He visto más de 1000 camisetas de fútbol en 2024 y estas son, sin duda, las 10 mejores del año

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2024 confirmó tendencias, más que lanzarlas. Las marcas medianas aporrean la puerta de las grandes y suben el nivel camisetero en cada rincón del planeta. De Versalles a Castellón pasando por Huesca, de San Sebastián a Kallithea con escala en Augsburgo. Todos quieren ser el nuevo Venezia, incluido el nuevo Venezia. Se asienta el emblema temporal, un truco para ganarse al consumidor sin cambiar estatutos (#elescudonosetoca).

La equipación local abraza la prudencia, quizá porque es el último reducto identitario de una industria saturada, quizá para facilitar más experimentos en las alternativas. ¿Pasará la fiebre retro? Los últimos 12 meses dicen que no, que como mucho la nostalgia se desplaza hacia adelante. Vuelven los cordones, cuidado con lo que deseas. Las selecciones visten como clubes, hubiéramos preferido lo contrario. El fútbol impone sus códigos a la moda, algo es algo. Costuras a la vista, patrocinadores que ceden terreno y un mar de brillos y relieves. El mercado en 10 trozos de tela:

La camiseta del futuro será con mensaje o no será. La visitante de Bélgica tiene 1.000 historias que contar. No, literalmente. Se inspira en Tintín, todocampista y héroe nacional, y resuelve en un trazo las urgencias de los diablos rojos. El contraste entre azul 'royale' y marrón es fiel homenaje al reportero, no la enésima referencia vaga a un concepto. El patrón sutil retoma los rombos que elevaron la indumentaria belga en los 80. Perfecta, ¡mil rayos!

Camiseta-símbolo. De cómo la clase media cuestiona el estatus de las grandes firmas y de cómo el diseño refleja las exigencias del cliente. En 2024, el cordón saltó del uniforme conmemorativo al titular: 'Hummel x Celta' o 'Macron x Real Sociedad' transforman un recurso en discurso. El broche, un escudo bordado que atiende la necesidad del hincha de no sentirse solo un cliente. La Real presume de clasicismo. Su camiseta grita: "¡Así se hace!".

Qué difícil es construir nuevas identidades en la era del diseño reciclado. Innovar con la ropa es atacar y adelantar la zaga. 'Pinstripes' y gallo XL, la visitante de Francia mezcla pasado y futuro y rubrica la 'nikización' gala iniciada en 2011. Nike arriesgó desde el minuto uno, se alejó del azul Adidas y jugó con sus reglas. Hoy recoge los frutos. Viste a la selección más elegante del mundo.

Nota de la comunidad: reinterpretar un clásico sin copiarlo al pie de la letra es posible. Kappa fue, es y será vanguardia. El morado noventero enciende pasiones en Pucela, cuya afición se movilizó para recuperar un escudo menos escalable y poco optimizado en soportes digitales, pero que la gente siente como suyo. La indumentaria es pertenencia.

Quién nos iba a decir que Mizuno estaría entre los nombres propios del año. Sus creaciones son un triunfo de brillos y relieves, una exhibición de acabados 'jacquard' y texturas. Pegó fuerte la equipación romana, agotada en pocos días. Se busca heredero en el post 'Kappa x Venezia'. ¿Un binomio emergente que no perder de vista? Apostaría por 'Mizuno x Augsburgo'.

Cómo será el listón del Venezia para que, en pleno bache, su prepartido se cuele en la lista. La transición Kappa-Nocta está siendo turbulenta. Era de esperar. Drake impidió la bancarrota y se hizo con la camiseta más icónica del último lustro. Suceder a Kappa es lo peor que le puede pasar a un fabricante. Vestir al Venezia, lo mejor. Nocta rompe con el pasado. Su apuesta futurista es única en la industria. Irá a más.

Las camisetas más virales de 2024 nos hicieron exclamar 'take my money!' antes de que pitase el árbitro. Los Gen-Z Lamine, Nico, Wirtz o Musiala subieron al DeLorean de las reediciones poniendo patas arriba cualquier línea temporal. ¿Falta de imaginación de las marcas o culto al patrimonio estético? Que el fan elija su propia aventura.

Iñaki Williams se saltó el protocolo para levantar la Copa del Rey y nos regaló una de las fotos del año. Quedaron fuera Castore o Nike, 'sponsors' del Athletic y el delantero. Su evidente falsificación Kappa —'A Lo Bajini 9' en la espalda— explica la evolución de la camiseta, convertida en símbolo que trasciende al producto. Iñaki quiso celebrar con la que llevaba de niño… Perdón, con 'una' como la que llevaba de niño.

Demostración del momento dorado (que siempre triunfa con el negro) que atraviesa la casaca alternativa. Símbolos y patrocinadores se adaptan cromáticamente para que el poliéster fluya también con vaqueros. Las empresas por fin entienden su rol: facilitar. Hasta Red Bull cambia su rojo innegociable por azul en la visitante del Leeds. Armonía.

Una prenda hecha lienzo. Oficial: la sensibilidad local del fabricante marca diferencias ante la dictadura de la plantilla masificada. Con la Cruz de San Jorge como hilo conductor, Soka viaja al Renacimiento para plasmar un cuadro de Rafael en la ropa del Huesca. Un trayecto de ida y vuelta. La camiseta muestra el futuro de los patrocinios. O eso esperamos.