CICLISMO

Tom Pidcock y Maxim Van Gils, dos terremotos consecuencia de un pelotón cada vez más rico

El británico y el belga encuentran acomodo en Q36.5 y Red Bull después de cancelar sus respectivos contratos con Ineos Grenadiers y Lotto-dstny.

Tom Pidcock celebra su victoria en la última Amstel. /REUTES
Tom Pidcock celebra su victoria en la última Amstel. REUTES
Fran Reyes

Fran Reyes

Según se explicó en un reciente cónclave de la élite del ciclismo de carretera, la suma de los presupuestos de todos los equipos del UCI WorldTour masculino ascendió en 2024 a 499 millones de euros, cuando en la temporada 2021 eran de 'sólo' 379: un incremento de casi el 25% en apenas tres años. En ese dato se encierra el nudo gordiano del deporte de la bicicleta en la actualidad: más dinero y más competitividad que nunca, y también un mercado propicio para los vendedores. Por la tendencia general, cualquier ciclista del top100 mundial puede encontrar un mejor contrato que el que firmó hace unos años… o incluso, en el caso de Maxim Van Gils, hace unos meses.

Maxim Van Gils (1999, Brasschaat) fue uno de los mejores clasicómanos de la recién finalizada temporada. Su victoria en la Eschborn-Frankfurt y su podio en la Flecha Valona llegaron después de comprometerse en el mes de marzo con Lotto-dstny, el conjunto en cuyas filas se había formado desde que era sub23, por tres años más. Su valor de mercado creció hasta dejar desfasado su nuevo salario. El belga quiso capitalizarlo y, para ello, unió sus destinos con Alex Carera: el representante de Tadej Pogačar, el mismo que llevó a Cian Uijtdebroeks de Bora-Hansgrohe a Visma | Lease a Bike el pasado invierno en un movimiento harto similar que incluyó cancelar un contrato en vigor.

Tras muchos tira y afloja, Lotto-dstny se avino a negociar para dejar escapar a uno de sus ciclistas franquicia a cambio de sanear económicamente un proyecto que, en lo estrictamente deportivo, en 2026 ascenderá de la categoría ProTeam (segunda división mundial) al WorldTour (primera). Van Gils dará ese salto antes: según un abrumador número de medios de comunicación, Red Bull (actual denominación de aquel Bora que vio partir el pasado diciembre a Uijtdebroeks) se ha llevado la partida pese a los esfuerzos a última hora de Astana e Ineos Grenadiers. El periodista Daniel Benson, equivalente ciclista de Fabrizio Romano, fue informado por Carera de que el belga pretendía un contrato de tres años con su nuevo destino.

Un tanto diferente es el caso de Tom Pidcock (1999, Leeds). El británico es una estrella multidisciplinar, doble campeón olímpico de MTB y campeón mundial tanto de ciclocross como de MTB, que sólo ha trasladado a cuentagotas su talento a la carretera. La Amstel Gold Race de este año, la Strade Bianche del pasado o la victoria en Alpe d'Huez en el marco del Tour de Francia de hace dos son un balance exiguo para el aura de un corredor con mentalidad de tiburón y un entorno (preparador, mecánico, masajista…) de dóbermans que no acababa de engranar con Ineos Grenadiers, el antiguo Sky que vio en él una posibilidad de reverdecer los laureles de Bradley Wiggins y Chris Froome.

No ha sido así, y por eso se marcha.La polémica ha rodeado a Pidcock, siempre lenguaraz; particularmente, en esta última temporada, donde su incomodidad ha coincidido con la catarsis espoleada por los nuevos rectores de Ineos Grenadiers, dispuestos a revolucionar la estructura hasta el punto de cambiar un tercio del cuerpo técnico. En términos de plantilla también ha habido cambios, y de hecho son uno de los grandes perdedores del mercado: se van Tom Pidcock (29º del ránking UCI) y Jhonatan Narváez (33º, a UAE Team Emirates), y la incorporación de más calidad y pedigrí es el ex campeón del mundo sub23 Axel Laurence (208º, desde Alpecin-Deceuninck).

La desvinculación de Pidcock e Ineos fue oficialmente comunicada el miércoles por la tarde, con una nota lacónica que contrasta con el prolijo anuncio remitido esta mañana por Q36.5 Pro Cycling Team, nuevo equipo del crack británico. Se trata de un conjunto de matriz suiza que recoge el legado del antiguo Qhubeka, primer equipo comercial africano participante en el Tour de Francia que ahora pervive refundado en la categoría UCI ProTeam. Este fichaje le convierte en una escuadra muy apetecible para los organizadores de carreras, de cuyas invitaciones dependen para confeccionar un buen calendario, e incluso de cara a atraer más recursos que les permitan crecer hasta su objetivo final de integrarse en el UCI WorldTour.