Un Memphis con 'ángel' y el VAR meten al Atlético en semifinales

"Un partido que no debería haberse jugado". Esas fueron las palabras de Quique Sánchez Flores, entrenador del Sevilla, antes del encuentro en el Metropolitano. El minuto de silencio respetado por los más de 60 mil asistentes al estadio en honor a los fallecidos que venían a presenciar el encuentro ponía el debate encima de la mesa: ¿se debe suspender un partido por una situación como la que ocurrió hoy?

La realidad es que el partido se jugó y en ningún momento se planteó una suspensión. Por muy duro que suene, la realidad es que el mercado manda y este calendario tan apretado no permite suspensiones salvo fuerza mayor. Y esto no lo fue para los que deciden. El partido se disputó y el Atlético de Madrid ganó un partido que quizá no merecía ganar, en el que los rojiblancos notaron el cansancio y los sevillistas no se animaron a dar un poco más. Quique apostó tarde por los cambios de ataque y, en cambio, Simeone acertó con los suyos. El VAR, en el último minuto, fue protagonista. El Atlético está a dos partidos de jugar una nueva final y a tres de ser campeón. Y este tiene que ser el gran objetivo rojiblanco.

Cada vez que el Atlético quiere salir desde atrás jugando o le llega el balón a Oblak con un poco de presión, hay 'run run'. El titular de este capítulo me sirve de manera literal. Porque el Metropolitano no está acostumbrado a que su equipo salga jugando desde abajo una y otra vez y claro, cuando sucede y hay algún mal pase o control, como le ocurrió a De Paul, sufre. Y se escuchan los rumores y cuchicheos en la grada. Pero los de Simeone, siguiendo el plan de su entrenador, lo intentan una y otra vez, a pesar de las dudas de los aficionados.

Partidos jueves-lunes-jueves-domingo-miércoles-domingo... el mes de enero está siendo muy duro para el Atlético de Madrid y tras el partido de Granada, al Atlético le costó 25 minutos entrar en juego. Estaba un poco 'aplatanado' el equipo de Simeone, no llegaba a la presión arriba ni circulaba la pelota con rapidez. El cansancio físico, en el fútbol de élite, marca diferencias. Dos días más de descanso, marcan diferencias. Y una pared también la marca, por eso Marcao le hizo penalti a Molina, pero un detalle, un mal apoyo, puede quitarte la gloria como le pasó a Griezmann, que falló el penalti tras patinarse y tirar la pena máxima por encima de la portería de Nyland. Era el 21º penalti tirado por Griezmann como jugador del Atlético de Madrid y marcó 13, fallando ocho, una cifra bastante alta para un jugador de su calidad.

 

Tras lo que vivimos ayer en Mallorca y Bilbao, esperábamos una jornada de jueves de Copa por todo lo alto para cerrar los cuartos de final, pero no lo encontramos. El encuentro del Metropolitano fue pasivo, con arranques del Atlético de Madrid, intentos de contragolpe del Sevilla y búsqueda constante de jugadas a balón parado por parte de los hispalenses. Los de Quique intentaban frenar el juego en todas las ocasiones posibles y los de Simeone movían con poco ritmo la pelota. Después de lo vivido en la eliminatoria contra el Real Madrid, el Metropolitano estaba dormido y necesitaba un poco de agitación, algo que no encontraba por parte sus jugadores, pero que terminó encontrando gracias a Correa, Memphis y el VAR.

Simeone no se casa con nadie. Si ve que Morata y Griezmann no están finos, que no entran tanto en juego, que no generan ocasiones claras (más allá de una del francés con pirueta incluida), los quita del campo en el minuto 65, con empate a cero y el Metropolitano se queja pero 'bajito'. Él cree que lo mejor para su equipo es refresco arriba y quita a su mejor jugador y al futbolista más en racha del equipo, pero nadie lo protesta. En el lugar de ellos entraron Depay y Correa, dos jugadores que están pasando un momento extraño en el club, pero que son la única opción de recambio en ataque para los rojiblancos. Y Simeone vuelve a tener razón, porque una gran asistencia del argentino tras un caño a Ramos dentro del área terminó con gol del neerlandés.

399 partidos con el Club Atlético de Madrid. Con un pie fuera del club con destino Arabia Saudí (veremos si se concreta), el argentino entró y fue uno de los revulsivos del equipo gracias a ese caño dentro del área sobre Sergio Ramos y esa asistencia medida a Depay. A algunos puede que les haya dejado fríos el paso de Correa por el club rojiblanco, pero llegó siendo un niño y, temporada a temporada, ha crecido, llegando incluso a ser campeón del mundo con Argentina representando al equipo madrileño. Los hinchas lo quieren y él ama al club. Todavía tiene cuerda Angelito y le va a dar a su equipo todo lo que tenga, hasta el último segundo.

Sí, no nos podíamos ir de este partido sin polémica con VAR de por medio. Estas líneas no deberían estar, porque ya había terminado de escribir todo, pero un error de Barrios en el último minuto de descuento, que no despejó, terminó con un posible penalti sobre Lamela que Gil Manzano pitó, pero que después rectificó por llamado del VAR. Los jugadores del Sevilla se desesperaron, Quique Sánchez Flores puso cordura y el Cholo Simeone festejó el pase a semifinales de su equipo.