Las "agallas" de soltar a un hijo con discapacidad para que sea deportista de élite: "Para mí lo ha sido todo"
Relevo junta a Daniel Stix y María Delgado, que compiten en París 2024, para charlar sobre los temas más candentes del deporte paralímpico.
La nadadora María Delgado y el jugador de baloncesto Daniel Stix atienden la llamada de Relevo en vísperas de los Juegos de París 2024, en los que ambos participarán. En la recta final de su preparación, los dos paralímpicos llegan enérgicos y expectantes al lugar donde se cocinan los unos contra unos en los que se habla del deporte, pero también de la vida.
A pesar de que ni sus deportes ni su discapacidad sean los mismos, el camino de Delgado y Stix es tremendamente parecido. Los dos nacieron en 1997, acuden ahora a sus terceros Juegos Paralímpicos, saben lo es que subirse al podio en ellos (los dos en Río 2016) y también lo que es quedarse sin hacerlo cuatro años después.
En el CAR de Madrid se entrenan cada día un sinfín de deportistas, así que, aunque comparten sede de entrenamiento, se sorprenden porque apenas coinciden. "No hemos tenido oportunidad de estar aquí, sentarnos…", dice él. Y, rápidamente, ella termina su frase: "Hablar un poquito". Eso significa que ya están preparados para esta suerte de tertulia que sin duda dejará reflexiones valiosas de dos deportistas que saben pelear por sus sueños. Aquí va la primera de las tres entregas.
La charla completa en nuestro canal de Youtube
Deporte individual vs. deporte de equipo
Sus carreras se han fraguado en territorios muy distintos. El parqué de la cancha de baloncesto frente al agua de la piscina. El tiempo corre de una manera muy distinta: frente al momento de explosión del instante que dura una prueba de 50 o 100 metros, a la estrategia de un partido con cuatro cuartos. Tampoco han tenido los mismos escuderos. Si bien los dos cuentan con equipo técnico, fisioterapeutas, etcétera, María Delgado afronta en solitario lo que Dani Stix hace en equipo.
"Estos días viendo los Juegos, veros ahí a todos en equipo luchando, tener tiempo de poder remontar, de poder luchar por el objetivo en común, la verdad que me dais mucha envidia en los deportes de equipo", afirma la nadadora.
Tiene su parte buena y sus retos, como apunta el baloncestista: "Es un proceso. Todos los fines de semana cada uno juega en su equipo, y entonces llega el momento más importante para nosotros, que son los Juegos y tienes que dejar atrás esos egos personales, esas aficiones a tu propio club, esa competitividad que tienes durante toda la temporada, para que haya la mayor química posible e intentar conseguir el oro, que es a por lo que vamos todos".
Entonces, como cuenta Stix, se produce esa curva de evolución común, el individuo deja de ser tal hasta formar equipo. "Al principio ves que a la gente le cuesta, incluido tú mismo, que estás intentando llevar la guerra por tu propia parte y tienes que hacer introspección y darte cuenta de cuál es el camino, que es diferente, no es una línea recta. Entonces vas autoguiándote y ayudando a tus compañeros. Da igual que vayas a jugar cero minutos o que vayas a jugar los cuarenta, la medalla de oro nos la vamos a colgar todos juntos. Y creo que es precioso el unirnos y que haya esa sensación de empatía por los demás".
Únicamente en el relevo, donde la nadadora espera un buen resultado del equipo español en el 4x100m libre mixto, María Delgado está arropada por sus compañeros y comparten triunfos o desdichas.
"Tengo que gestionar todas esas emociones de manera interna. Pero luego lo tengo que extrapolar a una competición, a una prueba en la cual sí que tengo que jugar en equipo. Y trabajas, sobre todo los cambios. Pero realmente, una vez que tiras al agua, al final es igual que una prueba individual. Es cierto que tiene esa magia, es un deporte individual y por un momento trabajas en equipo. Pero, por otra parte, también esa salida lanzada que hacemos en ese cambio te hace ir un poquito más rápido de tu prueba individual. Son todo motivaciones extra", asegura.
Sentirse 'rookie' con 27 años y disputando los terceros Juegos
Una de las cosas que más llaman la atención es que, a sus 27 años, estos dos deportistas van a disputar sus terceros Juegos Paralímpicos y se sienten unos rookies, tal y como se define Stix. "Me pasa lo mismo, es que veo a los chavales jóvenes que van entrando en la Selección y pienso 'si hace nada estaba ahí también, me sigo considerando casi promesa", remarca Delgado.
Dos anécdotas explican el paso del tiempo, ese que los dos protagonistas rehúyen. Dani se hizo famoso en un anuncio de Cola-Cao cuando era muy pequeño. Ahora María se postula al Consejo de Atletas del Comité Paralímpico Internacional. Sin lugar a duda, los años que han pasado les confieren una experiencia que será valiosísima en los Juegos. Pero ya van sintiendo los achaques de tantos años al máximo nivel, y por qué no decirlo, la edad.
"No recupero igual que cuando tenía 18 años, que iba, venía y siempre estaba como una rosa", se ríe María Delgado. "Te reías de los viejos", bromea Dani. La conversación cambia de tono.
"Ahora ya tengo que cuidar más detalles. Me siento superbien, supercompetitiva. Pero evidentemente se va notando. Ahora si no duermo a ocho o nueve horas diarias, lo noto una barbaridad". Han pasado de reírse del fisioterapeuta y decirle "vengo porque me toca" a convertir esas visitas en un hábito imprescindible para mantenerse.
"Hace nada estuvimos concentrados en Madrid, con sesiones de tres horas más gimnasio por la mañana, luego dos, tres horas por la tarde. Y hubo un par de noches que me daba la vuelta, decía 'joder, es que no puedo dormir de lo que me duelen los hombros".
La importancia de la familia en sus carreras
María y Daniel entrenan y viven en Madrid. Sin embargo, los dos están lejos de su familia. En el caso de ella, porque es zaragozana. En el de él, porque su familia vive en Houston, ya que su padre es de allí. Sus padres y madres han sido parte fundamental para que alcanzaran sus sueños. No tuvieron miedo ante unos objetivos tan complicados como los de querer dedicarse al deporte.
"Jugar, para mí la familia es todo. No me salen ni las palabras. Con 16 años me fui de casa para intentar luchar al final por mis sueños. Me dejaron volar y estoy superagradecida de ello. Me vine aquí a Madrid, al Centro de Alto Rendimiento. Que te permitan desarrollarte como persona, y en este caso también como deportista, para mí lo ha sido todo", se sincera la nadadora.
"Conecto muchísimo contigo en ese aspecto. Cuando tenía 17 años, mis padres se fueron a vivir a Estados Unidos. Ellos me empujaron a que verdaderamente hiciese una apuesta por mi pasión, que era el deporte. Y había tenido la suerte de que desde muy joven, a los 14 años, formaba parte de un gran club como el CD Ilunion", recuerda el baloncestista.
Sus progenitores tampoco pecaron de sobreprotectores porque sus hijos tuvieran algún tipo de discapacidad, tal y como relata María: "Agradezco muchísimo cómo han afrontado el tener una hija con discapacidad. Yo tengo otro hermano y siempre me han tratado exactamente igual que a él. Evidentemente, es duro, ¿no? Porque en mi caso, a los dos meses les dicen que tengo un problema, que saben que empieza por una discapacidad visual, pero no saben ni siquiera dónde va a derivar. Entonces eso para una madre, un padre, es duro. Pero me han dejado ser yo misma, desarrollarme con naturalidad, es lo mejor que han podido hacer por mí".
"Esa capacidad de un padre o una madre de tener las agallas de soltar a tu hijo o a tu hija ante todas las adversidades que tiene la vida, seas deportista o no, con discapacidad o no… La vida es muy dura y tener esa conciencia y aun así decir 'quiero que mi hijo o mi hija abrace la misma aventura de la vida', es de admirar. Ojalá algún día, si nosotros somos padres, hagamos exactamente lo mismo", afirma Daniel.
Su conexión estadounidense y Los Ángeles 2028
En este punto de la conversación descubren otro nexo común: María tiene un hermano que "ha hecho las Américas" y vive en Nueva Jersey con su mujer. Con esos nexos estadounidenses comunes, una se imagina que Stix y Delgado intentarán llegar a Los Ángles 2028. Esto provoca sus carcajadas. En el momento de esta tertulia, todavía no estaban en París 2024 y ya les estamos añadiendo kilos en la maleta.
"No quiero ni pensar en Los Ángeles. El desafío de París está aquí al lado", expresa el madrileño, recordando los "picos de forma y rendimiento" a los que tanto él como su compañera de tertulia tienen que enfrentarse desde que empezaron a prepararse para Río. "Los Ángeles es un gran sueño, pero cuatro años por delante… Estamos muy enfocados en lo que se nos viene ahora", razona la zaragozana.
Y lo que viene ahora es sus terceros Juegos. María competirá en los 100m mariposa, los 100m espalda, los 100m libre y, espera, en el relevo del 100 m libre mixto. Daniel intentará que aquel cuarto puesto en Tokio 2020 tras caer ante la sempiterna rival Gran Bretaña quede en el olvido y volver a subir al podio como en Río.
"Realmente es poder llegar el día de la hora H a la piscina y poder sacar todo lo que llevo dentro y todo lo que llevo entrenado. Yo creo que si consigo eso, pues voy a ser la más feliz, ¿no? Sea el resultado que sea", declara María Delgado.
"Veo a nuestro equipo disfrutando muchísimo. Ha sido un proceso bastante sacrificado, en cuanto a saber exactamente qué es lo que funciona y qué es lo que no funciona. Sabes que el camino es extremadamente duro, pero a la vez, extremadamente feliz. Tenemos un equipazo. En Tokio la misma competición nos puso en nuestro sitio. Y ahora tenemos esa confección entre jugadores veteranos y jugadores jóvenes, capaces de dejar sus egos aparte, de ser conscientes de que vamos a un objetivo común más grande que nuestra propia persona y a partir de ahí a disfrutar de la experiencia", concluye Dani Stix.
En los próximos días iremos publicando los siguientes capítulos…