Xak defiende la inclusión del breaking en los Juegos: "Nosotros no cometemos errores"
El b-boy cordobés, que se quedó fuera de los Juegos en el último momento, asegura que su inclusión en el programa olímpico y asegura que el nivel "es sobrehumano".
El breakdance hizo su debut en los Juegos Olímpicos entre la estupefacción por su inclusión y las críticas que hicieron arder las redes sociales durante la competición femenina. La actuación de la australiana Raygun disparó todo tipo de comentarios y críticas en redes sociales, con muchos usuarios preguntándose por qué el COI ha admitido la inclusión del break en los Juegos de París. Algo que el cordobés Xak, que se quedó a las puertas de los Juegos, defiende con argumentos ante el desconocimiento general.
Para un b-boy como tú, ¿qué supone eso de ver el break dance en unos Juegos?
Nosotros desde la escena de breaking no teníamos idea de la magnitud que son los Juegos Olímpicos, de la exposición que va a ser para nuestra disciplina y de absolutamente todo lo que se va a generar alrededor. Esto hace que mucha más gente pueda ver y comprender un poco, acercarse a lo que hacemos y ojalá y esperemos que eso haga que mucha más gente se inicie.
Pero la competición ha comenzado con críticas. ¿Cómo le explicas a la gente que el breaking está en el programa olímpico?
Yo lo he vivido tanto desde otros deportes como desde la propia escena. Al final creo que es una cuestión del desconocimiento de lo que hacemos y de tener una imagen del breaking, que era en los 80 en Nueva York, la de unos chavales bailando en un cartón. Hoy en día eso no tiene nada que ver, han pasado 40 años y igual que en cualquier otro deporte ha habido evolución. En el breaking la ha habido y lo que hacemos con el cuerpo y el nivel que se va a ver es inverosímil, es sobrehumano. Invito a todo el mundo a que lo vea.
Explícanos un poco cómo funciona la competición de breaking para los que no siguen tanto este deporte.
Son 16 chicos y 16 chicas y las dos competiciones son exactamente igual. La primera fase, la Robin Round, consta de cuatro grupos de cuatro y en cada grupo cada uno baila contra todos los demás. O sea, cada persona hace tres batallas. De esas cuatro personas de cada grupo, los dos que hayan conseguido más puntos pasan al top 8. A partir del top 8, el top 4 y la final es por sistema de knockout. O sea, que el que tenga más puntos sigue adelante y el otro acaba.
¿Y cómo se valora un baile?
Son, desde mi punto de vista, valores muy subjetivos, pero muy claros. La musicalidad, la creatividad, la presencia escénica, la ejecución y la variedad. Eso es lo que hace que una ronda o una salida o un ejercicio sea mejor que el otro. Yo lo que explico es que son valores muy subjetivos, pero no es como otros deportes en los que tienes que puntuar del baile del primero al último. Aquí es comparativo entre dos personas porque es una batalla. Es como que hace un ejercicio uno, hace un ejercicio otro y los jueces solo deciden quién ha sido mejor de esos dos con una música concreta, que también eso hace que sea un hándicap. Cada ronda tiene una canción que bailan los dos. Luego se cambia la canción y la vuelven a bailar los dos, entonces es todo cómo te adaptas, cómo interpretas esa canción, con qué tipos de movimientos… porque se valora la variedad y la creatividad.
¿Quién elige la música?
El DJ.
¿Y vosotros no tenéis ni idea?
Como muchos sabemos el DJ, que de este lo sabemos [DJ Fleg hace los honores en París]. En el formato deportivo siempre te lo anuncian con muy poca antelación. Y viendo qué DJ es, ya sabes si te va a poner más funk, o te va a poner más hip hop, o te va a poner más breaks, que los breaks son producciones musicales con golpes de ritmos muy fuertes. No tiene sentido. Esto es como el que se estudia un tema con la suerte de que le toque. Te puede tocar, pero igual no. Hay tantísimas canciones que el que tú estés preparándote una canción con la ilusión de que te toque, es contraproducente.
¿Hasta qué punto se es justo o injusto que una disciplina la decida la subjetividad de los jueces?
Justo hablaba con un compañero sobre esto. Nosotros ahora estamos viendo cómo algunos deportistas pierden o no consiguen medallas o no se clasifican por errores. Nosotros no cometemos errores. Todo el mundo es la propia perfección de su expresión artística. Son unos jueces quienes deciden quién gana o quién pierde.
No se va a ver a nadie cayéndose, es algo muy raro. Entonces, eso es algo que nos afecta porque casi que no depende de nosotros, depende de esos jueces. Es como si marcas un gol y luego hay un tío que dice que no le ha gustado la forma así que no vale. Pues para nosotros es así.
Pero qué ocurre, que por otro lado ese punto es lo que hace que también sea tan interesante para nosotros practicarlo. El que sea tan libre, el que cualquiera puede realizarlo y tener el enfoque y la perspectiva que le quiera dar a su estilo. Pero sí que pienso que poco a poco se encontrarán herramientas para que esa subjetividad se acote de cierta forma para que no sea tan libre.
"La verdad es que es algo que se hace curioso en el CAR, porque al principio llegamos eran como muy escépticos. Luego ya un día nos preguntaron, "¿tío, pero ¿cuántas horas entrenas?"
¿Y eso como afecta a la cabeza antes de competir, saber que no depende de vosotros?
Yo te puedo decir cómo lo gestiono yo.
Sí, claro.
Pensando en que, teniendo claro qué cosas puedo controlar y esas cosas trabajarlas a tope. Lo que yo puedo controlar es el trabajo previo que yo he hecho. Lo que yo puedo controlar es mi forma de hacer las cosas. Nada más. Y una vez yo estoy contento tanto con mi trabajo previo como con mi trabajo en ese momento, ya olvidarme de todo lo demás. Porque yo siempre digo, de hecho es una frase que decía desde hace mucho y ahora me la he tenido que aplicar más que nunca, es que no puedo poner mi felicidad en manos de terceros. Y competir en breaking es totalmente eso. Tú vas a dar el máximo y luego van a mirar a los jueces y decir bueno, a ver qué pasa.
¿Y qué te da el breaking para decir 'estoy poniendo en manos de otro mi desarrollo como deportista'?
El breaking me eligió a mí más que yo lo elegí a él. No sé, supongo que es justo eso. Lo mejor y lo peor que tiene es que es subjetivo y la subjetividad tiene también ese componente que, podríamos decir, negativo, que a veces no entiendes qué están buscando los jueces. Pero también tiene ese componente positivo de que lo puedes afrontar como quieras.
Los otros deportes sólo hay una forma de afrontarlo. O sea, tengo que entrenar una serie de cosas para ser el mejor, una serie de músculos, una serie de técnicas y durante cuatro años prácticamente estás entrenando todo lo que tienes.
Tengo compañeros de gimnasia que les pregunto, "pero bueno, ¿y cómo enfocas tú una competición?". "Bueno, analizo qué es lo más difícil que sé hacer y luego lo entreno, tanto el ejercicio completo como trozos del ejercicio". El break no es así. Esa libertad que pueden sentir esos jueces en ese momento, y a mí me puede afectar, también la siento yo entrenando, la libertad de hacer lo que quiera, entre comillas.
¿Cómo afecta la música y cómo te adaptas a cambios que no esperas?
Cuando ya he entrenado mucho eso, igual que en otras disciplinas tienen otros talentos, lo que nosotros desarrollamos, o lo que yo busco desarrollar, es tener una capacidad de reacción 'milisecundésima'. No solo a lo que está sonando, sino que tienes que hacer un esquema, un mapa mental de todo lo que yo sé hacer y cómo puedo ejecutarlo y ejecutarlo en relación a ese estímulo.
Para que se pueda entender, si el estímulo son tres golpes de música, pam, pam, pam, yo tengo que buscar un movimiento que se adapte. Ahí es donde se ve cómo es la grandeza o la maestría de cada b-boy o b-girl. Es el cómo, con todo el arsenal, el repertorio de movimientos que tiene, sin repetir, enseñando cosas que sean suyas, propias.
Para los escépticos que no consideren el breaking un deporte, ¿cuántas horas entrenas al día?
Muchísimas. La verdad es que es algo que se hace curioso en el CAR, porque al principio cuando llegamos eran como muy escépticos. Luego ya un día nos preguntaron, "¿tío, pero ¿cuántas horas entrenas? Es que la música se escucha todo el día". Yo entreno tres horas y media de break, de lunes a sábado todas las mañanas, que es lo que le llaman entrenamiento técnico. Y luego todas las tardes entre una hora y media o dos de físico en el gimnasio, eso es de lunes a viernes. En esa hora y media incluyo también estiramiento, incluyo muchos ejercicios de movilidad, etcétera.
Y luego fuera de eso también está, que es que yo no lo considero ni entrenar pero me han dicho que es parte de tu profesión, que es el apoyo psicólogo, la nutrición, las sesiones estratégicas con el entrenador... Así que si nos ponemos a eso, pues yo hice un cálculo como de un intervalo de entre 30 a 36 horas a la semana mínimo.
¿Has dicho que tienes entrenador? ¿Qué papel cumple?
Esa es muy buena pregunta, porque nosotros nunca hemos tenido entrenadores. Toda área artística es autodidacta en cuanto a la expresión, aunque no tanto en el aprendizaje. Quiero decir, un cuadro normalmente está pintado por un artista y no hay otro que le diga, no, pues mira, aquí mejor este otro color, o aquí mejor vas a pintar esto en vez de lo otro. Para nosotros es lo mismo.
El entrenador no me puede estar diciendo, 'oye, mira, no, vas a construir tu ronda así y así y así y así'. Para nosotros esa parte creativa no existe, ha desaparecido. Y para mí en concreto, en mi opinión, tiene mucho menos mérito. Entonces, mi entrenador lo que hace es guiarme, darme su punto de vista sobre si lo que estoy haciendo le parece que está al nivel o si le parece que tengo que hacer mucho más. O a veces yo tengo esa inseguridad de que esto no es bueno y él me dice que confíe. Entonces esas ayudas están ahí, guiándote.
¿Y qué parte importante puede tener, lo decías antes, el trabajo psicológico para darte esa confianza en tus movimientos?
El trabajo psicológico es importantísimo, y esto es algo que creo que todos estamos viendo ahora, que están pasando unos Juegos, que estamos viendo cuánto se sufre, incluso gente que está consiguiendo cuartos puestos se va decepcionado y triste. Eso es porque el deporte es muy crudo, es muy cruel. Sobre todo a este nivel. Y en breaking tenemos que tomar muchas decisiones al segundo.
Tienes que tener la cabeza muy bien.
Tengo que tener la capacidad de tomar decisiones milisecundésimas y tomar esa decisión con todo. No puedo tener ningún tipo de duda. Y ya no sólo eso, sino que pasa algo más en el formato olímpico que no nos pasaba nunca, y es que votan ronda a ronda. Eso significa que tú puedes ver un fracaso, que pierdas la ronda, pero tienes que seguir. Ahora tú puede que pierda, y tienes que seguir.
De hecho para mí fue algo muy duro, que tuve que trabajar en terapia, el que, si en ese grupo me tocaba el más flojo el primero, le ganaba, y eso me daba un chute de motivación que arrasaba con todos los demás. Pero si me tocaba el más fuerte de primera, y por lo que sea, perdía, me venía abajo. Remontar psicológicamente una derrota, así, y tengo que volver a salir ahí y reventar, es muy difícil. Sales como con cadena, sales como con una mochila, como que ya estás pensando, no me valoran, y es duro.
Yo, la forma que tengo de afrontar esto es decir bailo para mí. Y ya está.
Decías antes que el breaking te eligió a ti, pero ¿cómo empiezas a bailar?
Yo me cambié de instituto y en ese nuevo instituto no conocía a mucha gente. Había uno que era un poco como yo y nos empezamos a juntar para lo típico de hacer trabajo, que te van poniendo en grupos y tal. Un día en su casa puso rap, y para mí fue como, ¿esto qué es? Yo desconocía totalmente todo lo que tuviese que ver con el mundo del hip hop y el breaking. No sabía ni que existía. De pronto se puso como a hacer un movimiento de break y para mí fue como... O sea, no entendí, me impresionó tanto que le dije, "tío, no sé qué es eso, no sé qué haces, pero enséñame, por favor".
Él me enseñó todo lo que sabía hacer, y luego yo ya, en esa época, por foros, porque ni existía YouTube, ni existía facilidad de conocer a otros, empecé a contactar a gente, primero del pueblo, luego ya de los pueblos de alrededor, luego ya de Córdoba, de Granada, Sevilla… y empecé a conocer un poco más qué fue esto. Me enganchó desde el primer momento por eso.
Quizás porque no era bueno en fútbol, no era bueno en baloncesto, no era un chico como muy deportista y ya había gente muy buena en eso. Sin embargo, en breaking no había casi nadie, así que me fue más fácil ser bueno.
¿Cómo vas a ver la competición esta tarde?
Con una mezcla de emociones. Para mí fue duro, porque es una meta. Ha sido mucho esfuerzo, muchos años, mucha dedicación y mucho sacrificio, mucho dejar atrás cosas para intentar esto. Y el ver que no lo conseguí… Al principio me replanteé si iba a querer pasar por esto o prefería ya un poco poner un poco de tierra de por medio. Pero bueno, creo que he afrontado ya tantas cosas. La terapia de choque a mí siempre me funciona bastante bien. Y cerrar este ciclo de esta forma, creo que me va a ayudar.
También, obviamente, una vez que ya estás aquí y ves la magnitud de todo esto, es que esto no me lo puedo perder, porque va a ser la máxima potencia de la competición, va a ser esto. Los que vienen están muy preparados y va a ser algo muy interesante. Va a ser algo histórico y la verdad es que es mejor verlo de primera mano, que no que te lo cuenten.