JUEGOS OLÍMPICOS

Cómo el COI está girando la dirección de los Juegos Olímpicos y sus deportes: "O cambiamos o nos cambian"

La apuesta clara del COI por la flexibilidad ha transformado el dibujo olímpico para siempre.

La bandera olímpica ondea en China. /DPA
La bandera olímpica ondea en China. DPA
Sebastián Fest

Sebastián Fest

Durante décadas, el concepto de "deporte olímpico" estuvo claro. Atletismo, gimnasia y natación, claro que sí, combinados con unos cuantos deportes de equipo, boxeo, remo, artes marciales y también esos que solo saltaban a la superficie cada cuatro años, desde la lucha grecorromana hasta el pentatlón moderno, este último prácticamente inexistente en la vida real, pero firme en los Juegos.

Todo eso se acabó. Sostenido en el lema "o cambiamos o nos cambian" con el que el alemán Thomas Bach llegó a la presidencia del Comité Olímpico Internacional (COI) en septiembre de 2013 en Buenos Aires, los Juegos Olímpicos comenzaron a mutar de forma acelerada, por momentos asombrosa, por momentos exagerada, creen muchos.

Así se llega a este presente en el que el COI anuncia que en Los Ángeles 28 habrá béisbol/sóftbol, squash, cricket, lacrosse y... "flag football", un deporte tan de nicho que no tiene aún una traducción clara al español. Algunos hablan de "fútbol bandera", otros de "fútbol pañuelo".

Un jugador intenta quitar las cintas al rival en un partido de la American Flat Football. Instagram
Un jugador intenta quitar las cintas al rival en un partido de la American Flat Football. Instagram

Ya en sus años de influyente miembro del comité ejecutivo del COI, con el belga Jacques Rogge como presidente, Bach estaba muy preocupado por lo que pudiera suceder con los Juegos en el futuro, con la percepción evidente de que lo que había renacido en 1896 podía estar anclado en muy nobles e imperecederos ideales de la antigua Grecia, pero sufría una creciente desconexión con las nuevas generaciones. El atractivo de los X-Games creados por ESPN en los '90 fue una señal.

Varios años después, Rogge celebraba en 2010 en Singapur la primera edición de los Juegos Olímpicos de la Juventud, que funcionaron -y funcionan- como gran banco de prueba para lo que se puede cambiar o sumar a los Juegos, tanto en los de verano como en los de invierno.

Leer lo que hace 25 años escribía el Chicago Tribune sobre el estreno de aquellos Juegos lleva a la sonrisa y a cierto asombro.

"El festival inventado por ESPN de eventos que se sitúan entre el deporte y la temeridad parece haber captado la atención de la cultura, o al menos de la gente que hace los anuncios de Mountain Dew (...). Incluye el ciclismo acrobático y el siempre popular trineo callejero. La mayor parte de la cobertura, sin embargo, es de eventos que también incluyen saltos de esquí acuático descalzo, patinaje en línea cuesta abajo y skysurf".

"Mountain Dew", precisión necesaria para las nuevas generaciones, era un refresco muy discutido, amado por una reducida legión de fanáticos, pero con indiscutible aspecto de análisis de orina. El COI no quería que sus Juegos, auspiciados por Coca-Cola desde los Juegos de Amsterdam 1928, terminaran convertidos en una Mountain Dew. Así, aquellos X-Games anticiparon parte del futuro. 

Disciplinas más jóvenes y urbanas

En sus últimas ediciones, los Juegos fueron sumando disciplinas más jóvenes y urbanas, desde el ciclismo de montaña a la escalada, pasando por el surf, todo un logro del argentino Fernando Aguerre, presidente de la federación internacional de ese deporte (ISA), así como la consolidación del triatlón se debe a la española Marisol Casado.

"El surf representa un gigantesco cambio de dirección en el programa olímpico. Hace muchos años entraron el triatlón o voleibol de playa, que eran deportes ya existentes en el programa, en cierto modo. El surf es totalmente diferente, es como el skate, y esta jugada maestra del presidente Bach representó la entrada de tres deportes de juventud. Uno que es la playa y el mar, otro que es lo urbano, como el skate, y otro que es el aire libre, la escalada deportiva".

"El presidente Bach representó la entrada de tres deportes de juventud. Uno que es la playa y el mar, otro que es lo urbano, como el skate, y otro que es el aire libre, la escalada deportiva"

Fernando Aguerre Presidente de la Federación Internacional de Surf

El que habla es Aguerre, que en su juventud se dedicó a surfear y en su adultez a darle status olímpico a la cabalgata sobre olas. Hasta hace unos años, el ingreso de un nuevo deporte al deporte olímpico equivalía a una hazaña. Solo había dos sitios en un programa que oscilaba entre los 26 y los 28 deportes. Ingresar como deporte nuevo implicaba quitarle el lugar a otro, además de un operativo de lobby profundo, largo y costoso. Existía también la categoría del "deporte de exhibición", que es como regresó el tenis al programa olímpico en Los Ángeles 84, para hacerse oficial en Seúl 88.

La flexibilidad como nuevo motor

Esto ya no es así, porque los "nuevos" Juegos apuestan a la flexibilidad. El COI decidió alejarse de la rigidez en la que se movió por décadas, cuando estaba convencido de que era la montaña la que debía ir hacia Mahoma, y no al revés. Ante la creciente competencia en el mundo de las nuevas generaciones, hiperfragmentado, acelerado, variable y atraído por deportes antes considerados marginales o, más complicado aún, alejadas del deporte, el COI decidió convertir sus Juegos en algo mucho más oportunista: de ahí, por ejemplo, el ingreso del cricket, pasión en India y Pakistán, que suman entre ambos 1.630 millones de habitantes en un mundo de 8.000.

No son, en absoluto, los únicos dos países atrapados por el cricket, aunque sí los más importantes: días atrás sus selecciones disputaron un encuentro ante 132.000 personas en el estadio Narendra Mori. En el 2000, el estadio olímpico de Sydney albergó casi 100.000 personas, una enormidad. La India propone dejar bien lejos esa marca como sede de los Juegos en 2036.

No es el cricket, sin embargo, un deporte que tenga arraigo en los Estados Unidos. ¿Cómo hizo Bach para convencer a Casey Wasserman, CEO de Los Angeles 28, de incluir un deporte tan exótico para los norteamericanos en sus Juegos?

"Tal vez pueda revelar un secreto: no me costó nada convencerlo", aseguró Bach. "La primera idea surgió en la cena que compartí con Casey Wasserman durante los Mundiales de atletismo en Eugene el año pasado, y allí Casey vio ya el gran potencial y lo puso de relieve él mismo, así que no hubo mucho trabajo que hacer, si es que hubo alguno".

El cricket fue fugazmente olímpico en los Juegos de París 1900, con un único match entre Inglaterra y Francia. Esta vez será diferente, dice el alemán, que destacó la fuerte comunidad india y pakistaní que existe en la costa oeste norteamericana.

"Se trata de una situación en la que todos salimos ganando. Los Juegos Olímpicos proporcionarán al críquet un escenario global para crecer más allá de los países y regiones tradicionales".

"Los Juegos Olímpicos proporcionarán al críquet un escenario global para crecer más allá de los países y regiones tradicionales"

Thomas Bach Presidente del COI

Aguerre cree que ese es inevitablemente el camino, y que Tokio 2020, con el debut del surf y otros deportes "nuevos", marcó un rumbo. "La confirmación de que fue una decisión acertada es que para París 2024 el programa vuelve a incluir el surf, la escalada deportiva y el skate, pero además el break dance o free style. Los deportes que habían pedido los japoneses, que son el béisbol, sóftbol y el karate, ya no están en el programa para París".

Pero el béisbol/sóftbol vuelven para Los Angeles' 28, en una puesta clara de la flexibilidad que adquirió el programa olímpico.

Se trata de un concepto nuevo derivado de la Agenda 2020 que Bach logró aprobar en 2014: introducir deportes adicionales exclusivamente para una edición de los Juegos.

Si en Tokio 2020 ingresaron el surf, kárate, escalada deportiva, skateboarding y béisbol/sóftbol, en París 2024 quedó fuera el kárate, pero ingresó el break-dance, de tintes tan urbanos como urbanos quieren ser los Juegos de la capital francesa. Sorprendentemente, el break quedó fuera de Los Ángeles 2028, donde aquella cifra que se consideró siempre un límite -no más de 10.500 deportistas- será superada.

Christophe Dubi, el hombre del cambio

Es mucho lo que ha cambiado en el mundo olímpico. Hace casi 20 años, un hombre analizaba obsesivamente el futuro en un pequeño despacho de la sede del COI en Lausana: Christophe Dubi.

Hoy, Dubi es el director ejecutivo de los Juegos Olímpicos y uno de los hombres con más altas responsabilidades en el COI, pero por entonces sus días se consumían en preguntas: ¿qué deportes están creciendo en interés, qué deportes lo están perdiendo, hacia dónde van las nuevas generaciones, qué quiere la televisión del futuro?

El squash, por ejemplo, pensó históricamente para ser aceptado, y cuando estaba ya hundido en la amargura de no ser nunca tenido en cuenta, surge la propuesta de Los Ángeles y la aceptación del comité ejecutivo del COI, que "recomienda" a la asamblea general la adopción esos nuevos deportes. Una recomendación que nunca es recahzada por la asamblea: en ese sentido, el COI y la FIFA se están pareciendo, las decisiones clave se toman en un círculo reducido para luego ser inevitablemente validadas por la representación formal de todo el organismo.

No hay mucho espacio, así, para discutir qué es deporte. Muchos cuestionan que el ajedrez lo sea, y en parte por eso la FIDE (Federación Internacional de Ajedrez) siempre organizó sus propias Olimpiadas, aunque no renuncia a formar parte un día de los Juegos.

En la prensa alemana es común encontrar en las secciones de deportes al baile. Sí, los alemanes consideran que el baile es deporte, y eso, teniendo en cuenta las medallas que repartirá en el próximo verano el break-dance en París, los convirtió en unos verdaderos visionarios.

Un bailarín de break durante una exhibición. Efe
Un bailarín de break durante una exhibición. Efe

Hasta la épica y la impronta militar de muchas disciplinas en los Juegos entra en cuestión. El pentatlón moderno, un deporte multidisciplinar creado por Pierre de Coubertin, el fundador del movimiento olímpico, forma parte de los Juegos desde 1912, pero entró en seria desgracia en Tokio 2020 con episodios de crueldad hacia los caballos. Lo que antes era aceptable, hoy ya no lo es.

Ya no habría crueldad animal, porque no habrá caballos. Las pruebas ecuestres fueron reemplazadas por carreras de obstáculos.

Y otro deporte histórico, la halterofilia o pesas, se queda en los Juegos tras reformar su imagen de excesivamente afín al dopaje. El boxeo, en cambio, en medio de problemas políticos y de imagen, podría quedar fuera.

Así, el deporte olímpico tal como lo conocimos se va difuminando aceleradamente, y en su lugar emerge algo fragmentado, efímero, variable, un deporte olímpico en modalidad pop-up. Y no debería sorprender: todo se parece mucho, demasiado, al mundo que vivimos hoy.

Ese nuevo mundo impide que el COI descanse, que se duerma en su propia corona de laureles. En la apertura de la asamblea general que se está celebrando en Mumbai, India, Bach hizo un anuncio: quiere organizar los Juegos Olímpicos de los E-sports. Un enorme mercado y una enorme audiencia que difícilmente puedan inspirarse en el mito de la antigua Grecia, que es sobre el que se sostuvieron los Juegos de la era moderna en los últimos 127 años.