TENIS

Carlos Alcaraz derriba la Gran Muralla de Sinner para conquistar Pekín

El español pone fin a la impresionante racha del número uno (6-7, 6-4 y 7-6) y levanta su cuarto título del curso. Alcaraz y Sinner regalan otro duelo para el recuerdo.

Carlos Alcaraz, durante la final del ATP 500 de Pekín ante Jannik Sinner. /Reuters
Carlos Alcaraz, durante la final del ATP 500 de Pekín ante Jannik Sinner. Reuters
Nacho Encabo

Nacho Encabo

Jannik Sinner está atravesando las semanas más complicadas de su carrera. "He pasado noches sin dormir", admitía estos días el número uno, en el punto de mira del planeta tenis por su positivo en un control antidopaje. El caso, que parecía cerrado con la exoneración, está otra vez muy caliente y le va a generar más de un dolor de cabeza al italiano en los próximos meses. Con los informes en su cajón, el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) estudiará la demanda de la Agencia Mundial Antidopaje y decidirá si le impone una sanción de entre uno y dos años o le deja libre de culpa.

Alcaraz derrotó a SinnerATP Media

Esa pelea judicial acabará a corto o medio plazo, pero hay una batalla que va para largo y que tiene visos de acabar en los libros de historia: es la que mantiene desde hace años con Carlos Alcaraz, el hombre que ha puesto fin a la enorme resistencia de Sinner. Ha tenido que ser Carlitos, quién si no, el que acabe con la Gran Muralla de Sinner en Pekín con un 6-7 (6-8), 6-4 y 7-6 (7-3) que se ha cerrado en tres horas y 21 minutos. Otro partido para el recuerdo de los dos tenistas llamados a dominar el circuito.

Llegaba el italiano a la final del ATP 500 chino en volandas, en una racha de 14 victorias seguidas y recién coronado en Cincinnati y en el US Open pese a la tormenta de su caso de dopaje. Sinner ofreció este miércoles un ejercicio que bien le puede valer ante el TAS. Paciencia, resistencia, supervivencia y ataque. Pero Carlitos no entiende de expedientes ni de apelaciones. Porque cuando se enchufa, desborda hasta al mejor tenista del planeta.

Alcaraz ha sudado tinta, eso sí, para doblegar a Sinner y alzar su cuarto título del curso (después de Indian Wells, Roland Garros y Wimbledon). Son ya 16 en total para este chico de 21 años que estrena además palmarés otoñal: es su primera corona a estas alturas de la temporada, una demostración de su madurez. El año pasado, agotado, prometió haría lo que estuviera en su mano para llegar a este tramo de curso en plenas condiciones. Promesa cumplida.

Sinner y Alcaraz regalaron un partidazo a la altura de lo que promete su rivalidad. El décimo cara a cara (5-5 ahora mismo) pudo haber acabado mucho antes si el español hubiera aprovechado sus oportunidades en el primer set. El pupilo de Juan Carlos Ferrero tuvo una ventaja de 5-2, sacó después con 5-4 a favor, desaprovechó una pelota de set al resto en el 6-5 y en el tie break dejó escapar un 6-4 a su favor. Sinner, en cambio, abrochó el set en la primera oportunidad que tuvo.

En el segundo set, con las espadas en todo lo alto, Alcaraz y Sinner se dedicaron a reventar la pelota. Fue un pulso precioso, coronado con un juego, el octavo, que fue una refriega. Con 4-3 a favor de Sinner, Carlitos necesitaba sacar adelante ese juego como fuera. Y lo hizo a base de sudor: salvó dos pelotas de break -eran casi match points- y acabó poniendo el 4-4 tras 14 minutos de pelea. Alzó los brazos al cielo, como dando las gracias a una fuerza superior.

Al juego siguiente, Alcaraz rompió para inmediatamente después llevarse el segundo set. Llevaban ya más de dos horas en la pista, pero todavía quedaba fiesta. Lo sabía Alcaraz, que sacó de la mochila un bote con jugo de pepinillosy se lo bebió para evitar calambres.

Alcaraz golpeó de inicio en el set definitivo y tuvo dos pelotas más de break con 3-1 a favor. Pero pasó de ese posible 4-1 y servicio a estar 4-3 y 0-40. Y Sinner, como casi siempre, no perdonó. Dio la vuelta al asunto y la final se marchó al tie break definitivo. Y ahí, otra montaña rusa: un 3-0 de inicio para Sinner que Alcaraz, con la varita mágica en la mano, convirtió en un 7-3.