Endrick pasa del oportunismo a la ansiedad… y tiene en Güler un espejo al que mirarse
El brasileño, impreciso en Cartagena, necesita "ser paciente", como explicó Ancelotti. Arda le marca el camino.
Endrick (18 años) se quedó a centímetros de incendiar el Cartagonova… y se marchó con la rabia de, pese a rematar seis veces y cinco a portería, no dejar su nombre en el paseo del Real Madrid ante la Deportiva Minera (0-5). El brasileño llevaba casi un mes sin jugar, completó por primera vez los 90 minutos y se mostró un tanto ansioso en sus llegadas. Le faltó el gol, su especialidad, y no se conformó con ser el mejor regateador (cinco) ni con haber dejado numerosas muestras de su enorme talento con sombreros y paredes imposibles. Fran Martínez le amargó la noche y Ancelotti se la endulzó después.
"Ha hecho un buen partido. Marcar es un detalle, pero se ha movido con acierto y tuvo ocasiones. Cuando le puse por la derecha fue muy peligroso. Debe ser paciente: marcará cuando lo necesitemos", le tranquilizó el entrenador, siempre tan pendiente como Davide de no adelantar procesos y tratar con mano izquierda a los jóvenes talentos. Aun así, el delantero no celebra desde hace casi cuatro meses y su falta de minutos, con sólo 25' en los ocho encuentros anteriores, le obligan a exprimir sus oportunidades. Y en Cartagena se quedó con un regusto agridulce.
Si bien desplegó su arsenal de recursos e hizo daño al espacio, no logró convertir sus aproximaciones ni terminar de ser certero en el remate. En el 3' estrelló un mano a mano con la puntera en Fran, en el 5' le sobró un regate para finalizar y en el 81' se topó con una gran parada del meta para evitar que colase un disparo con comba por la escuadra. Antes, quizá algo ansioso, no ajustó varios disparos en jugadas que acabaron a trompicones. El día lo tenía marcado en rojo y lo despidió sin cortar su sequía.
Por contra, los elogios de Carletto se corresponden con los destellos y el empeño que mostró el ariete: se sacrificó en defensa, desequilibró y hasta se gustó con taconazos y autopases útiles que desembocaron en acciones de peligro. Aunque no esté acostumbrado a debutar en una competición sin marcar (sí lo hizo en Liga, Champions o Libertadores), la cita de Cartagonova sacia su sed de participación y le dota de ritmo para poder ayudar en la Supercopa. Ante la Minera empezó de '9' y acabó de extremo. Sin Vinicius, al que hoy le pueden caer dos o cuatro partidos de sanción, también levantó la mano para actuar en banda.
El ejemplo de Güler
En cualquier caso, el de Taguatinga tiene un buen espejo al que mirarse en la figura de Güler. El turco debutó oficialmente con el Madrid hace justo un año, precisamente en el estreno en Copa contra la Arandina, y vivió un primer curso complicado a causa de las lesiones, primero, y después por la escasa confianza de Ancelotti. Aun así, aprovechó como nadie sus oportunidades en el tramo final de temporada y con la Liga ya ganada (hizo seis goles) y ese acelerón le ha servido para dar un paso al frente en esta 24-25. El año pasado disputó 442' repartidos en 13 partidos, este lleva 766' en 21.
Con Arda también hubo paciencia (en marzo tuvieron hasta que llamarle a capítulo por su falta de intensidad y alguna indisciplina) y se le concedió un necesario margen de adaptación. Endrick, ahora, lo necesita. Como en su momento Vinicius (superó burlas y mofas hasta llegar a ser The Best), Militao (dejó dudas en su primera temporada) o hasta Courtois (se le pitó en el Bernabéu). Modric también puede darle consejos.
En el Madrid insisten en que Endrick es "un crío" de apenas 18 años y que todavía debe ganar en madurez. Pero la confianza es máxima. Por eso se le cerró la puerta de salida en enero… y se rechazaron los acercamientos de clubes de la Bundesliga. Tampoco hay previsión de que salga en verano.
"Con él las cosas empezaron muy pronto. Debe poner atención para que la parte emocional no le afecte. Va a alternar momentos buenos con altibajos, a mí me pasó", recordó a Relevo Sávio, otro futbolista que conoció pronto los focos al debutar con 18 años en Flamengo y saltar al Madrid con 23. Su receta, clave: "Endrick tiene un potencial enorme, mucha calidad técnica, fuerza, velocidad y gol. Debe estar tranquilo, trabajar, trabajar y trabajar". Ahora ha pasado del oportunismo (marcar en chispazos a Real Valladolid y Stuttgart) a la ansiedad que mostró por tramos en Cartagena… y se acogerá a la receta Güler para seguir ganando en protagonismo.