Rafael Louzán inicia otra ola de despidos en la RFEF para seguir borrando huellas del 'Rubialismo'
La RFEF ya ha finiquitado a varios pesos pesados como a Jorge Mowinckel, director del departamento de Internacional, y lo hará con más trabajadores vinculados al expresidente.
Rafael Louzán, el nuevo presidente de la Real Federación Española de Fútbol (RFEF), se ha tomado a pecho el nuevo cargo que ostenta desde el pasado 16 de diciembre y no para de tomar decisiones. Al mismo tiempo que tiende la mano a Javier Tebas (LaLiga) y David Aganzo (AFE) y los incluye en su Junta Directiva, negocia con Luis de la Fuente un nuevo contrato, se vuelca con los afectados de la DANA o tiene detalles con el fútbol no profesional sorteando invitaciones para la Supercopa de Arabia, también saca a relucir su mano de hierro. Según ha podido saber Relevo, ha iniciado una nueva ola de despidos en la Ciudad del Fútbol para intentar acabar con los residuos que quedan del 'Rubialismo' al que otros muchos que siguen dentro a su alrededor pertenecieron en su día.
De momento, nadie en la casa quiere confirmar nombres propios, aunque reconocen los movimientos. Es un tema que se habló en la Junta Directiva del pasado jueves y a la que se dio forma ayer. En esa lista de despidos, que irán cayendo en forma de goteo, figura el nombre de Jorge Mowinckel, director del departamento de Internacional y uno de los miembros del equipo de trabajo del Mundial 2030. Según han podido saber este periódico ha recibido una transferencia en su cuenta de la RFEF con el asunto 'finiquito' sin que nadie le haya explicado más. Este despido llega sólo unos días después de que concedieran el pasado 11 de diciembre el Mundial a España, que es en lo que ha estado centrado durante los últimos tiempos, y un año después del nacimiento de su hija, por el que en su día no pudieron despedirle pese a que ya lo intentaron.
En ese listado también aparecen algunos trabajadores más de este comité del Mundial 2030, así como otros profesionales de segundo rango en el escalafón como es Joana Soares. Además de que la portuguesa pertenece al grupo de Estrategia y Relaciones Internacionales de la institución, Soares es conocida en la Federación como la pareja de otro de los trabajadores despedidos el año pasado, Pablo García Cuervo, director de comunicación en tiempos de Luis Rubiales que acabó siendo rescindido como pretendía y no como peleó la Federación.
La Federación está comunicando, en algunos casos, estas decisiones mediante un burofax en forma de finiquito que va llegando, poco a poco, a los domicilios particulares de los afectados. No le ha importado estar en plenas Navidades. E incluso alguna fuente interna fantaseaba con que, en algunos casos, fuera una Inocentada dadas las fechas que son. Pero no. El asunto es bastante serio. De esta forma, algunos otros trabajadores de la casa irán enterándose en los próximos días de que su labor en Las Rozas ha finalizado. Hoy, pese a que varios de los que aparecen en las listas de despidos que circulan por la RFEF, no hay más confirmaciones ya que, además, se encuentran de vacaciones y no en sus casas sin poder ser notificados.
Según diversas fuentes consultadas, los despidos se centrarán en ese equipo del departamento de Internacional liderado por Mowinckel y que ha centrado sus esfuerzos en los últimos meses en preparar la candidatura de España, Portugal y Marruecos para el Mundial 2030 que ya les ha sido concedido. En esa sección de la RFEF trabaja, entre otros, Chema Timón, que fue miembro del gabinete de presidencia de Rubiales y fue relegado en sus funciones con su marcha. Hasta el momento, no ha recibido ningún finiquito, como Fernando Sanz, pero se teme lo peor. Otros de ese grupo no atienden al teléfono y alguno más, como María Tato, aseguran seguir en sus funciones como siempre. Aun así, a los más cercanos a este grupo de trabajo no les extrañaría nada que los echen porque ya han aparecido en otros ajustes de cuentas anteriores que no se ejecutaron por el proceso electoral que había en marcha.
Una remesa más
Estos movimientos son la continuación de una operación de reestructuración que comenzó el año pasado. A las salidas que ya se produjeron cuando salió Rubiales en septiembre de 2023, se unieron después en el primer cuatrimestre de 2024 la de un nutrido colectivo más. Uno de los más sonados fue Tomás González Cueto, asesor jurídico. Pero el que más problemas le causó entonces a Pedro Rocha, por actuar por la vía rápida y por mandato estando al frente de la Comisión Gestora, fue el del secretario general Andreu Camps. Al final fue lo que le condenó en su posterior inhabilitación.
Más tarde les tocó a los cuatro ejecutivos investigados por la Audiencia Nacional ('Caso Rubiales'), Albert Luque —director de la Selección española masculina— y Rubén Rivera —director de marketing; y por el Juzgado Nº4 de Majadahonda (Caso Brodie), Pedro González Segura —director del área jurídica— y José Javier Jiménez, conocido como 'Jota' —responsable del departamento de Operaciones y Personas (Recursos Humanos). Y el siguiente fue Antonio Gómez-Reino, director de relaciones institucionales de la RFEF que llegó a entregar un título de Liga al Real Madrid.
Esta nueva remesa de despidos está agitando mucho a la Federación. Muchos la consideran injusta ya que van a seguir dentro muchos fieles de Rubiales, "que parecían en su día fundamentalistas" y, sin embargo, se van a cargar a trabajadores que no hacían más que cumplir con las órdenes de sus superiores. Hablan de "vendetta". Y encima, dadas las fechas que son y sin explicarles nada, mediante un apunte bancario. Los más críticos apuntan a que el estilo de gobernanza de Louzán será mucho más duro que lo visto hasta entonces. Y señalan, como ejemplos, la limpia que ha hecho en la Junta con los presidentes territoriales que no le apoyaron, la no invitación a la Supercopa de Arabia a los que no son barones autonómicos y la salida de estos de la Comisión de Presidentes. Por no hablar del empujón dado a Pablo Lozano (Andalucía) para que dimita con amenazas incluidas si no lo hacía...