Iván García Cortina pudo dejar Movistar por el equipo de Roglic tras quedarse sin Tour: "Hubo algo"
El velocista asturiano, con contrato hasta 2026, atiende a Relevo tras cerrar la que, dice, ha sido su peor temporada en el conjunto telefónico.

Quien conoce bien a Iván García Cortina, además de llamarle Corti, sabe que lejos del ciclismo hay un tema del que el asturiano del Movistar Team podría estar conversando durante horas. "Bueno, es que aquí en España tenemos muchísimo nivel", confiesa el gijonés, con contrato en el cuadro telefónico hasta 2026. Se refiere, por si aún hay dudas, al café. "En Madrid, Barcelona o Gijón te puedo decir varios sitios que tienen una calidad brutal", asegura con una sonrisa quien porta su propia cafetera durante los más 200 días que pasa lejos de Andorra, donde reside con su mujer y su hijo.
"Tenía ganas ya de retomar la rutina de competición, se echaba de menos", afirma Cortina, que cumplirá la treintena en noviembre, cuando ya haya concluido su quinta temporada en la estructura de un Eusebio Unzué que, por los pasillos de La Galiana Golf Resort, advierte a su pupilo ante el inminente anuncio de Alejandro Valverde como seleccionador nacional de ciclismo: "Fuera 'El Bala' o no, Corti ya sabe qué es lo que tiene que hacer para que le lleven".
"En eso estamos, en eso estamos", replica él, sonrisa tímida, aunque experimentada. La arenga del jefe no es gratuita. Si atendemos a los resultados, Cortina acaba de concluir uno de sus peores cursos como ciclista profesional. En búsqueda de un triunfo que se le resiste desde octubre de 2022, el asturiano cerró la temporada con siete 'top-tens' en 66 días de competición, un balance que no se corresponde con su calidad como finalizador. Solo brilló en el Tour de Flandes, donde un inconveniente le obligó a echar el pie a tierra en el Koppenberg. "No fue la cadena", aclara. "Patinó la rueda con el barro y en un momento, todo se fue al carajo. Pasé de poder hacer un buen puesto a terminar el vigesimosexto".
"Este último año ha sido, seguro, uno de mis peores como profesional", reconoce, sincero. "Creo que se ha debido a muchas cosas. He tenido momentos buenos, como en Flandes, pero siento que a veces el estar delante o no se reduce a pequeños detalles, quizás más suerte que otra cosa. La última parte [del año] me costó un poco más, porque el no ir al Tour de Francia… Prepararte para una cosa y terminar no yendo te hace ir a contrapié. Sigues haciendo las cosas bien, entrenando como debes, pero mentalmente te cuesta".
"No sabía al 100% si iba al Tour o no, pero la preparación sí que lo fue y sí que era un objetivo después de haber ido en 2021. Al final, haces un pico de forma muy bueno [levanta la mano], estás un mes sin competir y luego hay un vacío en el que se te hace muy larga la temporada [baja la mano poco a poco], va cayendo tu pico de forma y acabar en China el veintipico de octubre… [suspira] Llegas ya con el gancho, pidiendo la hora".
"Me cogí un hotel en Andorra e hice la preparación solo, como si estuviera con el resto"
Ciclista de Movistar TeamCortina no solo se quedó fuera del ocho del Tour de Francia, sino que tampoco fue a la concentración del equipo en Andorra para preparar una ronda francesa para la que estaba preseleccionado. "Eso son decisiones del equipo, no dependen de mí", zanja. "¿Que cómo me lo tomo? Bueno… [sonríe]. Fui por mi cuenta. Me cogí un hotel en Andorra un pelín más abajo que ellos e hice todo como si estuviera con ellos, pero solo. Bueno, solo no, con Marc Soler [ex Movistar, ahora en UAE]. Íbamos mano a mano, entrenando muy a gusto. Hicimos un muy buen bloque… Aunque a él le cundió y a mí no [ríe]".
Ante la frustración, eso sí, constancia. "Es lo único que puedes hacer, seguir intentándolo. Es difícil asimilar algo así. Sobre todo cuando no te salen las cosas. Que tú lo intentas, estás ahí y no te sale. Y llega una hostia, y otra hostia, y otra hostia... Cuesta bastante", explica. "Pero al final es cuestión de resiliencia. Ante los palos, te centras en seguir entrenando, en seguir cuidándote. Y es que tampoco te queda otra. Es tu trabajo. En Burgos, por ejemplo [después de no ir al Tour], hice tres terceros puestos. Ese es el camino. Espero que pronto, ojalá este año, todo se dé la vuelta".
Lo hará, en cualquier caso, con el —nuevo— maillot del equipo Movistar. Aunque el guion bien podría haber tomado otro rumbo. En el ocaso de la temporada, poco después de haberse quedado fuera del Tour por decisión técnica, Cortina supo del interés del todopoderoso Red Bull BORA-hansgrohe de Primoz Roglic. "Hubo algo, sí", confiesa sonriente, sin ganas profundizar en detalles. "Es cierto que cada vez está todo más futbolizado, pero es lo que tienen los equipos con tanto presupuesto. Si yo me quisiera ir, que no digo que sea el caso, y un equipo, pongamos el Bora, quisiera pagar mi cláusula, se llega a un acuerdo y es un win-win para ambas partes".
Apaciguadas las aguas tras un periodo algo convulso, el asturiano redirigió el foco y se centró en llenar el vacío que ha dejado Oier Lazkano en la única estructura española del WorldTour. "No siento presión sin él, pero es cierto que nos compaginábamos muy bien siendo diferentes", apunta el gijonés sobre su amigo, ya excompañero. "Él por números, por fuerza bruta, puede estar mano a mano con un Van der Poel o un Van Aert; y yo, con mucho menos, por la manera de ver la carrera o de anticiparme, puedo encontrarme en ese mismo lugar sin tener la capacidad de seguirles cuando arrancan... Esos números están solo al alcance de los elegidos".
"Firmaría un top-10 en Roubaix o en Flandes a cambio de no ir al Tour"
Ciclista de Movistar TeamEl objetivo, pese a todo, pasa por los puntos. Los dichosos puntos. "No se nos olvida, no. Para nada", advierte Cortina al ser preguntado por la anotación que rige el ranking UCI, y por ende, el estado de salud del Movistar Team. "Es que al fin y al cabo es lo que te va a dar más caché, más contrato o más dinero el día de mañana. ¿Mi objetivo? Conseguir más de 1.000 puntos sería una meta importante para mí este año".
Para alcanzar esos puntos, más de los que registró en su mejor temporada [944 en 2022], Cortina ha reformulado su calendario. "El año pasado probé un plan diferente, con menos clásicas y con la Volta a Catalunya, y aunque lo valore positivamente, ahora voy a volver a lo viejo", explica. "Al final, con la estrategia del año pasado te lo juegas todo a dos cartas, mientras que del otro modo haces cuatro o cinco clásicas más, y con que tengas dos días buenos, puedes pillar muchísimos puntos, como me pasó en 2023, que con el quinto puesto en Harelbeke [E3 Saxo Classic] hice 180 puntos".

Superadas las primeras citas del calendario en la Comunidad Valenciana y Mallorca, la siguiente parada es el Tour de Omán, una cita inédita para el asturiano. "Después, haré Almería y Jaén, el opening weekend, que abre la temporada de piedras en el norte con Omloop y Kurne, luego París-Niza y después todo el bloque de Milán-San Remo, Gante-Wevelgem, E3 Saxo, A Través de Flandes, Tour de Flandes y París-Roubaix", indica. "Llegados a ese punto, pararé. Es decir, no haré Amstel y Flecha. Es demasiado. Llegas mentalmente muerto. ¿Firmar un top-10 en Flandes o Roubaix a cambio de no ir al Tour? Sí, lo firmo, pero prefiero un buen papel en todas ellas. Al Tour tampoco es cuestión de ir por ir. Si vas es para hacer algo importante y ayudar al equipo. Y yo quiero reencontrarme con el Iván que conozco. El que disputa carreras y disfruta estando delante y siendo competitivo".