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El truco mental de Gonzalo Pérez de Vargas para llevar a los Hispanos a los cuartos de París 2024: "Soy un espectador más"

El portero toledano salva a España en el duelo crucial frente a Croacia (32-31). Los de Jordi Ribera se medirán a Egipto en cuartos.

Gonzalo Pérez de Vargas, en París./REUTERS
Gonzalo Pérez de Vargas, en París. REUTERS
Daniel Arribas

Daniel Arribas

Era un todo o nada. Si vencía, la Selección española de balonmano certificaba su billete para los cuartos de final en el cuadro masculino. Si perdía, decía adiós a los Juegos Olímpicos de París sin tan siquiera haber superado la fase de grupos. Todo un reto para el combinado que consiguiera el bronce en Tokio 2020. Puerta grande o enfermería.

Conscientes de la magnitud del choque, los de Jordi Ribera entraron enchufados al pabellón número seis del Porte de Versailles. Con una renta que oscilaba entre los dos y los cinco tantos, los Hispanos respiraban gracias al acierto en ataque y las paradas de Gonzalo Pérez de Vargas, imperial de principio a fin.

Lo necesitaban los Hispanos, que tras ganar a Eslovenia (25-22) y Japón (37-33), y caer ante Suecia (26-29) y Alemania (31-33), estaban obligados a vencer al peligrosísimo combinado croata para verse las caras con Egipto en cuartos de final.

Ahí brilló con luz propia el portero toledano, cuyas dotes para destacar en los momentos decisivos no son ninguna novedad. "En los últimos años, creo que he conseguido un nivel mental y una estabilidad que me permite no sobrepensar", reconoció en una entrevista a Relevo el pasado año.

"Muchas veces aprovecho que el equipo está atacando para descansar cinco o diez segundos mentalmente", añade el guardameta, estrella de los Hispanos este domingo ante Croacia. "Si alguien se fija en lo que hago cuando el equipo está atacando, soy un espectador más".

"Eso sí, no llego a tener la mente en blanco", advierte. "No pienso en nada en especial, simplemente desconecto y así poder volver a conectar en la siguiente acción. Al final, creo que no hay que obsesionarse con la figura del portero en el balonmano".

Solo se resta importancia quien la tiene. Y con un porcentaje de blocajes por encima del 30% —32%, para ser exactos; o lo que es lo mismo, 14 de los 44 lanzamientos croatas— el toledano ha sido clave para que España certifique este domingo el billete a los cuartos de final.

No se consiguió sin sufrir, eso sí. A 40 segundos del final, Jordi Ribera pidió tiempo muerto para recalcular ruta y, sobre todo, calmar los ánimos. España gozaba de posesión y un tanto de ventaja, pero Martinovic igualó la contienda a 14 del final desde los siete metros.

Lo arregló todo el quinto tanto del encuentro de Aleix Gómez, que llegó a cuatro segundos de la conclusión, justo a tiempo para hundir a Croacia y sellar la clasificación. Respiremos aliviados. Hay portero. Hay equipo.