NCAA

El 'cerebrito' español al que un intercambio de informes desde Islandia llevó a la NCAA: "Aquí se mueve muchísimo dinero... Van a venir cada vez más europeos"

Pedro García Rosado ejerce como entrenador asistente de los Cougars de la Universidad de Washington State.

Pedro García Rosado, durante un partido./CEDIDA
Pedro García Rosado, durante un partido. CEDIDA
June Lavín

June Lavín

"Vamos a charlar de baloncesto". Bajo esa premisa, Pedro García Rosado (Torremolinos, Málaga, 1990) descuelga el teléfono para atender la llamada de Relevo. Lo hace desde Washington, a 8.695 kilómetros, donde ahora reside y desempeña el rol de "entrenador asistente y responsable de ataque" en los Cougars de la Universidad de Washington State. Pese a su corta edad, en su historial figuran aventuras en España, Reino Unido, Islandia... y, desde hace cuatro temporadas, también en Estados Unidos, su "sueño".

Un intercambio de informes con David Riley, primer técnico de los Cougars y uno de sus principales valedores, cuando pertenecía al staff del UMF Sindri de Hofn, Islandia, lo cambió todo: "David y yo llevamos muchos años desarrollando una relación personal, intercambiando informes, notas prepartido y postpartido, entrenamientos... Hablábamos muchísimo de baloncesto. Él, en ese momento, era ayudante de Eastern Washington University (EWU) y, cuando el primer entrenador se va, le ofrecen hacerse cargo del equipo y me llama".

Para retroceder al origen de todo, eso sí, hay que remontarse al año 2006: "Cuando yo tenía 16 años y estaba jugando en Los Guindos [un club de Málaga], mi entrenador me dijo 'oye, ¿me puedes echar una mano en un torneo, que estoy muy liado?', y yo le dije que sin problema, que le ayudaba. Empecé a ir a todos los entrenamientos con él mientras yo jugaba y estudiaba Bachillerato, y me gustó [refiriéndose a entrenar]. Nunca había sido un gran jugador ni nada de eso, pero hubo un momento en el que tuve que elegir con cuál de las dos cosas seguir y aquí estoy". La precisión y energía con la que relata el camino recorrido le delata: le encanta su trabajo y se siente un "privilegiado" por poder desempeñarlo en la NCAA, uno de los mejores escenarios para hacerlo.

Desde entonces, y de la manera más espontánea, lleva más de 15 años dedicándose a entrenar (Huddersfield, Leeds, Málaga, Cáceres, Valencia, Islandia, Reading o Mánchester...), ya completamente aclimatado al baloncesto formativo estadounidense y a la NCAA, una categoría que considera "más parecida a la Euroliga que a la ACB, porque, por desgracia, la ACB no tiene tantos recursos como tenemos nosotros". Enumera, desde su amplia experiencia y conocimiento, infinidad de diferencias entre el baloncesto estadounidense y el español, consciente, además, de las dificultades implícitas a la hora de entrenar en categorías formativas nacionales en las que "se ve más como un hobby y se cobran 100-200€".

Becas student-athlete, “entrenamientos individuales”...

"España es alucinante", asegura Pedro García Rosado, mientras matiza que, "con un poco más de recursos, se podrían hacer mejores cosas de las que ya se hacen". Él, desde su llegada a Estados Unidos, percibe de manera diferente el "contacto en la pista", aspecto al que allí se dota de una importancia suprema. Del mismo modo, subraya los "entrenamientos individuales" como otra de las claves para entender el éxito de la NCAA, que alcanza su punto más álgido con el March Madness [torneo que elige al campeón y que se traduce como la locura de marzo]: "Hacemos entrenamientos individuales todos los días y eso es algo que no pasa por lo general tanto a nivel profesional. Cada entrenador ayudante tenemos nuestro grupo de jugadores con los que trabajamos todo el año, en mi caso los aleros, y tenemos sesiones de 30 a 45 minutos de trabajo individual".

Pedro García Rosado, durante un entrenamiento. CEDIDA
Pedro García Rosado, durante un entrenamiento. CEDIDA

En ese trabajo individual en el que tanto inciden en Estados Unidos se encuadran diferentes objetivos: "Cada jugador tiene que mejorar en un apartado del juego distinto: hay algunos de ellos que tienen que meter 100 triples más, otros 150 más... Ese trabajo individual que se fomenta y que ellos quieren realmente no lo he visto ni en España ni en Europa, y quizá uno de los motivos sea los pocos recursos que tenemos allí [en España] a nivel de instalaciones, de pabellones". Además, y a través de una mirada analítica y crítica a partes iguales, detecta otro problema en el baloncesto español que no existe en el americano: "Los entrenadores no trabajan a tiempo completo, que lo tienen como hobby y cobran 100-200€. Entonces, a veces ese entrenador tiene que tener un trabajo a tiempo completo en otro lado y no le puede dedicar mucho más tiempo a sus jugadores".

Las becas student-athlete [posibilidad de compatibilizar la práctica de un deporte con una carrera universitaria] son otro de los grandes filones del modelo estadounidense: "Los jugadores compaginan muy bien ambas cosas, la parte académica y la parte del baloncesto. Suele venir el academic advisor cuando viajamos, que es una persona que se encarga de llevar la parte académica, de resolverles dudas si es que las tienen o lo que necesiten". La posibilidad de "percibir becas completas y cobrar dinero" es un aspecto que tampoco ha pasado inadvertido y resulta clave para entender la fuga de jóvenes talentos de canteras importantes del baloncesto español a Estados Unidos: Aday Mara, Álvaro Folgueiras, Baba Miller, Jan Vide, Ismaila Diagne o Conrad Martínez. Además, la opción de explotar al máximo los derechos NIL (name, image and likeness) de los jugadores, vendiendo su imagen a diferentes marcas, convierten la NCAA en sumamente rentable (y muy atractiva) si se compara con, por ejemplo, Primera FEB o Segunda FEB, escalones previos a la Liga Endesa.

"En la NCAA se mueve muchísimo dinero... Van a venir cada vez más europeos"

Pedro García Rosado Entrenador Asistente en Washington State

En la NCAA, entonces, "se mueve muchísimo dinero y los jugadores son completamente profesionales". Pedro García Rosado, en la misma línea, prevé un éxodo mayor en los próximos años, aprovechando la opción de "sacarte tu carrera, un buen dinero y jugar a buen nivel": "Hay muchos que ya están viniendo y cada vez van a venir más y más... ¿Por qué no hacer eso?". Uno de los últimos en sumarse a la lista fue Kaspars Jakucionis, canterano del Barça y fichaje de lujo de la Universidad de Illinios. En el caso del lituano, se habló sobre la posibilidad de que percibiese 750.000 dólares brutos por temporada, una cantidad impensable hace unos años y relativamente común en la actualidad.

Pedro García Rosado dirige un entrenamiento de los Cougars. CEDIDA
Pedro García Rosado dirige un entrenamiento de los Cougars. CEDIDA

No obstante, y pese a deshacerse en elogios al modelo académico y deportivo que fomenta la NCAA, también aprovecha la entrevista para poner el valor lo conseguido por diferentes jugadores de baloncesto españoles en Estados Unidos: "Calderón, Pau, Marc... A los españoles se nos quiere en todos lados, pero es que nosotros hemos tenido jugadores muy buenos en Estados Unidos y eso, sumado a los éxitos internacionales que nuestra Federación tiene cada año, nos ayuda a tener muy buena reputación aquí".

Importancia a la estadística y cambios en la manera de reclutar

No es una sorpresa que, teniendo en cuenta el volumen de recursos de los que disponen las diferentes universidades de la NCAA, las estadísticas y el Big Data sean uno de los más recurrentes y explotados. Se utiliza para "absolutamente todo" y permite a los equipos ir un paso más allá, como el propio Pedro García Rosado expone: "Tenemos diferentes softwares tanto de vídeo como de estadística, además de muchas personas que se dedican puramente a la estadística. Y tenemos una empresa externa contratada que también analiza datos, estadísticas y mil resultados que hay ahí. Está a la orden del día, porque, por ejemplo, durante los partidos hay una tablet que nos da mucha información sobre cómo están sucediendo las cosas, lo que está pasando...".

"El objetivo es ir a por los mejores. De hecho, cuando vas a los campeonatos de Europa Sub-16, Sub-18, Sub-20 hay entre 50 y 100 entrenadores de universidades en esos torneos viendo a todos los jugadores... Y eso es algo que antes no se hacía así o, al menos, no tanto", indica Coach Pedro, como se refiere a él en la Universidad Estatal de Washington de la que salió, por ejemplo, Klay Thompson, ahora en los Dallas Mavericks de la NBA. "Se hace un seguimiento durante toda la temporada y hay diferentes empresas que se dedican a mandar información", añade.

Además, y teniendo en cuenta la exigencia propia de la NCAA, ya no sólo para los jugadores, sino también para los entrenadores y cuerpos técnicos ("si no ganas, te echan"), "necesitas ganar y por eso tienes que ir a por los mejores". En su caso, Washington State "pertenece a un Top 60 ó 70, así que solamente podemos ir a por los mejores, a por jugadores top, sin inventos".

"Mi carrera ha sido diferente a la de todo el mundo, pero he crecido en Málaga y he vivido la época dorada de Unicaja con Scariolo..."

Pedro García Rosado Entrenador asistente en Washington State

Con cuatro temporadas en Estados Unidos ya a sus espaldas, Pedro García Rosado reconoce que su carrera "ha sido diferente a la de todo el mundo", por lo que le resulta complicado identificar en qué entrenadores se ha fijado a lo largo de su trayectoria. "He crecido en Málaga, en Unicaja, y he vivido la época dorada de Unicaja con Sergio Scariolo, que es un referente, al igual que todo su staff: Paco Aurioles, Chus Mateo, que estaba en aquel momento, Ángel Cañete... He pasado muchas horas con ellos y me han ayudado mucho. Tomás Rueda también cuando empecé. En Estados Unidos no hay tanta gente como yo, de fuera, pero David Riley, el primer entrenador, es un referente por estar donde está con 36 años".

Y aprovecha la charla, también, para rescatar una historia especial que le une a Jaume Ponsarnau, ahora técnico de Bilbao Basket: "Cuando él salió de Guipuzkoa Basket, se trajo a toda su familia a Reading [a la John Madejski Academy], en Inglaterra, que era donde yo estaba entrenando, para aprender inglés. Vino a entrenar en nuestra academia, sus hijas se apuntaron a un colegio y él estaba entrenando con nosotros en la academia, con jugadores de todos los niveles. Es superhumilde y supertrabajador".

Elogios a Saint-Supery y el March Madness en la retina

Por último, y preguntado por un jugador español al que considere diferente y le tenga especial fe, no duda: "Yo, como buen malagueño, te voy a decir Mario Saint-Supery. Está haciendo un trabajo muy bueno en Manresa de la mano de Diego Ocampo desde el año pasado y la verdad es que están guiando su carrera muy bien sus padres, sus agentes... Es divertido de ver. Le conozco desde que tiene 14 años y apunta maneras".

Sin perder de vista el baloncesto español ("soy también responsable de scouting internacional y tengo que estar mirando a España, África, Australia... y a todos los países"), habla del March Madness como su próximo gran objetivo ("es lo que más me motiva del mundo sin lugar a dudas") y reconoce que haber seguido un camino diferente al del resto, probando suerte en destinos menos mediáticos como Reino Unido y, sobre todo, Islandia, "en un pueblito de mil habitantes, a seis horas de Reikiavik", le ha "moldeado mucho" y le ha ayudado a llegar hasta donde está.