La lección de Jakob Ingebrigtsen tras una provocación ridícula de Josh Kerr en la guerra del 1.500

"¿Cuál es la mayor cualidad de su oponente?". Una pregunta dirigida a Jakob Ingebrigtsen y Josh Kerr, enemigos irreconciliables del atletismo desde hace un año, puso la rueda de prensa de la Diamond League de Zúrich al rojo vivo. El noruego y el escocés, que este jueves se miden en los 1.500 metros de la prestigiosa cita suiza, dudaron antes de dar el primer paso. Y el británico abrió fuego.

Tras unos segundos eternos, el campeón mundial y subcampeón olímpico de 1.500 metros agarró el micrófono y espetó para sorpresa de los asistentes un supuesto elogio: "Su mejor cualidad es probablemente su buen gusto en el vestir". Kerr, con gafas de diseño y anillo de proporciones gigantescas, cual campeón de la NBA, tuvo que hacer un gesto con su americana para que los periodistas, atónitos ante su intervención, comprendiesen a qué se refería.

Ingebrigtsen suspiró y contó hasta tres antes de su réplica. "Rendir o dar el 100% cuando importa. Creo que Josh ha conseguido eso al menos desde los Juegos de Tokio. Ser capaz de hacer tu mejor carrera cuando hay que hacerla es realmente importante", contestó con elegancia el campeón olímpico de 5.000 metros, que no fue capaz en París de revalidar su título en los Juegos en 1.500, quedando incluso fuera del podio; y al que se le ve más tranquilo fuera del tartán.

El noruego puso por fin un poco de calma en una rivalidad que se encarnizó tras el Mundial de Budapest en agosto de 2023, cuando la victoria de Kerr a Ingebrigtsen en 1.500 metros alimentó un cruce de declaraciones que llegó hasta los Juegos de la capital francesa. Cierto es que Ingebrigtsen disparó la primera bala, alegando que aquel día estaba enfermo y que "Josh Kerr era simplemente el siguiente en la lista". Uno que pasaba por allí que le quitó la gloria por segundo mundial consecutivo, antes lo había hecho el inglés Jake Wightman en Eugene 2022.

Kerr se agarró a aquel dardo para replicar a Ingebrigtsen en un podcast británico de su confianza, el Sunday Plodcast. Entre sus lindezas, acusó a Jakob de "tener un ego desmedido". Ingebrigtsen "siempre quiere ser el centro de atención, rodeado por gente que dice que sí a todo". Además, le advirtió de forma premonitoria: "Si no se da cuenta de sus grandes debilidades, como las carreras sin liebres, no ganará el oro en París". El escandinavo le respondió que le "podría ganar con los ojos vendados" y que el 1.500 de los Juegos "sería como una carrera por el parque". Al final, ni uno ni el otro.

En el tartán del Stade de France, no en los podcasts, el oro fue para el estadounidense Cole Hocker y el bronce para su compatriota Yared Nuguse. Ambos, menos acostumbrados a polémicas, presenciaron este miércoles en primera persona ojipláticos los momentos más tensos de la rueda de prensa entre Josh Kerr (segundo en el 1.500 de los Juegos) y Jakob Ingebrigtsen (cuarto en París en la distancia reina). Fue una estampa más propia del boxeo que del atletismo. Los gallos ubicados en los extremos; Hocker y Nuguse, de árbitros, en el centro; y el exvallista británico Collin Jackson, de maestro de ceremonias.

Los cuatro se verán las caras este jueves a las 21:27 horas en una carrera a la que Jakob llega aquejado de un virus tras firmar el 25 de agosto en Silesia (Polonia) la mejor marca en 3.000 metros de todos los tiempos. Un registro de 7:17.55 que mejora en más de tres segundos el histórico crono del keniano Daniel Komen (7:20.67, Rieti, 1996) y que se convierte en una de las plusmarcas más sobresalientes del deporte rey. El 1.500 de Suiza será otra película. Ingebrigtsen no cree que, dadas las circunstancias, pueda batir en Zúrich el récord del marroquí Hicham El Guerrouj [3:26.00 en Roma en 1998]. Pero con Jakob nunca se puede decir nunca. Nadie tiene (ni tan siquiera Josh Kerr) su fondo de armario.