Los partidos más duros con los amaneceres más bonitos: las dos caras del fútbol playa de veteranos en Santander
Partidos en diciembre a las 8 de la mañana, el mar metiéndose en el campo, vendavales rompiendo porterías… y protagonistas como Quique Setién o Amunike.
¿A quién no le gusta jugar al fútbol playa en verano con sus amigos? Pero este campeonato es muy diferente. "Te tiene que gustar", nos cuenta Bustillo, antiguo jugador del Campeonato de Fútbol Playero de Santander, que cumple ya 64 años de historia. Desde 1960 ininterrumpidamente, jugadores veteranos se reúnen cada invierno en las playas de El Sardinero para competir en un deporte muy bonito pero, en ocasiones, muy duro y condicionado a merced de la naturaleza.
Evidentemente, en verano es imposible ocupar las playas, que se llenan de locales y turistas con ganas de aprovechar el buen tiempo. Cuando finaliza la temporada estival, a mediados de septiembre, es cuando da inicio esta competición, que se alarga hasta mayo en una liguilla que termina con eliminatorias hasta llegar a la final. Este año se han formado 16 equipos.
Sin vestuarios y con frío, lluvia y viento a las 7 de la mañana
"Cada 15 días se juega, porque dependes de las mareas, se juega en arena dura", explica el ya exjugador del torneo. Solo cuando estas están bajas es cuando hay espacio para poder disputar los encuentros. Es por eso que los horarios también están condicionados. "Ha habido partidos a las ocho de la mañana. En invierno… y a veces tienes que bajar a las siete de la mañana", incide Bustillo, ya que los equipos llegan a un campo inexistente que ellos mismos crean desde cero, montando las porterías y marcando las líneas sobre la arena: 100 pasos de largo por 60 de ancho.
Pero los problemas van más allá de madrugar y del frío invernal, y es que a esto se le suman otras condiciones climáticas como el viento o la lluvia. Como ocurre en cualquier partido de fútbol convencional, podrían pensar, si no fuera porque aquí ni siquiera hay vestuarios. "Te cambias allí y cuando llueve tienes una bolsa de plástico para que no se mojen tus cosas. En un momento sales, corres y entras en calor, pero el que está en el banquillo está con un paraguas", nos cuenta el veterano cántabro.
«Un vendaval partió el larguero»
Una de las anécdotas que recuerda Bustillo, aunque hace casi 20 años que dejó de jugar, tiene que ver con estas dificultades metereológicas. "Una vez, con vendaval, con el zarandeo que provocaba, se partió el larguero. Tuvimos que suspender el partido", nos narra. También, nos cuenta que "hay veces que se han tenido que cancelar partidos porque la bajamar no era muy grande, había lo que se llaman mareas vivas y el mar no había llegado a descubrir la playa". Y, evidentemente, si no hay campo no se puede jugar.
Eso sí, "si queda poco tiempo y entra un poco el agua, se intenta terminar, y si el balón toca el agua se decreta saque de banda", lo que curiosamente hace que el terreno de juego disminuya por momentos hasta la conclusión del choque. Pero, como dice el dicho, no hay mal que por bien no venga, y estos momentos también nos dejan imágenes increíbles, como bonitos amaneceres que a su vez se reflejan en la arena mojada.
Las condiciones para competir son simples: tienes que ser mayor de 28 años y no estar federado en ningún otro equipo. Es decir, ser un jugador veterano ya retirado. Se juega fútbol 11 tradicional, aunque con fueras de juego de fútbol 7, con cuatro sustituciones y un descanso de 10 minutos entre dos partes de 45. "O al menos en mis tiempos era así", nos explica el hombre haciendo memoria. Y, en los pies, está prohibido el calzado con cordones o cremallera. "Normalmente se juega con 'pinkies' de goma o hay gente que prefiere descalza", nos cuenta de una normativa que puede cambiar según la localidad en la que lo practiques.
El equipo formado por exfutbolistas: Quique Setién, Amunike…
Por ejemplo, campeonatos similares los hay en otros municipios de la provincia, como Santoña o Laredo, en los que esta última norma varía. En ocasiones, al finalizar la temporada con el inicio del estío, los campeones de las diferentes liguillas se enfrentan entre ellos. Y es que el fútbol playa es un deporte con mucha trayectoria y prestigio en esta zona norte de la península. Bustillo nos cuenta que su padre fue entrenador en el Campeonato de Fútbol Playero de Santander, coincidiendo algunas temporadas con figuras reconocidas del mundo del fútbol que también han participado, como los exracinguistas Quique Setién, Popov, Pablo Pinillos, Esteban Torre, Pepe Aguilar y otros como el mítico Emmanuel Amunike.
De hecho, existía un equipo llamado Barlovento CF, donde se juntaban exfutbolistas del Racing de Santander para competir juntos. Ahora, la mayoría de clubes llevan el nombre de empresas y negocios locales que les patrocinan. Además, más allá de estos campeonatos mencionados, también existen otras ligas de bares o enfocadas a los niños. "En Santander lo juega mucha gente", termina resumiendo Bustillo, que valora que "la gente se lo toma en serio y es un ambiente diferente" al que se puede vivir en otros torneos.
Así, cuando el árbitro pita el final, si no lo ha hecho antes el agua, las porterías se desmontan, la marea borra el efímero terreno de juego, las huellas y todo indicio de que allí se jugó un partido de fútbol; y el mar recupera su espacio, que de vez en cuando cede a este deporte tan bonito que es el fútbol playa en Cantabria.