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Una mofa viral, un número 1 incomprensible y una retirada con parada en los tribunales: auge y caída a los infiernos de Raygun

La b-dancer (y profesora universitaria) australiana dejó una de las imágenes e historias del año olímpico con un baile que le valió todo tipo de críticas.

Raygun durante su actuación en París./Getty Images
Raygun durante su actuación en París. Getty Images
Guillermo García

Guillermo García

El Comité Olímpico Internacional hace tiempo que decidió abrirse a la modernidad y abrazar los nuevos tiempos que corren. Y en su búsqueda por enganchar al público más joven con competiciones más dinámicas, de consumo rápido en los dispositivos móviles, se topó con la escalada, con el 3x3, lo hará con el flag-football en 2028 y se encontró con el break dance en los Juegos Olímpicos de París.

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Una prueba que nadie sabía cómo se iba a desarrollar -ni siquiera los propios b-dancers- y que terminó siendo protagonista por una de las imágenes y las polémicas del año. En la sede de Concorde, donde se celebraron el resto de deportes urbanos (skate, baloncesto 3x3 y BMX) de los Juegos, el breakdance dio sus primeros pasos, aunque no del modo que esperaban el COI y el Comité Organizador.

Un vídeo de una b-girl australiana se hizo viral en las redes sociales y dio la vuelta a todo el mundo. En él se podía ver a Rachel Gunn, alias Raygun, haciendo su ejercicio ante la estadounidense Logistx. No fueron, desde luego, sus mejores pasos. Y eso se unió al desconocimiento general que hay hacia el breakdance para dar forma a una cantidad desmesurada de chistes y memes sobre la participación de la oceánica. "Yo sabía que en ningún caso iba a ganar a estas bgirls, así que hice lo que mejor sé hacer. Salí y mostré mi creatividad, mi estilo y un poco de carácter australiano para intentar dejar mi huella en este escenario mundial", añadió después en la televisión australiana.

Nacida en Sídney en 1987, Raygun se dedicaba al baile de salón y al jazz y no empezó a practicar breakdance hasta después de los 20 años. Al ser una disciplina nueva y con tan pocas deportistas en Australia, Raygun empezó pronto a hacerse un nombre que hoy, cinco meses después, sigue dando vueltas al mundo. "Todos mis movimientos son originales y la creatividad es muy importante para mí. Yo salgo y muestro mi talento. A veces les gusta a los jueces y otras veces no. Yo hago lo mío y eso representa al arte. De esto se trata", aseguró esta profesora de la Universidad de Macquarie tras su participación olímpica.

"Todos mis movimientos son originales y la creatividad es muy importante para mí. Yo salgo y muestro mi talento. A veces les gusta a los jueces y otras veces no"

Raygun

Lo que sucedió 24 horas después de su baile fue sólo la punta del iceberg. Lo peor estaba por llegar. Pero también lo mejor. Muchos se preguntaban cómo era posible que la australiana se hubiera clasificado para los Juegos. La puntuación que obtuvo en sus tres duelos de la fase de grupos fue demoledora: perdió por 18-0 en votos las tres veces que salió a bailar a la tarima. Sin embargo, eso no fue suficiente para apartarla de las tablas.

Apenas un mes después de su actuación en París, Raygun se alzó con el título del Campeonato de Oceanía y se llevó los 1.000 puntos que otorga la Federación Mundial de Dancesports. Una puntuación que ha permitido a esta profesora universitaria auparse a lo más alto de la clasificación mundial de break dance este año. El ranking, eso sí, que sólo tienen en cuenta el campeonato que ha ganado Raygun y la etapa "BfG World Series" de Hong Kong, pruebas disputadas respectivamente el 27 de octubre y el 15 de diciembre de 2023. Es decir que no tuvo en cuenta lo sucedido en los Juegos, lo que volvió a poner a la australiana en el centro de la polémica y la obligó a pedir perdón.

"Lamento mucho la respuesta negativa que ha sufrido la comunidad, pero es algo que no puedo controlar"

"Lamento mucho la respuesta negativa que ha sufrido la comunidad, pero es algo que no puedo controlar", declaraba hace unos días la australiana en su primera comparecencia tras su participación en París. "Ha habido una parte de respuestas muy agresivas y, ya sabes, horribles, no solo atacándome a mí, sino atacando a mi marido, atacando a mi equipo, atacando a la comunidad de break dance y street dance en Australia, a mi familia", dijo a The Project de Network 10.

Con polémica o sin ella, lo cierto es que la vida de Raygun cambió por completo en apenas 30 días. Alternaba el brillo de la fama -fue la invitada sorpresa de Richard Branson en una parada en Ibiza de uno de los cruceros de la compañía Virgin- con las críticas más feroces de sus compañeros. y el apagón por parte de sus compañeros, que ni siquieran la nombraban en las conversaciones sobre el break.

Raygun durante su baile olímpico. AFP
Raygun durante su baile olímpico. AFP

Todo ello, esa sobreexposición, la ha llevado a dejar el break dance. Al menos de manera profesional, tal y como anunciaba el pasado mes de noviembre. "Es muy triste escuchar esas críticas", aseguraba en noviembre en una entrevista en un canal australiano sobre las críticas sufridas que la han llevado a dejar el baile. Las reacciones no se limitaron a los comentarios en redes sociales.

Su actuación llegó incluso a la plataforma change.org, donde un usuario anómico reclamaba una investigación sobre el proceso de selección de la australiana, al tiempo que exigía a la bgirl disculpas públicas por su participación. Más de 40.000 personas firmaron dicha petición, lo que obligó a Raygun a defender la legitimidad de su presencia en París.

No fue la última batalla de esta profesora australiana que está deseando volver al anonimato tras cinco meses de una fama que no ha sido lo que ella esperaba. Por ello, antes de acabar 2024 amenazó con una demanda a Stephanie Broadbridge, una directora teatral australiana, a la que los abogados de la bailarina amenazaron con acciones legales si no retiraba del teatro 'Raygun, el musical', una parodia sobre su actuación viral en París. Un baile que, por momentos, desearía no haber realizado.