El bronce de Enrique Alhambra provoca las lágrimas incontenibles de 'su veterana' María Delgado: "Yo lo pude cumplir hace ocho años"
La también nadadora rompió a llorar al conocer el resultado de su compañero de selección, tercer medallista español este jueves en París 2024.
París.- Enrique Alhambra llegó pletórico a la zona mixta tras conquistar el bronce en los 100 metros mariposa S13 de discapacitados visuales. La suya, la de un chaval de 20 años, es la tercera medalla de la delegación española en París 2020 tras las de Ricardo Ten y Miguel Luque, y él se situaba medio camino entre el descarado triunfador que ya es y el incrédulo noqueado por lograr lo que todos sueñan: un metal en unos Juegos Paralímpicos.
😮ESPECTACULAR se queda corto
— Teledeporte (@teledeporte) August 29, 2024
🔥¡Qué volteo de Quique Alhambra para lograr la medalla de bronce en los 100 metros mariposa S13
🏅Tercera para España (@Paralimpicos) en esta primera jornada de los Juegos Paralímpicos#ParísRTVE29a #París2024
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"Sabe a pura gloria, siendo mi primera prueba y mi primer campeonato paralímpico, no puede saber mejor", confirmaba.
Don Quejote, como le llama el staff, hoy no tenía nada de lo que quejarse, pero sí mucho por lo que "flipar". "Estoy alucinando, tantas entrevistas, tantas emociones que no lo puedo expresar con toda la claridad que quiero demostrar", reconocía a la prensa.
Mientras hablaba del ambiente espectacular de la piscina de París La Defénse ("se notan los ánimos, pero no tanto como cuando sale un francés", bromeaba) apareció la nadadora María Delgado, sexta en la prueba femenina, que se interesó por su resultado. "Al parecer medalla de bronce", bromeaba el valenciano. La aragonesa le felicitó, se apartó unos metros y entonces se produjo la magia: rompió a llorar.
"Es que es la hostia, es la hostia. Es que es un puto sueño cumplido para él. Yo lo pude cumplir hace ocho años y es que es la puta hostia", aseguraba con lágrimas incontenibles la nadadora, que en Río se colgó el mismo metal en la misma prueba y en el 50 metros libre. "Ay, es que es mi veterana, ¿cómo no me voy a emocionar", respondía el nuevo medallista paralímpico.
Entonces, 'pupilo y maestra' se fundieron en un abrazo y recordaron que el deporte también es vivir los triunfos del resto como propios.