El renacer de la Finalissima apunta a mentira: "No la veo posible"
España y Argentina deben disputar el torneo, pero hasta Scaloni tira la toalla: "Está complicado por el calendario que hay".
La Finalissima resultó ser una mentira. O, al menos, eso parece. Lionel Scaloni, técnico de la selección argentina, habló abiertamente en rueda de prensa de la posibilidad de que su país y España se enfrenten en este torneo tan mediático como problemático en el calendario. Y, por sus palabras, todo apunta a que la intención de jugarla caerá en saco roto: "Está complicado. Por el calendario que hay, no la veo posible. Es un tema que se habla mucho. Desde junio hemos jugado un montón".
Cortita y al pie, ni siquiera una de las personas mejor informadas del calendario que tendrá su equipo nacional tiene la más mínima esperanza de que el partido se dispute. Por si da lugar a dudas, la Finalissima es un encuentro que disputan las selecciones campeonas de la Copa América y la Eurocopa y que es considerado como oficial. Existió hace un tiempo y en 2021 la UEFA y la Conmebol firmaron un Memorándum de Entendimiento para retomar la postura gubernamental en torno a este asunto.
El formato es relativamente asequible de encajar dentro de las complejidades del calendario: un partido único a 90 minutos y sin prórroga, directamente con penaltis. Pero parece ser que no hay manera. Se disputó en 1985, entre Francia y Uruguay en París. Después, años de parón hasta su regreso en 1993. Para entonces, Argentina se vio las caras con Dinamarca, invitada de última hora tras la exclusión de Yugoslavia. La nostalgia tan presente en nuestro días impulsó su retorno con el triunfo de Argentina por cero goles a tres ante Italia en 2021.
La intención era consolidar este torneo en el tiempo y más dada la popularidad de su retorno. Sin embargo, el calendario les ha hecho chocar de bruces contra la realidad. El pasado mes de julio se confirmó la clasificación de España y Argentina para el gran partido en un mismo día, gracias a los títulos de Eurocopa y Copa América respectivamente. Desde entonces, han pasado meses y meses y nadie ha logrado encontrar una solución para programar el torneo.
Las posibilidades de la Finalissima
Este 2024 ya no se disputará la Finalissima. Nos encontramos en el último parón internacional, en el que España disputa la Nations League y Argentina la fase de clasificación para el Mundial 2026. Lo suyo sería encajarla en 2025, el año más lógico debido a que los torneos continentales se decidieron en 2024. La primera posibilidad es la ventana de marzo. Otro negativo: ahí España disputa los cuartos de final de la Liga de Naciones y Argentina continúa con las ventanas sudamericanas.
En junio y septiembre, continuamos por los mismos derroteros: España puede disputar la Final Four de la Nations League, mientras la 'Albiceleste' continúa jugándose su billete para el Mundial. Ya nos hemos plantado en finales de 2025 sin que haya ningún tipo de alternativa. Se podría, claro, modificar el calendario o hacer encaje de bolillos para meter con calzador el encuentro, algo que por ahora no parece estar sobre la mesa.
La próxima temporada tendrá nuevas ventanas FIFA en octubre y en noviembre, donde la Selección se jugará estar en la Copa del Mundo. Impensable. Tampoco aplazar encuentros para jugarlos en marzo porque ahí llega la repesca. Y ya estamos en el año 2026... En definitiva, si el España-Argentina (o Argentina-España) se acaba disputando, para cuando ocurra no parecerá una rivalidad de campeones, sino prácticamente un amistoso. Un proyecto fallido que se dialogó sin pensar que el calendario ahogaba.
No hay más que ver que el Valencia-Real Madrid aplazado por los estragos de la DANA apunta a disputarse un 2 de enero, pese a que el convenio de los futbolistas lo impide. Si en un año natural se sufre para encajar un único duelo suspendido, cómo no va a ocurrir lo mismo con las selecciones, que apenas pueden reunirse cinco o seis veces por temporada.
Mientras, se sigue fantaseando con la posibilidad de que todo siga su curso. Argentina está muy interesada en acoger en Buenos Aires la gran final, ya que la edición de 2022 se disputó en Wembley. De momento, no son más que eso, rumores. Porque hasta las vías más oficiales como Scaloni tiran la toalla con la Finalissima. Un intento que se quedó en anécdota, en un bello recuerdo y que acabó resultando una mentira. Un torneo que no puede asentarse, por mucho que se pretenda.