Entre el "nunca me quitó el sueño" y el "hoy no se entendería lo que me pasó": las dos caras de los no debutantes con España
Grandes nombres del fútbol español que nunca llegaron a debutar con La Roja charlan con Relevo sobre sus ausencias internacionales.
No hay mayor reconocimiento a tu fútbol que ser llamado por el equipo que reúne a la élite nacional del deporte que practicas. Muchos comparten el mismo objetivo: vestir la elástica de la Selección, pero pocos lo han cumplido, pues en cada convocatoria apenas 24 jugadores son elegidos para representar al combinado nacional. La famosa llamada, que ha hecho estar pendiente del teléfono a cientos de futbolistas, unos la daban por descontada y otros tantos por imposible.
En una lista tan pequeña es normal sufrir ausencias. Quién no se ha preguntado, ¿por qué no lleva a este? Ya sea por falta de espacio, falta de feeling con el seleccionador o, simplemente, que la guardia pretoriana está más que establecida. Los motivos pueden ser miles, pero en la historia del fútbol de este país ha habido grandes nombres que no han podido disputar ni un minuto con La Roja. Varios de ellos han charlado con Relevo, algunos reconocen que su no debut siempre será una espinita clavada hasta el final de sus días, pero para otros estar en la radar del combinado nacional ya fue más que suficiente.
Xabi Prieto (San Sebastián, 1983) es de los segundos. "Cerca o lejos, la realidad es que nunca me llamaron y lo asumía con naturalidad. Había otros mejores para el seleccionador y punto", confiesa el exjugador de la Real Sociedad. El donostiarra firmó grandes temporadas en una Real que pasó por varios años convulsos en Segunda y se recompuso hasta lograr la clasificación a la Champions League. Prieto vivió la época dorada del equipo nacional desde la distancia, pues nunca pisó una concentración con la absoluta.
"Yo tenía asumido que no iba a acudir al Mundial de 1994. Ahora mismo hay meritocracia, los jugadores de ahora no entenderían lo que me pasó"
Exportero del Dépor"En la Sub-21 tuve la oportunidad de jugar junto a Iniesta, Sergio Ramos, Cazorla, Jesús Navas… jugadores que han hecho carreras espectaculares y jugar con ellos fue una experiencia muy chula", añade. Pese a ello, reconoce que "hubiese sido una bonita experiencia, pero era consciente de la dificultad que había para ir convocado y lo tenía asumido".
Uno que también lo asumió fue Paco Liaño. El canterano del Racing de Santander y leyenda del Deportivo de La Coruña mantiene el mejor Zamora de la historia, que comparte a partes iguales con Oblak y Ter Stegen. En Galicia, además de una Copa del Rey y un subcampeonato liguero, consiguió ser el mejor portero español entre 1992 y 1994. Pese a ello, Clemente nunca le tuvo en cuenta. "En ningún momento me vi dentro de aquella lista porque eran cerradas. No lo digo como crítica, lo digo como un hecho objetivo. Siempre llevaba a los mismos", matiza.
El cántabro no fue gusto de la devoción del técnico vasco que asentó su guardia pretoriana con Zubizarreta, Cañizares y Molina. "Yo tenía asumido que no iba a acudir al Mundial de 1994. Ahora mismo hay meritocracia, que no digo que sea más o menos justo, pero los jugadores de ahora no entenderían lo que me pasó", prosigue. El aceptar no formar parte de los jugadores a tener en cuenta por el seleccionador evitó que su no convocatoria le afectase. "No había mucha vuelta de hoja. A la gente le puede parecer injusto valorando el rendimiento deportivo del año previo al Mundial, pero a nadie le extraña porque era algo muy habitual en aquellos momentos".
Perder la esperanza
El fútbol es muy demandante, tanto en lo emocional como en lo físico. Cuando uno va sumando años sabe perfectamente que sus posibilidades para representar a su país se reducen cada vez más. Algunas posiciones como la de portero no aquejan tanto el añadir velas a la tarta, pero otras sí que lo hacen. Aun así, la esperanza nunca se pierde. "Cuando me retiré la perdí", explica entre carcajadas Xabi Pireto, quien colgó las botas en 2018.
Uno que lo daba todo por perdido cuando todavía jugaba un buen fútbol era Andrés Palop. El guardameta valenciano pasó una época dorada en el Sevilla. En su caso, la llamada sí que llegó. En sus carnes vivió el que titulo que desencadenó una época historia en el fútbol mundial, la Eurocopa de 2008. Un absoluto sueño y regalo, pero el culmen del debut nunca llegó.
"Del Bosque convocó a todos los campeones menos a mí. En ese momento podría haber sido el debut, aunque sea por el agradecimiento. Ahí me dolió un poquito. Del Bosque reconoció que le faltó tacto"
Exportero del Sevilla"Para mí simplemente la llamada fue muy especial. No formé parte de las inferiores de España y me vino la ocasión con 34 años, cuando ya creía que era imposible ir", relata. Palop entró en la lista para la Eurocopa de Alemania, para los amistosos previos, pero pese a las diversas citaciones, jamás vistió de corto con La Roja. "Fue una alegría tremenda, no era habitual con la edad que tenía. Sabía que desbancar a Casillas y Reina era imposible, pero asumí el rol del tercer portero. Al final piensas que en los amistosos antes de ir puedes jugar algunos minutos, pero no ocurrió".
La falta de tacto de Vicente Del Boque
Una de las oportunidades más claras de debut para Palop se presentó junto con el anuncio de un partido amistoso entre España e Inglaterra en el Ramón Sánchez-Pizjuan. Uno de los primeros partidos de la era Del Bosque, parecía la oportunidad perfecta para cumplir en ansiado sueño del debut. "Siempre me quedará ese sabor amargo de no debutar, aunque no estaba en mis manos. Me faltó un pequeño detalle que a mí siempre se me quedará en la memoria".
"Después de quedar campeones de la Eurocopa hicimos un partido en el Sánchez-Pizjuán ante Inglaterra. Era el primer amistoso tras la marcha de Luis Aragonés, fue Del Bosque quien convocó a todos los campeones menos a mí. En ese momento podría haber sido el debut, aunque sea por el agradecimiento. Ahí me dolió un poquito. Es cierto que Del Bosque reconoció que le faltó tacto, pero bueno, no se me queda ningún resquemor", explica el guardameta.
La promesa del bigote
En la historia del fútbol español ha habido grandes y muy reconocidos bigotes. Del Bosque, Carmelo, Abadía... Esa elegancia a la antigua sigue viva, al menos en el rostro de Roque Mesa (Las Palmas, 1989). El canario hizo una apuesta con su mujer: "Me afeito el bigote cuando me llame la Selección", explicó en una entrevista con La Provincia en 2016.
Esa apuesta sigue en pie a día de hoy, dado que nunca ha recibido la llamada de la absoluta. "Jugar con La Roja es mi sueño desde niño", prosiguió en el citado medio. Por ahora, ese deseo no se ha cumplido, pero el bigote es ya una seña de identidad para Roque Mesa. "Lo que comenzó como una historia se ha convertido en parte de mi imagen personal y hoy en día lo tengo como parte de mi imagen".
Como la suya son tantas las promesas que han quedado en limbo ante la caprichosa llamada. Ese telefonazo que unos daban por descontado en cada parón de selecciones y otros por imposible, dependiendo de los factores. Para unos una espinita, para otros algo que ni les perturbó el descanso.