BOXEO

La agonía del boxeo olímpico: "IBA es un rehén de su liderazgo ruso"

La crisis del boxeo podría acabar con uno de los deportes clásicos de los Juegos Olímpicos. "Excluirlo de Los Angeles 2028 sería como un delito", asegura el histórico Roy Jones.

Imagen de los últimos Campeonatos de Europa celebrados en Armenia./IBA Boxing
Imagen de los últimos Campeonatos de Europa celebrados en Armenia. IBA Boxing
Álvaro Carrera

Álvaro Carrera

El boxeo es uno de los deportes olímpicos considerados como clásicos. El noble arte se incluyó en los Juegos Modernos en 1904 y ha estado en esa cita, de manera ininterrumpida, desde 1920. Esos más de cien años de historia quedarán en nada a partir de París 2024. Si la situación no cambia, el deporte no estará en los Juegos Olímpicos de 2028. "Excluirlo del programa olímpico sería una tontería, sería un delito", apunta Roy Jones, plata en Seúl 88 y excampeón mundial profesional, en una carta abierta. El estadounidense está en el barco de IBA (Asociación Internacional de Boxeo, en inglés) y de ahí viene el problema. Hay dos facciones claras y la política también está de por medio.

Los Juegos Olímpicos de Río 2016 fueron el detonante de toda la situación. Los controvertidos resultados en muchos combates provocaron la intervención del Comité Olímpico Internacional. El presidente de AIBA (marca anterior de IBA), Wu Ching-kuo, se vio en la picota. Estaba en el cargo desde 2006 y se descubrió, por filtraciones internas, que la corrupción marcaba su mandato. En ese momento se encargó al investigador Richard McLaren un exhaustivo informe. En 2021 llegó a la conclusión de que hasta 11 combates se amañaron en la cita olímpica brasileña. La investigación fue larga, pero se corroboraron los movimientos que se habían producido años atrás.

Imagen del combate entre el español Samuel Carmona y el irlandés Barnes en Río 2016. Getty Images
Imagen del combate entre el español Samuel Carmona y el irlandés Barnes en Río 2016. Getty Images

Wu Ching-kuo se vio obligado a dejar la presidencia de AIBA en 2017, ya que se le descubrieron múltiples desfalcos. El taiwanés es el principal culpable inicial de esta situación. De hecho, en la citada carta de Roy Jones, le culpa de ser "el mal del boxeo olímpico". Jones, eso sí, obvia lo posterior. El uzbeko Gafur Rakimov tomó la presidencia de AIBA hasta 2019. Estados Unidos lo tenía catalogado como "uno de los principales criminales de su país". Ese mandato, sumado a las revelaciones que se iban conociendo del informe McLaren y de otras investigaciones, provocaron un movimiento sin precedentes. El COI, en junio de 2019, dejó de reconocer a AIBA y tomó el control del boxeo para los Juegos de Tokio 2020. El organismo olímpico sería el encargado de llevar a cabo los procesos de clasificación y el torneo.

El primer aviso del COI provocó cambios

El aviso para AIBA fue manifiesto: debían cambiar las cosas. Rakimov dejó la presidencia en manos de Mohamed Moustahsane y en 2020 se convocaron elecciones. El ruso Umar Kremlev fue elegido presidente y tenía un objetivo claro: mantener al boxeo en los Juegos. El aviso era real y los cambios no tardaron en llegar. La situación financiera de AIBA era crítica. Kremlev se encargó de revertirla gracias a un acuerdo con Gazprom y comenzó a cambiar internamente los órganos de arbitraje y sistemas utilizados para impedir nuevos amaños. La dirección parecía tomar un camino correcto e incluso el ruso aseguró que había buena sintonía con el COI.

El retraso olímpico vivido por la pandemia provocó que hasta 2021 AIBA no tomase el mando. El organismo decidió cambiar sus siglas a IBA para "romper con el pasado". Se quería vender una imagen de limpieza y transparencia en la gestión. Esos avances existen y Roy Jones reconoce que "se tomó el camino correcto". Pese a ello, los directivos de IBA contactados por Relevo han declinado hacer declaraciones para explicar su punto de vista.

La situación de nuevo volvió a torcerse a finales de 2021. El COI, que no tenía la misma percepción de transparencia y cambio con respecto a IBA, dejó al boxeo fuera del programa inicial de los Juegos Olímpicos de 2028. El máximo organismo del deporte olímpico no confía en las relaciones del presidente de IBA (sobre todo con Putin) ni en su manera de gestionar la federación. El golpe es tremendo y pone al deporte en la lona. Significa mucho quedarse fuera de esa cita y más siendo en Los Ángeles, una de las cunas de la disciplina. El segundo aviso provoca el efecto contrario al esperado por el COI, quien daba todavía chanzas al noble arte, pero debían producirse cambios todavía más profundos.

La invasión de Rusia a Ucrania rompe las relaciones por completo

Las variaciones internas en cuanto a la independencia de los jueces en la competición siguen llegando, pero la ruptura entre Kremlev y el COI es un hecho. El máximo mandatario de IBA es cercano a Vladimir Putin y, tras la invasión de Rusia a Ucrania, esa relación acaba de dinamitar todo. Kremlev no rompió los acuerdos con Gazprom y comenzó a actuar por libre. "IBA es un rehén de su liderazgo ruso", asegura a Relevo Boris van der Vorst, presidente de la Federación de Países Bajos, y principal opositor al ruso.

Vladimir Putin y Umar Kremlev durante un acto en Rusia en septiembre de 2022. Getty Images
Vladimir Putin y Umar Kremlev durante un acto en Rusia en septiembre de 2022. Getty Images

El pulso Kremlev-COI es cada vez más notorio. En septiembre, el máximo mandatario de IBA se fotografió con Putin en la inauguración de un centro de boxeo en Rusia. Además, en octubre se vivió un capítulo difícil de superar. Kremlev no reconoce a Kyrylo Shevchenko como presidente de la Federación Ucraniana sino a Volodymyr Prodyvus, quien abandonó el país cuando comenzó la invasión y ahora es su vicepresidente. Por ello, los púgiles ucranianos pueden competir, pero bajo el nombre "equipo ucraniano IBA". Por si fuese poco, el presidente rompió el mandato del COI y va a permitir a luchadores rusos y bielorrusos pelear bajo su bandera y escuchar su himno si ganan el oro.

Todos estos condicionantes han hecho que el COI vuelva a tomar las riendas del boxeo olímpico de cara a París 2024: organizará de nuevo los preolímpicos y la competición en la capital francesa. Aunque es algo que no se repetirá. "La situación es crítica. El COI no asumirá la responsabilidad de nuestro deporte para un tercer ciclo olímpico pese al amor por el mismo y el deseo de proteger a nuestros púgiles. Lo que han hecho no tiene precedentes. Si queremos que el boxeo se incorpore a Los Ángeles 2028, los líderes del boxeo deben mostrar su determinación a cumplir con la Carta Olímpica y desarrollar un entorno sostenible y justo" avisa Van der Vorst.

"Si queremos que el boxeo se incorpore a Los Ángeles 2028, los líderes del boxeo deben mostrar su determinación a cumplir con la Carta Olímpica"

Boris van der Borst Presidente de la Federación Holandesa

Las sospechas de corrupción interna vuelven a aparecer

Fuera del tema político, las sospechas sobre el gobierno interno son claras. El pasado septiembre, Kremlev logró pasar una prueba de confianza. A Van der Vorst no se le permitió competir contra él en una votación en mayo. El junio, el TAS mandó repetir el proceso. El nuevo congreso se desarrolló en Armenia. Comenzó 45 minutos tarde por un corte de luz y la votación respaldó al ruso en la presidencia (106 a 36). Al conocerse el resultado, el COI emitió un comunicado en el que apuntó "su profunda preocupación por el futuro de la institución".

"La decisión del TAS fue ignorada al no celebrar una nueva elección"

Boris Van der Vorst Presidente de la Federación de Boxeo de Países Bajos

"La decisión del TAS de reincorporarnos a mí y a otros tres candidatos para los puestos de la Junta de IBA fue ignorada al no celebrarse una nueva elección (no se les dejó presentarse a la primera elección y la segunda no se llegó a realizar porque el presidente solo votó para respaldar su mandato, sin posibilidad de apoyar a otra persona). Hemos presentado numerosas quejas a todos los órganos judiciales del congreso, hemos hecho preguntas a la Junta de la IBA, pero nos han ignorado", apunta Van der Vorst. El neerlandés pone también en tela de juicio que la votación se llevase a cabo en un país prorruso y que está señalado en el Informe McLaren "por las brechas de seguridad y ataques a funcionarios en el Europeo que se celebró este año en el país. El informe de McLaren sobre este tema primero se retrasó y ahora se ocultó a la comunidad del boxeo", añade.

Boris van der Vorst, que propone un "camino de democracia, sostenibilidad e integridad por encima de todo para la institución", reconoce que no ve posible unas nuevas elecciones pronto por el "desprecio que la IBA tiene a sus propias normas". El neerlandés concluye en Relevo con un doble mensaje. "Estoy decidido a seguir luchando por el futuro del boxeo olímpico. La pérdida de ese estatus sería un desastre. Aunque quiero acabar con otro tono, en positivo. Hay un Campeonato Mundial Juvenil en España (del 13 al 27 de noviembre). Hagamos todo lo posible para no quitarles el protagonismo a esos jóvenes talentos y hablemos de los planes de futuro tras la entrega de medallas".