MOTO2 | GP DE JAPÓN

Manu González y el radar que le dio su primera victoria en el Mundial

El piloto madrileño se convierte en Japón en el español número 59 que gana una carrera del Mundial de Motociclismo.

Manu González celebra el triunfo del pasado fin de semana. /EFE
Manu González celebra el triunfo del pasado fin de semana. EFE
Borja González

Borja González

Twin Ring Motegi (Japón)-. La carrera de Moto2 de Japón ha podido ser decisiva para el título. Eso si no estaba ya bastante claro que el japonés Ai Ogura era el favorito. Llegaba a su casa con 42 puntos de ventaja sobre su compañero de equipo Sergio García, aunque este viene en una clara línea descendente en las últimas semanas: había sumado seis puntos en los anteriores cinco grandes premios. Así que, si podía haber alguna esperanza de frenar a Ogura, parecía más sensato aferrarse al tercero y al cuarto de la clasificación, Arón Canet, ganador en Indonesia, y Alonso López, los dos a 52 puntos del nipón. Pero este domingo las circunstancias aclararon mucho el panorama.

Justo antes de que arrancase la prueba empezó a llover, a no mucha intensidad. Los pilotos volvieron a sus garajes y Dirección de Carrera anunció una nueva carrera reducida a 12 vueltas. Metidos en sus boxes, todos intentaban entender la magnitud de la lluvia, para saber si apostar por motos con neumáticos de agua, o con neumáticos de seco. La elección que marcó el domingo: la mayoría se imaginó un aumento de la cantidad de agua, y unos pocos que aquello no iba a ir a más. Y fueron estos últimos los que acertaron. Entre ellos, Ogura, que hizo lo que se supone que no se debe hacer: usar una estrategia contraria a la de tus rivales. En pocos giros, quedó claro que los que iban con seco iban a triunfar.

Y, por encima de todos, un piloto español que nunca había ganado en el Mundial: el madrileño Manuel González, que ya había subido en varias ocasiones al podio (cuatro antes de esta). Un piloto con un recorrido no habitual, poque no dio el paso a Moto2 desde Moto3, sino desde el campeonato del mundo de Supersport, y antes de la categoría de 300cc, esa en la que fue campeona del mundo Ana Carrasco, y en la que él brilló en 2019. González vio su oportunidad desde el arranque, y no la desaprovechó, para convertirse en el español número 59 en ganar al menos una prueba en el Campeonato del mundo.

"He tenido bastante confianza, veía que los pilotos con neumáticos de lluvia no iban rápido, las gomas estaban secas y cuando ves que la victoria está más cerca y más cerca, te pones cada vez más nervioso, intentas no cometer errores. Me fallaba un poco la moto en la última vuelta y sólo quería terminar y pasar la meta, porque pasar primero siempre es increíble y es una sensación que, como no sabes cuándo se va a repetir, hay que aprovecharla. Creo que ha sido un día bastante especial", nos decía después de su inesperado triunfo, en un circuito en el que había sufrido una fuerte caída, en lluvia, en 2022. El madrileño llegó exultante al parque cerrado, para celebrarlo con su equipo el Gresini Racing, y para dedicarle el triunfo a Luca Salvadori.

Salvadori era un piloto italiano que falleció a mediados de septiembre, que había corrido el Mundial de eléctricas, y que era famoso en su país por su carrera como Youtuber. "Era muy amigo de mi compañero Filippo Rovelli, que era mi compañero de equipo antes, y que vive conmigo y entrena conmigo", explicaba. Rovelli, que competía contra Salvadori en una competición en Alemania de la que este último era líder; de hecho, renunció a seguir corriendo allí para no rebasarle en la general y permitir así que ganase el título pese a su fallecimiento. "Después me acuerdo sobre todo de mis padres, que siempre están ahí, desde muy pequeño en las buenas y en las malas, sobre todo en las malas apoyándome, dando mucho trabajo, mucha vida, para que pudiese continuar el sueño de su hijo. Por fin se ha hecho realidad esa victoria".

Un triunfo forjado en una decisión. "Yo estaba 50-50 entre agua o seco. Mi técnico estaba 60-40 a favor de los slicks (Ndr: neumáticos de seco), y mi telemétrico, Carles (Saló), estaba al cien por cien seguro de que la elección buena era la de montar slicks. Y él tiene un truquillo, ve bien las nubes, y la nube era muy pequeña en el radar que tenemos, que siempre funciona bien, y hoy lo ha clavado. Así que la mayor parte de la victoria es gracias a él", nos explicaba con una sonrisa. Una herramienta sencilla que nadie más supo utilizar, y a que González le valió el que por ahora es el mayor premio en su carrera deportiva. "Hoy no ha sido fácil, pero las cosas, cuando están de tu parte, hay que aprovecharlas, y hoy he podido hacerlo".