SELECCIÓN | ENTREVISTA

'El Principito' Saint-Supery, la joya del baloncesto español que quedó señalada por una leyenda NBA: "Me vio y me dijo 'vente para acá'"

El jugador de Baxi Manresa, cedido por Unicaja, es uno de los jóvenes en los que confía Sergio Scariolo para asumir el mando del futuro en la Selección.

Mario Saint-Supery, esta semana en un entrenamiento con la Selección. /FEB
Mario Saint-Supery, esta semana en un entrenamiento con la Selección. FEB
Guillermo García

Guillermo García

"Te aviso, entrevistas... he hecho dos contadas, así que estoy…". Mario Saint-Supery no puede ocultar la niñez que todavía le invade. Su rostro le delata, pero también cierto nerviosismo a la hora de ponerse frente a una grabadora. Esa inocencia contrasta con su descaro en la cancha, donde se ha consolidado como una de las nuevas realidades del baloncesto español.

Mario Saint-Supery habla sobre las expectativas.

El malagueño (Rincón de la Victoria, 2006) es uno de los jóvenes talentos -junto a Sergio de Larrea e Izan Almansa- que han sido llamados a filas por Sergio Scariolo para la disputa de los dos partidos de esta Ventana de noviembre ante Eslovaquia. Dos encuentros en los que España se juega buena parte de sus opciones de estar en el Eurobasket y que confirma la apuesta del seleccionador por hacer realidad el anticipado cambio generacional.

Ya habías estado como invitado en febrero, pero ahora eres parte del equipo para jugar los partidos. ¿Cómo estás viviendo esta primera concentración?

Muy contento. Ya en febrero tuve una preview de lo que era la Selección, de lo que era la familia y ahora estoy muy contento de que me hayan dado la oportunidad, porque la verdad que para mí desde pequeño siempre ha sido un sueño estar aquí. Y ahora estoy aprovechando las oportunidades.

¿Los nervios cómo van?

Pues mira, te tengo que decir que ayer por la mañana, en el primer entreno, al principio estaba bastante nervioso y me costó un poquillo arrancar, pero cuando lo hice ya fue todo normal. Estoy disfrutando.

Con tanto joven en la plantilla, ¿cómo va de paciencia Sergio Scariolo?

Muy bien. Yo creo que él es el primero que sabe que tiene que darnos un poquillo más de margen de error y de margen de mejora, sobre todo. Yo lo veo tranquilo. Nos ayuda, habla con nosotros y la verdad que es genial.

¿Y los veteranos, como llevan tanta juventud?

Bueno, los veteranos están, pero no son los veteranos veteranos. [Risas] Ellos también están aprendiendo ese papel.

¿Os han hecho alguna novatada?

Para lo que nos podrían haber hecho, bastante poco.

¿Y os dejan, por ejemplo, poner música en el vestuario o ahí se respetan los galones y mandan ellos?

Bueno, cada uno va a su rollo, sí, da igual. Cada uno hace un poco lo que quiere.

¿Te podías imaginar hace un año estar hoy en este vestuario?

Tan pronto no. Yo desde pequeño veía que podía llegar, que trabajando duro y currando y tal, que podría tener la oportunidad algún día. Pero tan pronto no.

¿Cómo empieza la aventura de Mario Saint-Supery en el mundo del baloncesto?

Desde que tengo memoria el baloncesto ha estado en mi vida. Siempre. Yo empecé a jugar en un club, El Palo, en Málaga, con cuatro años. Desde ahí mi padre siempre quería que entrenase con gente mayor y a mí me encantaba. Yo entrenaba con uno, con dos y hasta con tres equipos. Me pasaba tardes enteras en el pabellón, siempre entrenando con mayores, currando a tope y disfrutando.

Pero si con cuatro años el balón es más grande que tú…

Sí, pero yo era grande, corría y la botaba… [Risas]

La anécdota con James Worthy.

¿Eso fue lo que le llamó la atención a James Worthy, leyenda de la NBA y de los Lakers de ti?

Fue en el campus de NovaSchool, que es un colegio que está a cinco minutos de mi casa y donde yo he jugado al baloncesto. De hecho, la mitad de mi formación ha sido allí. Era un campus y estaba James Worthy. Y yo fui a verlo, pero, yo no estaba dentro del campus. Yo iba de visitante porque era un día de puertas abiertas, un entreno y tal. Y mi padre me vistió con una camiseta de Pau Gasol, con una equipación entera de Pau Gasol de los Lakers. Yo estaba en la grada, James Worthy estaba explicando algo y me vio y dijo, "tú, vente para acá". Y me puso a tirar tiros libres.

¿Y cómo fue?

Pues tardé… lo metí a la quinta. Estaba muy nervioso. Yo no sabía quién era, pero mi padre me dijo: "Buah". Estaba superemocionado. Le encantaba porque él es muy friki del baloncesto.

¿Has superado ya a tu padre?

Empezó tarde. Mi padre empezó jugando con 16 y él ha sido siempre más un espectador que jugador. No se le daba mal. Él dice que si hubiese medido dos metros hubiese jugado ACB, pero ha dado para lo que ha dado.

En este camino en el que llevas tan poco tiempo… ¿cuáles son tus sensaciones? ¿Te da vértigo lo rápido que va todo?

Lo primero es que nunca me lo hubiese imaginado. Yo he ido poco a poco, día a día, entreno a entreno, año a año y centrándome solo en divertirme, que para mí es la clave para mejorar. Disfrutar y currar mucho. Y poco a poco he ido creciendo. El baloncesto me ha dado momentos muy bonitos y muy rápido, demasiado a lo mejor, pero bueno hay que aprovecharlo.

Y a esa velocidad, ¿tienes miedo de caer?

Más que un miedo es el tema de saber gestionar las expectativas, las comparaciones y el ruido de fondo. Eso hay que saber gestionarlo. Yo, por suerte, llevo tres años con una psicóloga a la que voy una vez a la semana, no fallo, y me está ayudando muchísimo. Mis padres siempre me han puesto los pies en el suelo y he estado rodeado de entrenadores y de gente muy buena, que me han ayudado y me han hecho verlo como un camino en el que hay que ir poco a poco.

Hablando de gestionar expectativas, ¿en algún momento crees que se te ha subido un poco a la cabeza el hecho de haber llegado tan pronto?

No es que se me haya subido a la cabeza, pero empiezo a creérmelo. Hace a lo mejor un par de años decía 'guau, es mentira yo no puedo estar aquí tengo que estar soñando'. Pero ahora un poco como que me lo estoy empezando a creer, que me puedo ganar la vida y estoy empezando una carrera como jugador de baloncesto, que era mi sueño desde pequeño. Entonces, claro, es algo increíble.

Dentro de esas expectativas, eres todavía un niño que se ha criado en la generación de las redes sociales. ¿Cómo llevas todo el ruido que ahí se genera, con mucha crítica desmedida?

A ver, por suerte, todavía estamos entrando como la nueva generación, los golden boys 2.0, y casi todo lo que dice la gente y lo que opinan de nosotros son cosas buenas. Pero tampoco les presto mucha importancia porque es lo que te he dicho antes, el tema de las comparaciones, el ruido de fondo y eso no creo que merezca la pena. Yo tengo que centrarme en mi camino con la mirada fija para adelante.

18 añitos… ¿tienes carnet de conducir?

Eso es un tema aparte, mejor no hablar de ello porque es un desastre.

¿Y los estudios?

Pues he empezado ADE este año en la UNIR. Voy poco a poco.

Porque eso lo tienes claro, la necesidad de seguir estudiando.

Para mí estudiar es 100% necesario. Mis padres también me lo han inculcado siempre. Yo creo que tengo que tenerlos, ya no solo por si acaso en el futuro lo necesito, sino por la cultura, por ser una persona formada.

Mario Saint-Supery sobre irse a EE. UU.

Viendo a muchos compañeros de generación que han hecho las maletas, ¿no te ha pasado por la cabeza marcharte a Estados Unidos?

A ver, cuando era más pequeño mi objetivo era ir a Estados Unidos a jugar, pero ha ido todo tan rápido y ha ido todo tan bien, por así decirlo, que ese sueño como que se esfumó y creo que mi carrera la he enfocado desde otro sitio.

¿Y la NBA?

Sería un sueño jugar y yo voy a currar para intentarlo.

¿Qué tienes que ver con El Principito o con su escritor Antoine de Saint-Exupéry?

Yo no tengo ni idea. Mis padres me han dicho siempre que una relación hay, que mi familia tiene algo de relación. Pero no lo saben, no hay pruebas 100% verídicas, pero siempre se ha dicho en mi familia. No te puedo decir.

¿Y a ti te gusta el apodo?

Sí. Joder, está bien. Es un mote original y chulo.