ELECCIONES RFEF

Salvador Gomar dispara a AFE en el reguero de promesas que luego se convirtieron en traiciones

El valenciano se une a la lista de candidatos frustrados, junto a Gerardo González Otero (2004) y Juan Luis Larrea (2018). Clubes, jugadores y el barón de Ceuta, entre los que le abandonaron.

Salvador Gomar, en un acto reciente. /EFE
Salvador Gomar, en un acto reciente. EFE
Alfredo Matilla
Sergio Fernández

Alfredo Matilla y Sergio Fernández

Mientras el ganador, Rafael Louzán, lloraba de emoción abrazado a sus amigos y familiares en el salón Luis Aragonés de la Ciudad del Fútbol, Salvador Gomar intentaba recomponerse con buena cara y mejores palabras de la paliza que instantes antes se había llevado en las elecciones a la presidencia de la Federación (90-43). El barón de la Comunidad Valenciana fue el primero en felicitar al gallego cuando se conocieron los resultados oficiales pero desde ese deportivo gesto comenzó a rumiar los disgustos.

Lo peor llegó incluso antes de concluir la cumbre en Las Rozas. Louzán se acordó en su discurso de FIFA y UEFA, para ir allanando el camino. Arrancó los aplausos del auditorio con un homenaje a Pedro Rocha. Y tuvo palabras de agradecimiento para Sergio Merchán, el candidato de paja que se retiró justo antes de la votación, y para Yaye, la presidenta de la Comisión Gestora que llegó a ser presidenta durante unas horas. Sin embargo, no tuvo ni un gesto con el derrotado, que a fin de cuentas es su compañero en la Comisión de Presidentes. Un feo al que Gomar dio más importancia que al propio resultado.

Con la confección de la Comisión Delegada, que también se votó en la mañana de este lunes, el abogado confirmó sus peores presagios. Más allá de la victoria de Paco Díez (Madrid), Marcelino Maté (Castilla y León) o José Ángel Peláez (Cantabria), con los que no contaba y que entran con fuerza en el órgano rector como dirigentes de la máxima confianza del nuevo presidente, apareció por sorpresa Antonio García Gaona (Ceuta). Él también había prometido días antes su apoyo a Gomar en una larga conversación y, dado este resultado, se confirma que estaba en el mismo bando que la mayoría. La Comisión la completan los clubes Arucas CF (de Canarias) e Higicontrol Melilla (Melilla), que delegarán su voto desde el inicio, mediante un poder, de representación a los barones José Juan Arencibia y Diego Martinez respectivamente por lo que habrá seis presidentes territoriales más el mandamás como sucedía en tiempo de Luis Rubiales.

Gomar, lejos de marcharse de las instalaciones tan rápido como muchos otros, se quedó al ágape final como ese equipo que permanece en el césped mientras a los demás les entregan las medallas en el podio. En vez de ir buscando consuelo, prefirió ir agradeciendo emocionado a muchos de sus apoyos la confianza, al mismo tiempo que charlaba con todos los medios de comunicación que le reclamaron para dar su versión de la jugada. Ahí, mezcló momentos de sinceridad con otros de frustración y cierta rabia, pero siempre poniendo por delante que él no era el protagonista a esas horas de la jornada y que Louzán era el elegido con todas las de la ley.

Pero...

Fue después, más en privado, cuando comenzó a comparar los números que le habían hecho tener fe en la victoria con lo que realmente había sucedido. Su candidatura adjudicó los cuatro votos en blanco a Rafael del Amo, el presidente de la territorial de Navarra y a los otros tres que estaban bajo su paraguas. El pasado viernes, en un café en Pamplona tras varias reuniones en el País Vasco, ya le deslizó sus intenciones. Confirmó también que muchos de los futbolistas, que creía de su lado, se habían dado la vuelta en el último instante. Y hasta puso en duda que las jugadoras, que por videoconferencia le mostraron estar de su lado, o los árbitros acabaran votando en el sentido que creía. La misma historia que en su día vivieron Gerardo González Otero contra Villar (98-78 en 2004) y Juan Luis Larrea frente a Luis Rubiales (80-56 en 2018). La diferencia es que aquellos candidatos frustrados se vieron ganadores y Gomar, aunque lo decía, sabía que lo suyo era un milagro.

Ahí, sin querer dar muchos detalles por confidencialidad y respeto, se mostró especialmente enfadado. AFE controlaba 22 de los 32 votos de los futbolistas. Y aunque fuentes del sindicato aseguran a Relevo que no había ninguna directriz, Gomar entiende que las conversaciones que había tenido con el presidente del sindicato, David Aganzo, no se habían reflejado en el tanteo final. Con su ayuda, hubiera llegado a los 65, a los que podía haber sumado las tres ausencias en la Asamblea (Alcalá, Lato y Calleja), que estaban de su parte. Con 68 y esos 22 menos de Louzán (68) hubiera habido la igualdad esperada. Por eso, y como ya se mascaba en la previa, vio clave este movimiento con aires, para él, de traición.

Con los clubes estaba especialmente dolido. Con los no profesionales, porque vio por detrás la mano de David Jiménez, presidente de ProLiga, la patronal de los clubes amateurs pese a que había compartido con él desde hace tiempo planes ambiciosos. Y, sobre todo, con alguno de los profesionales. La insistencia de Javier Tebas y las dotes persuasivas de Víctor Martín, el director del gabinete de presidencia de la patronal, pesaron para que algunas de las entidades que no pensaban seguir la disciplina de voto lo acabaran haciendo. Los escuderos de Gomar saben que el Villarreal no le falló, por ejemplo, pero había un especial resquemor con el hecho de no poder confirmar que el Valencia, su Valencia, estuvo con él hasta el último momento. En primer lugar porque ahí se dejó la piel su padre como gerente. También porque él mismo, como asesor jurídico, y peso pesado del Mestalla, dio sus mejores años de trabajo en la casa. Y, sobre todo, porque es el que más ha luchado porque la RFEF vuelve su inversión pronto para que esa tierra se levante de la DANA.

Ahí es precisamente donde Gomar quiere poner ahora mismo todos sus esfuerzos. Pese a que muchos de sus colegas no dejaban de animarle, dando por hecho que el Supremo y el Gobierno frenarán a Louzán en febrero o marzo, él no está pensando en estos momentos en seguir presentando batalla a no ser que el resto de barones, llegado el momento, se lo pidieran. Gomar prefiere centrarse en pelear porque el España-Países Bajos de marzo, correspondiente a la Nations League, se dispute en Valencia y los fondos recaudados vayan directamente a los afectados por las inundaciones. Y cuando consiga eso, pues quiere hacer escritos oficiales a la propia Federación y a UEFA y FIFA para que la dotación prometida, de más de 10 millones, llegue a la territorial de la Comunidad Valenciana con urgencia. Lo demás, ya se verá. Pero ahora mismo no se ve con ánimo ni fuerzas de otra cosa.

Se repite la historia

Gomar atendió a Relevo, y con la cabeza bien alta, no eludió ninguna de las preguntas: "El fútbol es lo que ha elegido y ya está. Hoy es día de celebrar que hay nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol durante los próximos cuatro años. Y de felicitar a Rafa. Yo lo que tengo que ser es un deportista, esto es una federación de fútbol y bueno, no me cabe más que felicitarlo. ¿Que si me han traicionado? No, no, en absoluto. Esto es una votación libre y secreta y ya está. Ha ganado rafa y no hay más que decir. Si he perdido votos o no por el camino es una cuestión de antes, ahora no hay que lamentarse de nada. Me habéis visto, he sido el primero en felicitarlo".

Su reacción es parecida a las que tuvieron en su día Gerardo González Otero o Larrea. El primero supo contenerse pese a la jugarreta arbitral: "Algo tiene que cambiar en la Federación a la vista del resultado, que es un aviso. No voy a aceptar la derrota con ningún tipo de rencor y, más que echar la culpa a los demás, lo que tengo que ver es dónde he podido fallar. Mis datos anoche eran que tenía 98 votos a favor. No me siento traicionado. Esto es democracia y la gente vota de manera libre. La experiencia ha sido muy gratificante. Espero que la próxima vez me sonría la fortuna...". Al segundo le costó más: "Esta mañana me seguía viendo ganador porque me decían que tenía más de 80 votos. Hay quien me ha engañado y ya se sabrá quiénes han sido. Me presenté porque me veía capaz de ganar. Ahora solo queda que seguir ayudando al fútbol, pero no entiendo a los que me han engañado porque siempre les decía que me dijeran la verdad".