfredo Di Stéfano había un brillo especial. El Real Madrid no es el que era y ha dado ese paso -al menos, en estos primeros partidos- que se esperaba con anhelo. Más seguro. Más dominador. Más competidor. Más líder. De hecho, se mantiene como primero en la clasificación de Liga F, empatado a puntos con el Barça y el Atlético y con mejor diferencia de goles que estos rivales. Una situación que se tomó como motivación en la primera jornada y que, tras tres partidos, deja una declaración de intenciones que ilusiona al fútbol femenino español.

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En su primera cita ante su hinchada, las blancas quisieron demostrar que esta campaña va a ser diferente. Y tiraron de su jugadora marca -la capitana, Olga Carmona- para romper el 0-0 desde el punto de penalti. Fue el primer gol de un partido en el que hubo de todo: polémica por un gol anulado al Athletic, gol en propia, exhibición de una Leupolz que no para de subrayar su condición de fichaje estrella...

El partido arrancó con el Real Madrid volcado arriba. Toril introdujo varios cambios con respecto al último partido y sorprendió con línea de tres centrales y un trivote con Leupolz, Teresa Abelleira y Angeldahl. La fórmula funcionó. Al cuarto de hora, un internada de Bruun tras una brillante dejada de Leupolz provocó un penalti en el que Olga Carmona impuso su seguridad. La sevillana, con una celebración curiosa, en la que se tapó los oídos, puso el 1-0 unos minutos antes de que Bruun apareciera para demostrar que tiene cabeza de killer.

La danesa remató un centro cerradito de Teresa Abelleira desde el córner y el balón sumó el 2-0 tras golpear en Maite Zubieta. Quedaba mucho partido, con un Athletic que necesitaba una reacción para no seguir muriendo en el intento. Un cambio de ritmo que llegó tras el descanso. El equipo de David Aznar metió una marcha más, asedió durante minutos al Real Madrid y incluso mandó un balón a la malla tras un gol olímpico que no subió al marcador. La árbitra anuló la diana de Nerea Nevado por falta sobre Misa. Una acción muy protestada por el cuadro vasco, que reclamó la decisión por medio de una publicación en X (antes, Twitter).

Le vio el Real Madrid las orejas al lobo y recompuso sus filas, con cambio de esquema -Toril volvió al sistema de dos centrales- y con la entrada de estrellas como Athenea o Caroline Weir. La cántabra volvió a ser un ciclón, aunque le faltó calma por momentos. Recuperó un balón nada más saltar al campo y tuvo una ocasión muy clara en la que pudo ceder el disparo a una Weir sin marca.

El Ahtletic siguió mostrando sus dientes, entre ocasiones de las blancas. Teresa Abelleira tuvo un gran tiro que se marchó fuera. Y las de Aznar apretaron en el área a Misa, con María Méndez como salvadora a cinco minutos para el pitido final. Con mucho dinamismo en el juego y un buen espectáculo sobre el verde, ambos equipos cerraron un gran partido que terminó sonriéndole a las blancas, que hasta pueden permitirse relajarse en algunos tramos del encuentro. Las de Toril presentan ese aire de ganador que ilusiona al madridismo y que les deja con tres de tres. Un pulso con el que son líderes y cogen fuerza para plantarse en la eliminatoria europea del jueves con las mejores sensaciones.