El COI da un round extra al boxeo: los motivos de la expulsión de IBA del movimiento olímpico

En el boxeo, cuando las cosas no van bien y el final del combate está cerca, en las esquinas tienen siempre un mismo mensaje: "Un round más". Esa expresión apremia a los púgiles ha dejar todo en los minutos finales para intentar revertir la situación y ganar un combate perdido. El símil le va perfecto a la situación que vive en la actualidad el boxeo olímpico. El deporte estaba herido de muerte y los Juegos de París en 2024 apuntaban a ser los últimos. Una de las disciplinas con más historia (fue incluida en 1904 y sólo ha faltado en Estocolmo 1912) estaba en jaque debido al mal gobierno sistemático de la Asociación Internacional de Boxeo (IBA, en inglés).

El Comité Olímpico Internacional (COI) dio decenas de ultimátum a IBA, pero la situación no mejoraba y finalmente, este jueves, el COI decidió expulsar a IBA del movimiento olímpico. Hubo 69 votos a favor, uno en contra y diez abstenciones. El hecho no tiene precedentes, pero con este movimiento el deporte se salva. Estará en París y también Los Ángeles 2028, según afirmó el director general del COI, Christophe De Kepper, tras la ejecutiva del organismo. La creación de una nueva organización, World Boxing, es clave para esta decisión. La situación lleva enquistada años y esta es su cronología.

En los Juegos Olímpicos de Río 2016 fue donde comenzaron los problemas. Los controvertidos resultados que se dieron en múltiples combates provocaron la intervención del COI. El presidente de AIBA (nomenclatura anterior de IBA) en ese momento, Wu Ching-kuo, llevaba en el cargos desde 2006 y se destapó, por filtraciones internas, varios casos de corrupción. En ese instante se encargó al investigador Richard McLaren un informe. No lo completó hasta 2021, cuando dictaminó que se amañaron 11 combates de la cita olímpica brasileña.

Antes de conocer los resultados, en 2017, Ching-kuo se vio obligado a dejar la presidencia de AIBA en 2017 después de se revelasen múltiples desfalcos económicos. Corrupción deportiva y económica, la situación del organismo era límite. El COI lo veía con gran preocupación, pero dejó que internamente resolviesen sus problemas. Fue el turno para el uzbeko Gafar Rakimov, quien fue presidente hasta 2019 y dejó su cargo cuando el COI decidió tomar parte. Organizaría el proceso olímpico de Tokio 2020 y la competición en la capital nipona. Rakimov estaba con catalogado por Estados Unidos como "uno de los principales criminales de su país". AIBA tenía tiempo limitado para limpiarse desde dentro y convencer al COI de que eran de fiar.

AIBA entendió el primer aviso del COI. Quedarse sin organizar unos Juegos era suficientemente grave como para hacer autocrítica. Rakimov dejó su puesto a Mohamed Moustahsane. La presidencia interina convocó elecciones en 2020 y el elegido fue el ruso Umar Kremlev. La amenaza de que el boxeo desapareciese del programa olímpico ya era oficial y Kremlev fue un revulsivo. Cambió las siglas de AIBA a IBA (2021) y manifestó que "comenzaba una nueva etapa". La alianza con la petrolera Gazprom salvó el primer matchball, ya que la situación financiera era crítica. Una vez saneado lo más urgente, comenzó a cambiar los órganos de arbitraje y la sintonía con el COI era buena.

La pandemia retrasó los Juegos y todo el proceso previsto. IBA estaba suspendida en su reconocimiento por el COI desde 2019. Necesitaba hacerse respetar para que hubiese cambios, pero pese al esfuerzo inicial, el COI tenía constancia de actos que no le hacían fiarse del nuevo gobierno de IBA. El segundo aviso llegó: el COI dejó fuera del programa inicial de Los Ángeles 2028 al boxeo. Había que seguir cambiando, pero ese aviso fue un fractura total. La invasión de Rusia en Ucrania dinamitó todo. Kremlev es una persona muy cercana a Vladimir Putin. Se dejó ver con él en ese tiempo y también siguió aprovechándose del dinero de Gazprom para financiar el organismo. El presidente de IBA empezó a actuar por libre.

"IBA es un rehén de su liderazgo ruso", aseguró a Relevo Boris van der Vorst, presidente de la Federación de Países Bajos, y principal opositor al ruso en noviembre de 2022. Van der Vorst intentó hacer una moción de confianza para que Kremlev abandonase el poder y así cumplir con las exigencias del COI. El primer intento del neerlandés, en mayo de 2022, no le fue permitido por el gobierno de IBA. Tras recurrir al TAS, IBA tuvo que hacer esa moción en septiembre. Se llevó la votación a Armenia. El acto comenzó 45 minutos tarde por un corte de luz y la votación respaldó a Kremlev con claras sospechas de puchazo.

Legalmente las vías se habían agotado y reforzado en la poltrona, Kremlev aumentó la guerra contra el COI. No reconoció al equipo ucraniano en sus torneos al entender que el presidente de esa federación tomó el poder de manera ilegal. Además, rompió el mandato del COI al permitir, a inicios de este año, que los atletas rusos y bielorrusos compitiesen con su bandera e himno en todas sus competiciones. Pese a todo, Kremlev seguía obcecado en organizar la competición de Juegos de 2024. El COI, antes de todo, había mantenido el torneo olímpico bajo su paraguas. Organizarían todo como en Tokio y tras París el boxeo saldría del programa olímpico. La decisión parecía clara.

Las opciones de echar a Kremlev, por la vía legal, eran nulas. Por ese motivo, varios países se asociaron. Cuando el presidente de IBA confirmó la readmisión de Rusia y Bielorrusia, hubo once naciones que decidieron boicotear todos los torneos IBA. El movimiento fue encabezado por Estados Unidos y Reino Unido. A esos tres países les acompañaron Canadá, Polonia, Países Bajos, Irlanda, República Checa, Irlanda, Suecia, Noruega y Ucrania. Todos ellos también optaron por crear, en abril, World Boxing. El nuevo organismo nacía con la idea de tomar el relevo de IBA e intentar salvar el boxeo en los Juegos Olímpicos.

Era un movimiento a la desesperada, pero que contaba con el visto bueno del COI. El Comité Olímpico Internacional tenía previsto votar este 22 de junio la expulsión de IBA del movimiento olímpico. Una vez salió adelante esa votación se siguió el paso lógico. World Boxing pasará a ser, en un futuro cercano, reconocida por el COI (formalidad) y comandará el boxeo olímpico en el futuro. La situación supone un hecho muy importante, ya que da una vida extra al deporte.

El boxeo tenía confirmada su presencia en París 2024. El COI está organizando los clasificatorios (los Europeos se inician este viernes) y hará lo propio con la competición en la capital francesa. No habrá cambios en esa. La principal modificación llega de cara al próximo ciclo olímpico. El COI dará un voto de confianza a World Boxing y a sus nuevos dirigentes. Así, ha confirmado el boxeo para Los Ángeles 2028. En los próximos cuatro años, World Boxing deberá demostrar que es un organismo ejemplar en su gobierno para que el deporte se mantenga en el programa olímpico. Es decir, el camino a la cita estadounidense marcará el futuro. Si todo va cómo debe el boxeo se habrá salvando sobre la bocina. Si hay problemas la continuidad será prácticamente imposible.

La Real Federación Española de Boxeo ha decidido mantenerse al margen de cualquier tipo de polémica. Desde el organismo están muy atentos a la situación, pero se mantienen "centrados en lo deportivo". España gozaba de prestigio e importancia en IBA. Organizó el pasado año los Mundiales en categoría Joven. La iniciativa respondió a un único motivo: desde la Federación quisieron tener por primera vez en la historia unos Mundiales debido al centenario del organismo en 2022. Por otro lado, hay que destacar la presencia de la española Marta Forcén Celaya en el comité ejecutivo de IBA. Pese a ello, la Federación, como el resto de naciones implicadas que seguían en IBA, están a la espera de los movimientos y designios del COI y de los organismos superiores en cada país. El paso lógico para el resto de naciones, incluida España, sería abandonar IBA y sumarse a World Boxing.