MOTO2

"Yo también he juzgado por los tatuajes": el amor por grabarse el cuerpo de Arón Canet

El ganador de la carrera de Moto2 de Indonesia habla con Relevo sobre una de sus pasiones.

«Yo también he juzgado por los tatuajes»: el amor por grabarse el cuerpo de Arón Canet
Borja González

Borja González

Lombok (Indonesia)-. Arón Canet es uno de los pilotos más rápidos de Moto2. Aunque también muchas veces ha dejado la sensación de no culminar cuando tiene todo de cara. Se le había resistido mucho la primera victoria en la categoría, y la logró este año en Portugal, en el segundo gran premio. Eso le colocó como uno de los favoritos al título, pero comenzó un periodo de inconsistencia. Ahora, tras el parón veraniego, ha recuperado el pulso, en una curva ascendente que se confirmó este pasado domingo cuando arrasó en la carrera de Indonesia. Una exhibición que le ha colocado tercero en la general, a diez puntos del segundo, Sergio García, aunque a 52 del primero, Ai Ogura. Una distancia que se antoja demasiado grande como para poder recortarla en las cinco carreras que quedan.

Hubo un tiempo en el que el piloto valenciano aparecía en las celebraciones del podio con una pajarita de madera, que tenía previsto quitarse tras su primer triunfo, aunque tanto se hizo esperar que decidió quitársela, y romperla. La pajarita escondía un mensaje vinculado a su imagen, porque Canet destaca a primera vista por llevar su cuerpo lleno de tatuajes. "No hay más espacio. Quedaría parte íntima, cara y cabeza", confesaba a Relevo en una charla que giró alrededor de su sello de identidad. "Me afectó en 2021 un poco, a nivel de Moto2, complicaban los tatuajes las negociaciones", nos confesaba sobre los prejuicios sobre su imagen. "Pero me da igual, porque te debes a tus resultados, que es lo que debe hacer que te quieran no. También puedo entender que no encajase en algunos equipos, porque yo también he juzgado por los tatuajes".

B. González/RELEVO
B. González/RELEVO

De hecho, con una sonrisa nos explicaba que a su propia mujer no le gustan. "Es más, a veces me dice que lo del cuello me queda fatal. La ves a ella y me ves a mí y somos el ying y el yang. No tenemos nada que ver. Es mi medio limón, que digo yo, y si fuese idéntica a mí a lo mejor no me atraería, ni yo a ella", nos dice sobre una persona que considera que le ha hecho dar un salto en cuanto a madurez. Canet se hizo su primer tatuaje a los 16 años, pero uno sencillo, oculto, un 44 (su dorsal) en números romanos que quedaba tapado por la goma del calzoncillo. Y poco a poco la cosa comenzó a extenderse, mientras le subía la fiebre por grabarse la piel.

"Mi padre y mi madre van tatuados también, y en casa lo veía y me llamaba mucho la atención, desde muy pequeño, con ocho o nueve años ya recuerdo en verano con esas pegatinas tipo tatuaje, o con los de henna, que aguantaban a lo mejor dos semanas. Me puse un Pokémon en verano, y con la marca del sol se me quedó dos meses, y me gustaba mucho". Porque sus padres son los que hicieron que le entrase el gusanillo del tatuaje, un deseo que a su hermano pequeño nunca le llegó. "Mi padre lleva uno en el cuello también, mi madre en el antebrazo, en el lumbar, en el empeine, mi padre también en bíceps, hombro, pecho izquierdo, no sé si algo más, creo que en el gemelo".

</p><p> B. González/RELEVO
</p><p> B. González/RELEVO

Hablar con Canet de este tema es entender todo lo que se mueve detrás, en forma de arte y en forma de tendencias. "Con 18 ya empecé un poquito más a hacer cosas que se viesen", explica, porque el primero grande de verdad, que se hizo a los 17, se lo había pintado en el cuádriceps (un casco, un circuito y el Coliseo romano), y no se veía ni siquiera cuando iba con pantalones cortos. "Seguí con la pierna, después empecé con el brazo, me hice realismo en un brazo, un poquito de 'old school' en el frontal, que después me tapé con 'blackwork'. Y lo del cuello fue porque me junté con mi tatuador mucho aquel año. Recuerdo que al principio cuando le veía decía 'madre mía, a dónde va este con el cuello tatuado, que parece un bandido'. Y a los cuatro meses estaba deseando hacérmelo, porque me gustaba".

El ganador en Indonesia en Moto2, que ha corrido para Emilio Alzamora, Max Biaggi, Jorge Martínez Aspar o Sito Pons, y que ahora lo hace para la marca italiana Fantic, enumera la lista de sus tatuadores, de los artistas con los que se ha juntado: Juan Sánchez, Arturo Terol o Raimundo Ramírez, con los que fue y ha ido tejiendo una relación especial. "Llevo 'black and grey' en la pierna izquierda, 'blackwork' en lo que es cuello, espalda y parte del frontal, y mucho realismo también. Para mí es un arte. Hay gente que lo vemos de esa manera, y otra, igual de otra generación, que lo ve de otra completamente diferente". Una peculiar imagen dentro del paddock del Mundial a la que acompaña de un talento que a veces le pasa por encima, y que en otras ocasiones, como esta pasada semana, le hace brillar por encima de sus rivales.

</p><p> B. González/RELEVO
</p><p> B. González/RELEVO

Tatuajes favoritos de Arón Canet:

- "Mi abuelo, al que abrazaba antes de irme a cada carrera, me decía la frase 'quien con Dios sale, con Dios tiene que volver, Dios mío ayúdale y aléjale del mal y de las tinieblas de Satán'".

- "Mi abuela, una persona muy importante en mi vida".

- "Este niño que se ahoga en un vaso de agua, que es lo que a mí me ha pasado mucho durante toda mi carrera deportiva".

- "Este que me hice en la mano, después de la tormenta siempre sale el sol, así que, relax. Lo hice en la mano porque es muy significativo para mí, porque cuando bloqueo me aturullo, y lo veo todo negro, y pienso 'cómo voy a salir de esto', y al final todo pasa, los buenos y los malos momentos".