JJOO | BALONMANO | ALEMANIA 25 - ESPAÑA 24

Los secretos de Wolff, el 'ogro' alemán que enterró a los Hispanos con cuatro milagros en cinco minutos: "Funciono por intuición"

El guardameta firmó una tarjeta de 22 paradas (con un 49% de efectividad) y dejó a la selección de balonmano sin su ansiada final olímpica.

Andreas Wolff (33), ante el lanzamiento de Javi Rodríguez. /AFP
Andreas Wolff (33), ante el lanzamiento de Javi Rodríguez. AFP
Andrés G. Armero

Andrés G. Armero

"Hemos sido mejores en defensa y en ataque, pero Wolff ha ganado el partido", dice Imanol Garciandia, que como el resto de los Hispanos abandonan el Estadio Pierre Mauroy de Lille con una de las grandes decepciones de su vida. La Selección de balonmano de España tiene la sensación de "haber perdido una gran oportunidad" de hacer historia, como reconoce el portero Gonzalo Pérez de Vargas. La ansiada final olímpica, hito jamás alcanzado, tendrá que esperar al menos cuatro años.

Andy Wolff, que volverá al Kiel de la Bundesliga tras cinco años en el Kielce de los Dujshebaev, demostró la razón por la que el club alemán ha pagado un traspaso a los polacos, algo muy poco habitual en el balonmano. El guardameta transmite calma en cada frase, parece que ha sido otro el que ha firmado 22 paradas con un 49% de eficacia. Es la tranquilidad de un veterano de guerra que las ha vivido de todos los colores, como en los cuartos de final ante Francia en estos Juegos, donde su equipo ganó por 35-34 y no olió la pelota con una tarjeta de 0/11. Las dos caras de la moneda en 48 horas. Balonmano.

"Fue muy duro para mí no contribuir en nada a la victoria de mi selección en cuartos, estoy feliz de saldar mi deuda con el equipo", señala tras vencer a España siendo el protagonista absoluto del duelo: "Ha sido uno de los mejores partidos de mi carrera, uno de los más importantes, y además en los Juegos, que es el torneo más difícil". Dicen de Andy Wolff los que han compartido vestuario con él que es un caballero del 40x20, pero de carácter tímido y reservado, un hombre que disfruta paseando con su perro o jugando a videojuegos. Este viernes también disfrutó en la cancha.

El alemán, que lleva desde los cinco años en este deporte, se agiganta en la pista cuando todo lo viene de cara. Esa fue una de las claves. "Empezamos con pocos goles, con lanzamientos poco localizados y eso a cualquier portero, hablo por experiencia, te da mucha energía y mucha confianza. Y a un portero tan grande como él, pues lo haces todavía más y más grande", apunta Pérez de Vargas, que será su compañero en el Kiel a partir de la campaña 2025-2026. Esas ocasiones desde seis metros "muy claras, si no las metes, te penalizan".

Cuando más a favor tenía el partido España, desperdició cuatro lanzamientos sin oposición ante un portero alemán que se iba viniendo arriba. "Te alegras, estás feliz, pero tienes que concentrarte en la siguiente pelota, lo más emocionante es cuando termina el partido", comenta el arquero Wolff, de 1.98 m y 118 kg. "Ha estado muy acertado, quizá le hubiésemos podido cortar un poco antes la racha, pero 22 paradas son muchísimas", completa Dani Fernández.

Wolff, pese al tópico por tratarse de un portero germánico, no es en absoluto un jugador obsesionado con los datos. "Funciono mucho más por intuición, tengo compañeros que están más enfocados en los análisis de vídeos, por eso nos complementamos tan bien", reconoce a Relevo. Y para muestra los cuatro milagros en los cinco minutos finales a los Hispanos. Javi Rodríguez, Abel Serdio, Alex Dujshebaev, Aleix Gómez... Uno a uno los de Jordi Ribera se estrellaron contra el muro alemán, que pasó de una tarjeta en blanco contra Francia a ser el héroe absoluto ante España.

En la mesa de los mejores

"En los últimos años me citan como uno de los mejores del mundo, pero es difícil saber cuál de nosotros es el mejor", afirma un hombre que no suele estar en las quinielas por ser el más grande, en las que sí militan los daneses Niklas Landin y Emil Nielsen y el español Pérez de Vargas. Wolff es un arquero que aprovecha muy bien su envergadura y que es constante, pero no es habitual que alcance el nivel de ogro del duelo de este viernes antes los Hispanos.

Rodrigo Corrales, que realizó dos paradas muy importantes (sobre cuatro lanzamientos) en los pocos minutos de los que disfrutó en las semifinales, recuerda un dato: "Cuando estamos 23-24 arriba, nos saca muchísimos balones y los mete en el partido". No en vano, Andy Wolff terminó con un 6 de 12 en paradas desde los 6 metros para sellar el tanteador final (25-24) y dar a Alemania el pase a la final de este domingo; una cumbre jamás transitada por los Hispanos (con cuatro bronces en las vitrinas). Es momento de pasar página y olvidar al gigante alemán. El quinto bronce (domingo a las 9:00 am) es demasiado valioso como para lamentarse.