Detrás del vídeo viral de breakdance hay una profesora de Universidad: "Hice lo que mejor sé hacer para dejar mi huella"

En su afán por atraer al público joven, el Comité Olímpico Internacional decidió hace tiempo quitarse los grilletes y empezó a innovar con la inclusión de nuevos deportes en el programa olímpico. En Tokio 2020 se estrenaron el surf, el skate, la escalada y el kárate y en Los Angeles 2028 será el turno de béisbol/softbol, cricket, lacrosse, squash y flag football. En París 2024 ha debutado sólo uno: el breakdance.

En la sede de Concorde, donde se han celebrado el resto de deportes urbanos (skate, baloncesto 3x3 y BMX) en estos Juegos, el breakdance dio sus primeros pasos olímpicos este viernes con la competición femenina. Un día después, se puede decir que ha atraído todas las miradas, aunque no del modo que esperaban el COI y el Comité Organizador.

Un vídeo de una b-girl australiana se hizo viral en las redes sociales y dio la vuelta a todo el mundo. En él se podía ver a Rachel Gunn, alias Raygun, haciendo su ejercicio ante la estadounidense Logistx. No fueron, desde luego, sus mejores pasos. Y eso se unió al desconocimiento general que hay hacia el breakdance para dar forma a una cantidad desmesurada de chistes y memes sobre la participación de la australiana.

Si uno escribe a estas horas "break dance" en Twitter, sólo aparecen vídeos del ejercicio de Raygun. Y varios de los vídeos tienen unos cuantos millones de visitas. Muchos se preguntaban cómo era posible que la australiana se hubiera clasificado para los Juegos. La puntuación que obtuvo en sus tres duelos de la fase de grupos fue demoledora: perdió por 18-0 en votos las tres veces que salió a bailar a la tarima.

A pesar de su temprana eliminación, Raygun se mostró muy orgullosa de su participación. "Estoy muy emocionada por llevar el breaking al mundo. Aquí hay un ambiente increíble y la experiencia está siendo maravillosa. Es un privilegio tener esta oportunidad", señaló la bgirl australiana, que se clasificó para los Juegos tras ganar el campeonato de Oceanía en 2023. "Todos mis movimientos son originales y la creatividad es muy importante para mí. Yo salgo y muestro mi talento. A veces les gusta a los jueces y otras veces no. Yo hago lo mío y eso representa al arte. De esto se trata".

Esas declaraciones las pronunció todavía en la sede del breakdance en La Concorde. Y su vídeo todavía no se había viralizado. Horas después vio cómo su baile era ridiculizado en las redes sociales, donde también recibió críticas por su vestimenta. A diferencia del resto de participantes -que vistieron ropa urbana-, Raygun compitió con el uniforme de Australia. "Espero que mañana haya el mismo nivel de escrutinio sobre lo que visten los bboys", escribió en Instagram sobre los comentarios hacia su ropa. Dijo, además, que llevó esa ropa como una muestra de orgullo hacia su país.

Y también dejó un mensaje a todos los que se rieron de ella. "No tengas miedo de ser diferente, sal y represéntate a ti mismo, nunca sabes dónde te va a llevar", escribió la atleta en su cuenta de Instagram. "Yo sabía que en ningún caso iba a ganar a estas bgirls, así que hice lo que mejor sé hacer. Salí y mostré mi creatividad, mi estilo y un poco de carácter australiano para intentar dejar mi huella en este escenario mundial", añadió después en la televisión australiana.

Nacida en Sídney en 1987, Raygun se dedicaba al baile de salón y al jazz y no empezó a practicar breakdance hasta después de los 20 años. Al ser una disciplina nueva y con tan pocas deportistas en Australia, Raygun empezó pronto a hacerse un nombre. Participó en tres campeonatos del mundo: en el de 2021 en París quedó 42ª, en el de Seúl 2022 acabó 73ª y en el de Leuven 2023 fue 64ª. Y además fue campeona de Oceanía.

"Realmente yo no esperaba clasificarme para los Juegos. Es una oportunidad de esas que se dan una vez en la vida y será genial ir a París", dijo hace unos meses esta licenciada en Música contemporánea y es doctora en Estudios Culturales por la Universidad de Macquarie, donde volverá después de los Juegos para seguir dando clases.