Vinicius, Rodrygo y Mbappé conquistan su primer título como mejor tridente del mundo

El Real Madrid tiene estas cosas. En mitad de una temporada con varias sirenas de crisis ya han celebrado dos títulos. Esta Copa Intercontinental, con su nombre sonoro e imponente, hizo lo más placentero de estos meses: que el invierno parezca verano. Con el equipo blanco levantando trofeos y el resto del mundo quejoso por sus logros. Enfrente compareció Pachuca (por decir algo), que cayó rendido a los encantos del nuevo orden. Vinicius, Mbappé y Rodrygo.

Los de Ancelotti no engañaron en Doha. Sus éxitos este curso dependerán de los tres de arriba, que muchas veces serán cuatro, con las apariciones imparables de Jude Bellingham. En esta ocasión Vinicius y Rodrygo se turnaron el premio al MVP. Vini le puso papel de regalo al choque con su asistencia de 'tío majo' a Mbappé en el primer golpe, Rodrygo marcó de 'Premio Puskas' y el 'The Best' coronó su actuación con un penalti que señaló con mucha gracia el señor colegiado. El Madrid manosea su título número 105. Se dice pronto.

El primer tanto del Real Madrid no fue un gol. Fue un abrazo, un beso, un cariño. El inicio de algo. Bellingham tramó desde la frontal del área y Vinicius exhibió una superioridad no de Balón de Oro, sino de 'The Best', más solidario, más justo, más inclusivo. Aunque con menos glamour. Como ocurre siempre con las asistencias. Regateó a sus rivales y al portero y le regaló la gloria a Mbappé, que se espatarró (su mayor arma) para allanar un nuevo título del conjunto blanco.

El gol de Rodrygo fue como cuando empiezas a comerte una tarta de chocolate por un cachito y terminas comiéndotela entera. Y te quedas tan ancho. Con una auténtica obra de arte ya para el recuerdo. El virguero brasileño bailó con sus marcas, hasta se entretuvo, y clavó un derechazo a la mismísima escuadra. El colegiado del encuentro fue llamado por el VAR para anularlo por una interferencia de Bellingham, en fuera de juego, pero hizo lo adecuado. Se colocó ante la cámara y explicó así su decisión: "Un golazo así no se puede invalidar en la vida".

El Pachuca de México duró lo que tardó en despertarse el Real Madrid. Un equipo aliñado de viejos conocidos de la Liga, como Salomón Rondón, Idrissi, Gustavo Cabral o Borja Bastón, que sirvió para enfrentar al cuadro merengue pero poco más. No opusieron resistencia, como si fueran un elemento más de la celebración catarí del Madrid.

No arañaron, y sólo propusieron al inicio, cuando la zaga de Ancelotti y un errático Camavinga perdieron tres balones en campo propio. La única vez que inquietaron la meta de Courtois fue ya con el 2-0 en el luminoso, cuando Rondón remató alto por muy poco un centro lateral.

Pese al flamante título, Ancelotti sigue teniendo mucho trabajo en su Real Madrid. El partido, por momentos, pareció un amistoso de verano. Por el clima y por el centro del campo, que dejó unas distancias que ni el Serengueti. También por el problema que arrastra este equipo: sus laterales.

Fran García y Lucas Vázquez se pasaron el encuentro corriendo pequeñamente. Fran García, con su nuevo aspecto plenamente cool, al menos para él, no convence. Y Lucas, con penalti incluido, está justo para estas citas: torneos en Doha y tramos de asueto. Pese a todo, su leyenda continúa creciendo.