Un Sevilla sin argumentos pierde la ilusión de la Copa del Rey: adiós al sueño, hola a la realidad

Sin argumentos. Sin ningún atisbo de romper un partido que le cayó como una losa. Este es el actual Sevilla, que no tiene apenas mimbres, siquiera, para eliminar a un buen equipo de Segunda División. El Almería arrolló a los de García Pimienta con una claridad pasmosa, pese, incluso, a haber comenzado abajo en el marcador.

Y es que el Sevilla saltó bien al campo. Con hambre por pasar de ronda y con un gol de Isaac Romero tras una buena jugada de Dodi Lukebakio. Pero tras diez minutos de ataque, el conjunto nervionense desapareció del mapa. El Almería asumió la batuta del partido con la madurez de un equipo que, aunque compite en Segunda, bien podría plantar cara en la máxima categoría del fútbol español. Por algo marcha líder. Y por algo el equipo de García Pimienta sigue sin convencer. Porque ni con los titulares -a excepción de Montiel- sobre el césped puede ofrecer argumentos para pasar a los octavos de final de la Copa del Rey.

Pese al dominio almeriense -aunque con algún ataque aislado de un Sevilla nublado de cara a portería-, el 0-1 aguantó en el marcador hasta el descanso. Aunque poco más duró. En la segunda parte el Almería arrasó. Marezi marcó su tercer gol con el primer equipo desde que llegó al conjunto indálico hace dos temporadas... y Luis Suárez descorchó el champán. Seis minutos después de su compañero, el delantero colombiano perforó las mallas de la red. 2-1, con 35 minutos por delante.

Lo normal hubiera sido que el equipo de Primera División diera un paso al frente. Pero las matemáticas no existen en el fútbol -o sí, porque esta vez fue el de Segunda el mejor equipo sobre el césped-. El Sevilla continuó siendo sometido. Con algún mínimo atisbo de renacimiento, pero con la impotencia de que tiene lo que tiene -García Pascual, con ficha del segundo filial, fue la única variante en la delantera-. De que no da para más. Tanto fue así que Luis Suárez se encargó de fusilar las esperanzas de los nervionenses anotando el tercero tras una contra que volvió a sacarle las vergüenzas a la defensa hispalense. Y lo repitió desde los once metros. Agrandó el ridículo nervionense en Almería.

Y de esta forma tan triste se acabó la ilusión del Sevilla en la Copa del Rey. Le queda únicamente LaLiga en una temporada que se denominó como 'transición', pero que precisamente por esa razón necesitaba como el agua poder ilusionarse con algo más. Pero nada. A casa en los dieciseisavos. Fin al sueño. Adiós a la esperanza. Hola a la realidad.