TENIS

La lección que recibió Nadal de su tío Toni cuando se fue a pescar con 12 años: "No llores, pero si quieres ganar, lo primero es lo primero"

El campeón de 22 Grand Slam escribe una carta en 'The Players Tribune' y recuerda una charla con su tío Toni que le marcó para siempre.

Rafael Nadal y su tío Toni, durante la Copa de maestros de 2013 en Londres. /Clive Brunskill/Getty Images
Rafael Nadal y su tío Toni, durante la Copa de maestros de 2013 en Londres. Clive Brunskill/Getty Images
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Toni Nadal fue uno de los grandes ausentes en la despedida de Rafael Nadal en la Copa Davis de Málaga. El fallido homenaje organizado por la Federación Internacional de Tenis no contó con la presencia de Novak Djokovic ni de Roger Federer, sus grandes rivales, y tampoco con el tío y mentor que cinceló esa ambición sin límites que mostró siempre sobre la pista el balear.

El entrenador ya había avanzado semanas antes que no acudiría al torneo de despedida de Nadal porque tenía que atender algunos asuntos de trabajo, pero no por ello dejó de ser llamativa su ausencia en un palco en el que estaban todas las personas que alguna vez formaron parte del equipo del jugador.

Nadal siempre ha reconocido que si no fuera por su tío Toni, él nunca habría sido tenista. Con él creció como tenista y conquistó todas las cotas imaginables hasta que Toni decidió, en 2017, dar un paso al costado y dejar a Carlos Moyà al mando del equipo técnico. Pero Nadal nunca ha dejado de hablar maravillas de la influencia de su tío.En una carta que acaba de publicar en 'The Players Tribune', el campeón de 22 Grand Slam recuerda un episodio que le marcó a fuego cuando era todavía un niño que soñaba con convertirse algún día en tenista profesional.

"Me llevé esa lección conmigo a todos los partidos que jugué. No me impulsaba el odio hacia mis rivales, sino un profundo respeto y admiración"

Rafael Nadal

"Cuando era niño, aprendí una lección que todavía tengo grabada. No sé exactamente a qué edad fue, pero creo que tenía unos 12 años. A esa edad, me encantaba ir a pescar, me encanta el mar, soy de Mallorca y en mi caso, el mar forma parte de mi vida. Se trata de la sensación de estar al lado del mar, sentado en las rocas con familia y amigos, o en un barco. La desconexión y la paz que sientes es algo especial", arranca el exnúmero uno su carta.

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"Un día fui a pescar, cuando podía haber estado entrenando y, al día siguiente, perdí mi partido. Recuerdo que, de vuelta a casa, estaba llorando en el coche y mi tío, que a esa corta edad tuvo una gran influencia en mí y que fue quien hizo que me enamorase del tenis, me dijo: 'Está bien, es solo un partido de tenis. No llores ahora, no tiene sentido. Si quieres pescar, puedes pescar. No hay problema. Pero entonces perderás. ¿Y si quieres ganar? Si quieres ganar, lo primero es lo primero'", añade Nadal sobre aquellas palabras que todavía no olvida.

"Fue una lección muy importante para mí. Si la gente me ve como un perfeccionista, es también por esa llamada interior que sentí aquel día en el coche de regreso a casa. Esa voz nunca me ha abandonado. Un día puedo estar en el mar, pero hoy y mañana tenía que entrenar".

Rafael Nadal se abraza a su tío Toni después de ganar el título de Roland Garros 2005.  AFP PHOTO / CHRISTOPHE SIMON
Rafael Nadal se abraza a su tío Toni después de ganar el título de Roland Garros 2005. AFP PHOTO / CHRISTOPHE SIMON

El consejo de su padre: «Copiar es más fácil que inventar»

La familia ha sido siempre un pilar importantísimo en la carrera del exnúmero uno. En la misma carta en 'The Players Tribune', Nadal recuerda otro episodio sobre un consejo que le dio su padre, Sebastià.

"Espero que mi legado sea que siempre intenté tratar a los demás con profundo respeto. Esta era la regla de oro de mis padres. De niño, mi padre siempre me decía: 'Inventar es difícil. Copiar es mucho más fácil'. No hablaba de tenis, se refería a la vida. Mira a tu alrededor y observa a las personas que admiras, cómo tratan a los demás: Qué te gusta de ellas, compórtate como ellas y seguramente vivas una vida más feliz", señala Nadal en el texto publicado este martes.

"Me llevé esa lección conmigo a todos los partidos que jugué. No me impulsaba el odio hacia mis rivales, sino un profundo respeto y admiración. Simplemente, intentaba despertarme cada mañana y mejorar un poco para poder seguirles el ritmo. ¡No siempre funcionaba! Pero lo intentaba... Siempre lo intentaba".