El método de Jakob Ingebrigtsen no pasa la prueba del algodón en 1.500: "Sus últimos verdugos entrenan a la antigua usanza"
El noruego no se sube al podio de París, claudica por tercera vez en una gran cita sin liebres y siembra las dudas.
Era mucho más que una final olímpica. Jakob Ingebrigtsen y Josh Kerr se jugaban el reinado del medio fondo tras las dudas del noruego en los últimos envites. Pero también era la batalla entre dos maneras de concebir el atletismo y la vida: el método Ingebrigtsen contra el estilo tradicional. Al final, ni uno ni otro, ganó el estadounidense Cole Hocker, con récord olímpico [3:27.65], y un método de entrenamiento sobre el que hay mucho secretismo. Kerr fue segundo con récord nacional británico [3:27.79] y el también norteamericano Nuguse tercero [3:27.80]. Jakob se quedó fuera del podio [3:28.24].
"¿Si me arrepiento de la táctica? Sí y no. Sí por el resultado, no porque me sentía bien", reconocía Jakob Ingebrigtsen tras la carrera. El noruego, recordman europeo de la distancia, se inmoló en una prueba que dominó de cabo a rabo, salvo en la última recta. Sus tiempos de paso [54.82 en el 400; 1:51.38 en el 800; 2:34.3] dinamitaron la prueba. "Muy loco", decía un alegre Niels Laros, sexto en la meta, que hizo marca personal con 3:29.54, el último del sexteto que bajó de 3:30.00. "Demasiado rápido", sentenciaba Cheruiyot, undécimo.
Quizá la pregunta adecuada hubiese sido si el recordman europeo [3:26.73 en Mónaco en 2024] se arrepiente de su método de entrenamiento. La fórmula de Jakob Ingebrigtsen ya no es la panacea para el 1.500. El noruego ha claudicado en sus tres últimas grandes citas: la de este martes en los Juegos y en los dos últimos Mundiales en 1.500 con Jake Wightman (Eugene 2022) y Josh Kerr (Budapest 2023). Kerr, que también le metió mano en la milla del Prefointane Classic en Eugene en mayo, con un ataque a falta de dos vueltas, al más puro estilo Jakob, lleva ya tres carreras por delante de Ingebrigtsen. "Tiene un gran punto flaco en las carreras sin liebres", le recordaba Kerr antes del evento en un aviso a navegantes.
WHAT. A. FINISH.
— World Athletics (@WorldAthletics) August 6, 2024
Men's 1500m final felt like a movie.
🥇 3:27.65 Cole Hocker 🇺🇸 OR
🥈 3:27.79 Josh Kerr 🇬🇧 NR
🥉 3:27.80 Yared Nuguse 🇺🇸 PB#Paris2024 #OlympicGames pic.twitter.com/PIBH7E1Pbr
El entrenador español Antonio Serrano, el hombre de referencia en el medio fondo y fondo patrio, ofrecía una visión panorámica y vaticinaba, ya antes de los Juegos, un periodo en el 1.500 con carreras mucho más abiertas, sin un dominador claro. En cuanto a los métodos, "está de moda el entrenamiento de Jakob, con el doble umbral, y, sin embargo, los dos atletas que le han derrotado hasta ahora, que son Jake Wightman y Josh Kerr, son atletas que no hacen este entrenamiento, sino que son corredores que entrenan a la antigua usanza". Este martes hay que sumar a Hocker a la lista, cuyo entrenador Ben Thomas no es amigo de pregonar su preparación.
La escuela noruega busca que los atletas estén competitivos todo el año y su mayor exponente es el plusmarquista europeo de 1.500 metros, Jakob Ingebrigtsen. La escuela tradicional busca picos de forma y rendir sobre todo en grandes campeonatos. Y uno de sus representantes es Josh Kerr. "El hombre que nunca aparece", suele decir Ingebrigtsen en tono jocoso.
Ya hay mucho conocimiento sobre el método del doble umbral, popularizado en el país escandinavo. El concepto clave es el lactato, un compuesto orgánico que genera el cuerpo a altos niveles de intensidad, aumentando la acidez y disminuyendo el rendimiento. El primer umbral, sobre 2 mmoles/L, dependiendo del atleta, es el aeróbico. El segundo, el anaeróbico (sobre 4 mmoles/L) constituye la máxima intensidad a la cual es posible mantener una concentración de lactato estable. A partir de ahí sólo hay sufrimiento y, con el paso de los segundos, agonía.
🤯¡El SORPRESÓN de estos Juegos Olímpicos! #París2024 #ParísRTVE6a
— RTVE (@rtve) August 6, 2024
❌Ingebrigtsen, campeón olímpico en Tokio, se queda fuera del podio
Hocker logra el oro y bate el récord olímpico en el 1.500 por delante de Kerr y su compatriota Nuguse
📺https://t.co/v21uJDZHaO pic.twitter.com/2gV6q986D2
"Jakob lo que hace es que el mismo día mete dos entrenamientos, mañana y tarde. Por ejemplo, uno matinal, con series de 1.000 o 2.000 m, controlando el ácido láctico, entre 1,5 y 2. Ese entrenamiento para él es muy aeróbico y, aunque realiza muchos km aeróbicos, no le perjudica nada en el aspecto anaeróbico y en la fatiga muscular", explica Serrano. "Por la tarde vuelve a hacer otro entrenamiento, de 400 o 500 m, también de gran volumen y tampoco llega a más de 3 de lactato. Entonces ese día suma 30 km, pero sin un desgaste anaeróbico y de acumulación de lactato en su musculatura. Luego hay un par de días que dedica más a rodajes y lleva a cabo alguna sesión de cuestas. También es verdad que cuando llega el gran campeonato, sí estoy seguro de que mete sesiones anaeróbicas para poder aguantar esos ritmos de menos de 2:20 el 1.000.".
En el método de entrenamiento más al uso, más tradicional, lo que se hace es "trabajar 3 o 4 km a un alto nivel anaeróbico, con más acumulación de lactato" y preparar a los atletas para alcanzar su mejor estado de forma antes de los grandes campeonatos. Josh Kerr, un hombre versátil, capaz de correr en un rango de distancias enorme, desde el 800 al medio maratón, es el fiel reflejo de esta escuela. El escocés, más discreto durante el año, aparece en las citas más importantes para dar un pico de rendimiento sobresaliente. Su receta le ha valido para minar la moral de Jakob Ingebrigtsen en el tartán, duelos dialécticos al margen. Pero no le ha bastado para frenar al músico Cole Hocker, el último invitado a la fiesta del 1.500, una distancia que es, en los últimos dos años, una caja de sorpresas.