Mariona Ortiz y María Araujo sueldan los cables de España cuando el equipo cortocircuita
Las dos jugadoras están siendo fundamentales para poner orden en los momentos en los que el equipo sufre desconexiones que no se pueden permitir en cuartos.
España ya está en cuartos de final. A la espera de un sorteo más benévolo que el de Tokio -el conjunto nacional quedó emparejado con Francia y terminó perdiendo- el equipo de Miguel Méndez ha cumplido con la primera parte de la misión con la que había llegado a Lille: estar entre las ocho mejores de la competición y convencer con su baloncesto de que volvía a ser un equipo puntero en el panorama mundial tras ese paréntesis maldito entre 2019 y 2021.
Y por momentos España ha recuperado la vitola de favorita. Aupada en la espalda de una gran Megan Gustafson y de una defensa de libro, el conjunto nacional ha terminado la fase de grupos con un cero en su casillero de derrotas y con un camino más despejado hacia las semifinales. Como primera de grupo todo apunta a Nigeria, Australia o Alemania como rivales en unos cuartos en los que el conjunto español tendrá que ocultar los fallos que ha tenido en esta primera fase.
España ha jugado un buen baloncesto durante gran parte de los 125 minutos que ha estado en la cancha. Especialmente en los 45 que disputó ante China en el primer partido, donde remontó para llevarse un partido en el que apenas tuvo momentos de desconexión. Las conocidas 'pájaras'. Algo que sí ha sufrido en los otros dos partidos disputados y que no se podrá permitir en los cruces, cuando no hay margen de error.
Ante Puerto Rico España llegó a liderar el marcador con un +15 al inicio del segundo cuarto. Sin embargo, el conjunto de Miguel Méndez entró en un momento valle en ataque y apenas fue capaz de encontrar formas de desmontar la defensa boricua, que a falta de seis minutos se ponía con 4 puntos de ventaja. En 23 minutos España desaprovechó una renta que al final pudo recuperar. Y algo similar ha sucedido hoy ante Serbia. España tenía un +23 y a falta de 45 segundos sólo tenía seis puntos a favor en el marcador. Aunque finalmente lo pudo retener.
Dos momentos que sea cual sea el rival no podrá repetir en cuartos, cuando ya no queda margen para el error. Momentos de desconexión en los que el equipo necesita a alguien que vuelva a unir los cables y que parece haber encontrado en las figuras de Mariona Ortiz y de Maria Araujo. Dos piezas clave que han salido desde el banquillo para poner calma y para romper las malas rachas de sus compañeras.
La base del Casademont Zaragoza ya destacó en el primer partido con su defensa, algo que también repitió ante Puerto Rico, donde además también asumió los mandos de la nave cuando más apretaba el combinado rival. Además de defender anotó seis puntos en los últimos tres minutos ante Puerto Rico, dándole la vuelta otra vez al marcador. Y ante las balcánicas han sido cuatro tantos en dos minutos, pidiendo el balón en cada ataque para resolver la papeleta.
Por su parte la jugadora gallega tiene cuentas pendientes con los Juegos. No pudo estar en Tokio por una dolorosa lesión de rodilla. Las malditas articulaciones han marcado su carrera y hace sólo un año se rompía el cruzado anterior en la rodilla izquierda. Sin embargo, la jugadora del Çucuroka no se ha dado por vencida y ha alcanzado el sueño olímpico, donde ha sido una de las jugadoras más destacadas en la primera fase con puntos clave en los momentos de apagón de la Selección: ante Puerto Rico con dos triples para romper cuatro minutos de sequía de sus compañeras y frente a Serbia con otro tiro de tres tras tres minutos en blanco de España. Puntos que rompen dinámicas. Algo de lo que ella sabe mucho.
"Estoy muy, muy contento. Si estamos contentos cuando ganamos por uno, hoy, que hemos ganado por ocho, estamos ocho veces más contentos", comentó Méndez. "Creo que hemos jugado muy buen baloncesto durante gran parte del partido", manifestó, en la zona mixta del Pierre Mauroy, el seleccionador de España, que conocerá este domingo, cuando se cierre la fase de grupos, en Lille, quién será su rival de cuartos, el próximo miércoles, en Paris Bercy, donde se decidirá el torneo olímpico.