Alba García logra el cuarto bronce de España... ¡por un centímetro!

París.- La lluvia ya ha llegado a París y la primera en sufrirla fue Alba García, pero no la recordará como molesta. Todo lo contrario. La española se presentaba con opciones de medalla en el salto de longitud T11 para ciegos totales. En el primer salto ya se colocó segunda 4'76, marca que le valdría para conseguir el bronce, su primera medalla paralímpica. La cuarta de España en París 2024 también es de bronce.

Desde el principio se vio que iba a ser complicado quitarle el oro a Asila Mirzayorova. La uzbeka en su primer intento hizo récord paralímpico: 5'22, reescribiendo la historia por encima del salto de Purificación Ortiz, quien en 1996 alcanzó los 5.07. Finalmente, en su quinto intento sumó dos centímetros más al techo paralímpico.

En declaraciones a los medios, la atleta reconoció que la competición la vivió "con mucho estrés, porque parecía que no entraba nunca el salto" (hizo tres nulos). "En cualquier caso, me quedo contenta, me voy satisfecha porque al final venía a ganar medalla y lo he conseguido", agregó.

La competición duró tres horas que se le hicieron" eternas", en parte porque se le acabó el agua. "Al final tenía un hambre que te mueres, me he comido medio plátano y Diego no paraba de animarme, de darme recomendaciones, de abrigarme porque hacía frío y llovía", concluyó.

Es la segunda vez que la madrileña participa unos Juegos. En Tokio obtuvo diploma. Su progreso ha sido asombroso y aunque no acapara atenciones como otras deportistas españolas, en la delegación contaban con su medalla.

El antecedente en el mundial de París 2023 lo decía todo: quedó cuarta a un solo centímetro de la medalla de bronce, lo que supuso la primera plaza de atletismo para España de cara a la gran cita paralímpica en 2024. Curiosamente, hoy un centímetro ha sido lo que ha hecho que se suba al podio ella y no Ajola Dedaj. La italiana ha hecho 4'75. La plata ha sido para la china Guohua Zhou, que saltó 4,91.

La madrileña nació con amaurosis congénita de Leber, lo que poco a poco ha ido mermando su capacidad de ver. Sin embargo, seguro que a partir de ahora recuerda el violeta de la pista del Stade de France.