NATACIÓN

La victoria en la Copa Nadal despierta en Mireia Belmonte la nostalgia de los años más salvajes y exitosos

La nadadora del CN Barcelona logró el triunfo ex aequo con Laura Rodríguez y Guillem Pujol sigue de récord en la travesía.

Mireia Belmonte ganó la Copa Nadal./REUTERS/ Bruna Casas
Mireia Belmonte ganó la Copa Nadal. REUTERS/ Bruna Casas
Alberto Martínez

Alberto Martínez

La Navidad le ha traído a Mireia Belmonte viejos recuerdos, con su participación -y victoria ex aequo con Laura Rodríguez- en la tradicional y centenaria Copa Nadal que reúne cada 25 de diciembre a centenares de valientes que desafían las bajas temperaturas -cada vez menos, lejos quedan ya aquellas nevadas de los años 60- y se lanzan a cubrir por diversión los 200 metros junto al Port de Barcelona. En esta ocasión ha habido récord de participantes y de mujeres. Apenas dos meses atrás se celebraba en esas aguas la Copa del América de Vela, ahora regresa la zona del Maremágnum a la normalidad, y no podía faltar la travesía organizada por el CN Barcelona, ahora la entidad a la que pertenece la badalonesa.

Mireia Belmonte, la gran atracción de la Copa Nadal con más participación de la historiaEFE

Las aguas abiertas no son una especialidad nueva para la campeona olímpica, y, de hecho, formó parte de su programa de entrenamiento y de competición de 2013 a 2016, en una época en la que la nadadora se creía capaz de todo, y en parte lo era con unos entrenamientos salvajes y concienzudos, una vida dedica las 24 horas a sacar la máxima competición. "Hicimos un pacto de sangre con Mireia para ganar el oro olímpico", recordaba siempre su entrenador, Fred Vergnoux. "He aprendido a escuchar mi cuerpo e ir paso a paso", dijo la badalonesa apenas diez días antes de esta prueba tras declarar en 2014 que "mi estilo de vida se llama oro olímpico". Y lo logró.

La primera vez que Mireia Belmonte exploró en una gran competición las aguas abiertas fue en Barcelona, en la misma zona en la que ahora celebró el triunfo. Hace ya 11 años de aquello. En los Mundiales de 2013, celebrados en la ciudad condal, la badalonesa compitió en los 10 kilómetros, prueba olímpica, pero fue descalificada a las primeras de cambio al saltarse una baliza amarilla cuando apenas se habían disputado 500 metros. El experimento de Mireia Belmonte tenía una explicación.

Cuando Vergnoux, técnico francés del CN Sabadell, se hizo cargo del entrenamiento de Mireia, le introdujo las pruebas de fondo en piscina. La badalonesa, por aquel entonces de 19 años, era una especialista en los 200 y 400 estilos, los 200 mariposa y los 200 braza, incluso había sido medallista mundial júnior en 2006 en 400 libre. Pero con Vergnoux, debido al alto volumen de metros que nadaba cada día y a su técnica, le añadió los 800 y los 1.500 libre. Y la nadadora ya fue competitiva en el Mundial de piscina corta de 2010. De ahí a las aguas abiertas había un paso.

Una carrera de Berlín 1936 a la polémica en 2016 con Erika Villaécija

"Siempre necesité estímulos. Cuantas más pruebas nade, más opciones tendré de llegar a la final", acostumbraba a explicar la badalonesa, que no renunciaba nunca a una prueba, y quien en 2013 añadió las aguas abiertas a su programa. Tras el intento fallido de Barcelona 2013, en 2014 ganó el bronce en la contrarreloj de 5 kilómetros celebrada en el Canal de Grünau de Berlín, donde se celebró el piragüismo en los Juegos de 1936. En un lago tranquilo, sin codazos ni guerras, la badalonesa inauguró ese formato con un podio.

La apuesta por las aguas abiertas, incluso, llevó a Mireia, ausente en los Mundiales de Kazán de 2015, a nadar el Preolímpico en Portugal para clasificarse para los Juegos Olímpicos de Río. Y hubo polémica. Recibió un golpe dentro del agua, algo habitual, por parte de la otra española, Erika Villaécija, y el exnovio de la badalonesa, el ahora presidente de la Federación de Piragüismo, Javier Hernánz, la acusó de "tácticas antideportivas". Mireia creyó que fue sin querer, lo mismo que explicó Villaécija, quien si se clasificó para sus cuartos Juegos.

Ahí acabó el intento de Mireia en las aguas abiertas. Una apuesta que formó parte de los años en los que la nadadora catalana lograba todo lo que se proponía, y ahora también lo ha conseguido en esta Copa Nadal en la que ya ha inscrito su nombre.

Guillem Pujol pulveriza todos los récords en categoría masculina

Con un tiempo de 1:50.9, Guillem Pujol supera así el récord absoluto de la prueba que tenía Carles Ventosa desde 1994, cuando estableció una marca de 1:51.05 minutos. El nadador del CN Mataró defendió con autoridad su victoria del pasado año y, tras completar los 200 metros con salida y llegada al Portal de la Pau en 1 minuto y 50 segundos, logra su decimoprimera victoria consecutiva, superando así al nadador olímpico español Dani Serra, que logró diez.