Las 24 horas y 1.000 partidos de Pepe Reina: "Ahora estoy 'cagao' antes de cada partido"
El portero del Villarreal, a sus 40 años, comparte una jornada con Relevo cuando está a punto de cumplir 1.000 encuentros como profesional.
"No he hecho esto en mi vida". Son las 8 de la mañana y nos cita en su casa de Villarreal. La mayoría de sus compañeros viven en Benicássim, pero él prefiere sentirse más cerca del pueblo que le ha vuelto a acoger.
A esa hora pasea cada día a su perro Simba y luego lleva a sus cinco hijos al colegio. Cuando dice que es la primera vez que hace algo así se refiere a recibir a la prensa en su casa, acceder a pasar todo un día con él, compartir la intimidad de su hogar mientras desayunan, organizan sus mochilas y se apuran para no llegar tarde. "Aquí es imposible aburrirse", dice su mujer, Yolanda, con la que lleva media vida y con la que se entiende sólo con mirarse. Confiesa que gracias a ella sigue jugando al fútbol.
Después de 23 años como profesional, ha vuelto a la que fue su casa, antes de defender la portería del Liverpool, Bayern Munich, Nápoles, Milan, Aston Villa y Lazio. En la mayoría de equipos partía como suplente, y en la mayoría de ellos, terminó siendo titular. Es lo que le está sucediendo esta temporada en el Villarreal, con el joven Jörgensen achuchándole. Podría parecer que Reina, ya en los cuarenta, volvía para tener un papel secundario, casi conformista, y retirarse cuanto antes. Sin embargo, este miércoles, frente al Cádiz, cumple su partido 1000 como profesional.
Le acompañamos durante todo el día intentando saber cuál es su secreto. Le brillan los ojos explicando lo que todavía siente cada mañana en ese trayecto y al cruzar la puerta de la ciudad deportiva. Desayuna con todos los compañeros, saluda uno a uno a todos los trabajadores que se va encontrando, y si no, va a buscarles. Se sabe los nombres del personal de recepción, limpieza, cocina, utilería... Es el único que entra a dar los buenos días a los cocineros y preguntarles qué hay de comer. De ahí al gimnasio, entrenamiento, tratarse con los fisios, elegir uno de los menús dispuestos por los nutricionistas y llevarse la cena a casa. Después, la siesta, ese entrenamiento invisible tan necesario para seguir en forma. Además, todavía tiene que recoger a sus hijos y llevarles a las extraescolares. O al fútbol, porque uno de los niños juega de defensa y el otro, de portero.
Los dos dejaron una imagen imborrable cuando en el último Villarreal- Barça, hicieron de recogepelotas. O más bien, de angelitos de la portería de papá: "Nunca me critican, para ellos siempre lo hago bien. Siempre la culpa es de los otros, porque me han dejado solo". Responde firme a todas nuestras preguntas, aunque casi se le escapa alguna lágrima al hablar de sus hijos o de su padre, Miguel Reina. También cuando le pedimos que se imagine una vida sin fútbol. "No, me da pánico hacerlo", confiesa.
En el Mundial se demostró que para ser campeones siempre se necesita un Pepe Reina en el equipo. Carismático, serio cuando toca, alegría a todas horas y sobre todo, un sentido de la responsabilidad que va en aumento en cada partido. Para ello sigue unos cuidados y una rutina que para entender cómo consigue seguir al máximo nivel, nos deja vivirla con él. Definitivamente, el secreto está en las ganas.
¿Qué es lo primero que se te viene a la cabeza cuando te digo que vas a cumplir tu partido 1.000 como profesional?
Que hay muy poca gente que lo haya conseguido, que he tenido mucha suerte con las lesiones, la fortuna de contar para muchos entrenadores… Cuando empecé en esto no podría haberlo imaginado jamás.
Sin embargo, Pepe, hace unos tres años se te pasó por la cabeza dejar el fútbol.
Ha habido más momentos así, pero gracias a Dios tengo un martillo pilón a mi lado, mi señora. Cuanto más abajo estaba, más tiraba ella. Tenemos un animal que nos representa, el Ave Fénix, y debíamos pasar etapas malas para remontar el vuelo y que no acabara nunca. Es bonito recordar el haber pasado por ello para hacerte más fuerte. Me iba a arrepentir si tiraba la toalla. Aunque no haya tenido muchas lesiones, en Múnich estuve tres meses sin poder jugar por el gemelo, y yo no estaba acostumbrado. Ese año empezaron a ponerse difíciles las cosas. Luego salimos a Nápoles y fue todo rodado. El Milan fue para seguir jugando porque iban a vender a Donnarumma, pero no fue así. Volvía a ser suplente, tuve algunas lesiones pequeñas, y aunque me sintiese un privilegiado, tenía ese 'run run' de si estaba o no para ese nivel.
La duda más fuerte fue en Birmingham (Aston Villa), porque que la pandemia nos ha dejado a todos distintos de la cabeza, y hemos tenido tiempo para pensar muchas cosas.. Estaba fuera de forma, anímicamente no estaba en un momento bueno y pienso seriamente en dejarlo. Estamos hablando de hace 4 años. Y aquí seguimos. Tengo pasión por esto, me siento vivo, no me veo retirando porque me hace falta, necesito venir cada día a entrenar, vivir el ambiente del vestuario, soy una persona muy de fútbol. El día que me falte, será un golpe fuerte.
¿Piensas en ese día?
No, me da miedo pensar que se me va a acabar. Tiene que ser así porque tengo casi 41 años, pero como es lo que he hecho desde que tengo uso de razón. No me veo en mi casa llevando a los niños al cole y quedándome haciendo recados, sino que mi idea es seguir en este mundo, como entrenador o asistente.
"No me veo en mi casa llevando a los niños al cole y quedándome haciendo recados, quiero seguir en este mundo, como entrenador o asistente"
Tal vez si piensas en ello, lo visualizas, y te da más claridad.
Todos nos tenemos que preparar psicológicamente con terapia y unas pautas, en mi cabeza no me lo planteo, pero va a llegar, unos meses antes iré a terapia. Hablando con excompañeros me han dicho que es un golpe duro para ellos, sus parejas, sus rutinas…
Pero tú eres un tipo duro, ¿no?
No te creas. Soy mucha fachada. Soy blandengue aunque parezca que no, soy fuerte mentalmente porque le fútbol me ha llevado a eso, también tengo muchos momentos de miedos, inseguridades, preguntas….
¿A pesar de tu experiencia, en los últimos años sientes más inseguridad?
Ahora estoy 'cagao' antes de cada partido. Pero es por el sentido de pertenencia de verdad, la responsabilidad, el querer hacer las cosas bien, devolverles la confianza que me han dado a mi edad. La gente te está esperando, eres un viejo, y en el primer o segundo fallo, es normal que te quieran retirar. No me da miedo por las críticas, sino por desaparecer del radar e ir apagándome, me da pánico.
"Ahora estoy 'cagao' antes de cada partido. La gente te está esperando, eres un viejo y al segundo fallo te quieren retirar"
Entonces no es inseguridad.
No. Es diferente tener un miedo sano a cometer errores, pero no es inseguridad. Cuando entras al campo, la experiencia se nota.
¿Cómo ha ido mutando el Reina portero?
Eso te lo da la edad, no estoy igual físicamente que hace diez años, antes tenía más chispa, más fuerza, pero sigo haciendo todo lo posible por estar en esos niveles competitivos. Y hay una cosa que te da el jugar mil partidos, y es entender cuándo el partido necesita una cosa, cuándo se van a producir diferentes partidos en el mismo, cómo ayudar a un compañero para que se coloque mejor… La experiencia te hace pasar con mayor facilidad por los momentos complicados de un encuentro.
¿Te afecta que algunos te hayan valorado más por ser el gracioso que por el portero que eres?
No, porque honestamente te digo que si estoy jugando con 40 años es, en parte, gracias a mi carácter, no sólo a mis dotes futbolísticos. Para mí es un elogio que un vestuario busque una figura como la mía. Eso habla bien de mí, no me lo puedo tomar de forma negativa. Tonto sería yo si hiciera caso a la gente que piensa que por ser gracioso he jugado 14 años en la Selección o en los mejores clubes de Europa. Pero mi carácter me ha ayudado a tener una carrera más longeva.
"Tonto sería yo si hiciera caso a la gente que piensa que por ser gracioso he jugado 14 años en la Selección o en los mejores clubes de Europa"
A veces los periodistas te han podido más por 'gracioso'. ¿Eso no te ha molestado?
Tuve momentos sobre todo en los años más candentes de la Selección, cría fama y échate a dormir, es normal que llevase esa etiqueta, pero mejor que te tomen por una persona simpática que por un rancio y un 'saborío'.
¿Cómo fue lo de tener a tus hijos como recogepelotas en el Villarreal- Barça?
Fue una ilusión tremenda, ahí te quedas cuenta de que te queda poco. Ves a los hijos grandes, están viviendo los últimos partidos de su padre. Era como tener dos angelitos de la guarda en la portería, cada vez que están cerca es un orgullo para mí.
¿Cómo eres como portero?
Fui moderno en su época cunado no se jugaba tanto con los pies. Me habían educado así desde que tenía 13 años y entre comillas fui un adelantado a mi tiempo. Luego me fui adaptando, según en qué ligas estaba, en Inglaterra por ejemplo debía más valentía para salir porque te defienden menos. En Italia el fútbol era más táctico y los entrenadores querían jugar con la línea más replegada, etc.
¿Cuándo te has sentido mejor en una portería?
El inicio con Benítez en Liverpool fue muy bueno, y en Italia con el Nápoles. Llegas a una liga donde no te conoce, con el beneficio de la duda, pero también con la sospecha de que quizás no eres lo que necesitas. Cuando te vas ganando a la gente, es muy bueno. Con Sarri luego disfruté mucho de fútbol.
¿Qué te gustaría tener tú de los entrenadores que te han dirigido?
La sapiencia de Guardiola a nivel táctico está por encima de todos, no es un demérito de los demás, sino que ve lo que otros no ven. En el trato humano y en lo empático, Gattuso me llenó mucho como persona, y eso que estuve poco tiempo con él. Si algún día tengo que gestionar un vestuario, me gustaría parecerme a él. Es un tío de verdad, hay otros que te quieren llevar al huerto.
Intentaré no hacer algunas cosas de Sarri en mi última etapa en la Lazio, tampoco algunas de Brendan Rodgers… el aprendizaje tiene que ser de lo bueno y de lo malo. Vicente Del Bosque cuando cogió el testigo de Luis, y fue igual de sabio. Fue una transición muy discreta, suave, llevadera. Tenía un vestuario hecho, un grupo fácil, y él aparcó su ego.
¿Te ves en su lugar?
Me veo como un futuro entrenador, sin duda. Me quiero empapar de muchos a los que admiro, hay una base desde el otro lado que quiero aprovechar.
¿La portería otorga una visión especial a la hora de ser entrenador?
Tenemos la suerte de ver todo desde atrás, creo que los entrenadores que salen más curtidos de sus carreras son los centrocampistas. Más allá de la posición es que te guste, que tengas inquietudes, que te vayas actualizando, rodearte de un cuerpo técnico importante…
¿Cuál sería el tuyo?
No sé, van saliendo, tengo mis ideas. Prefiero esperar, para mí lo más importante es que sea gente leal, que vaya a muerte contigo, y tenga la misma hambre.
¿Con quién has tenido más 'feeling' en todo esto, con quién has coincidido más en cómo entender el fútbol y la carrera de futbolista?
El fútbol te da muchos conocidos y pocos amigos, y para mí un referente como profesional y persona es Lucas Leiva. Me ha enseñado muchísimas cosas, estuve 5 años en Liverpool y no tuvimos la cercanía de las dos temporadas en la Lazio. Le escuchas y aprendes, pasa lo mismo con López Vallejo, que habla y te quedas con la boca abierta, no me extraña que ahora sea el psicólogo de la selección española. Hay que conservar a esas personas, a veces se te parte el alma cuando tienes que despedirte de la gente de cocinea, utilería… Todo eso lo he cuidado siempre mucho.
¿Cuándo has tenido esa sensación de que todo está bien?
Es que me encanta disfrutar del día a día, y es lo que me llena, no ganar un título. Es todo el camino y con quién lo haces, vivir una broma, un viaje, una partida de cartas… Hay que saborearlo y ahora lo estoy haciendo aun más, porque sé que se me acaba. Está siendo un final soñado, todo este año ha sido un regalo.
¿Tenías claro que al Villarreal venías de suplente?
Sí, venía como un segundo a competir, porque siempre he sido una bestia, pero de repente venden a Gero Rulli y te dan la oportunidad de ser primero. No puedo pedir más, porque no es fácil que apuesten por ti. Hemos trabajado bien y ojalá sea para muchos años más.
¿Eres de los que intuye cómo te van a terminar yendo las cosas?
Lo que no soy es conformista y si a veces me he movido más de la cuenta ha sido por eso. Podría haberme quedado en Milan de brazos cruzados cobrando un pastizal. Preferí echarle huevos, irme a salvar a un equipo y llevarme a la familia a otro país, aunque fuera para seis meses. Gracias a eso he podido seguir 5 años más en el fútbol, por ejemplo.
"No soy conformista y me he movido más de la cuenta por eso. Podría haberme quedado en Milan de brazos cruzados cobrando un pastizal. Preferí echarle huevos, irme a salvar a un equipo y llevarme a la familia a otro país, aunque fuera para seis meses"
Alguno podría pensar que te venías al Villarreal a retirarte y conformarte.
Eso es que no me conocen. Hablé con ellos, les dije que me iba a entregar. En principio venía para un año y quería saborearlo, tengo la sensación de que va a acabar muy bien.
¿Esperas que el partido 1.000 no sea de los últimos con el Villarreal?
Quiero que esto siga mientras yo sea de ayuda y esos lo vean así. Ya he dicho que quiero que el Villarreal sea mi última parada, tengo más hambre, más ganas y creo que estoy para algo más.
¿Hablas después de los partidos con tu padre?
Pocas veces. No ha sido el típico padre de comentarme los partidos, me ha dado consejos más humanos de padre a hijo que de portero a portero, y se lo agradeceré eternamente. Voy a hacer lo mismo con mi hijo. Me ha permitido caerme y levantarme yo solo.
¿Tú cómo eres como padre?
Intento ser protector, amigable, pero con la franja de que sepan que soy su padre. Hay fronteras que no se pueden traspasar, aunque sea cercano. Intento ser ejemplar, porque creo que con la imitación se consigue la educación perfecta.
¿Y cómo crees que te ven ellos a ti?
Un pelín menos severo que su mamá, tiene que reñirles más porque pasa más tiempo con ellos, pero con todos hay una cercanía importancia. Espero que sea toda la vida así, considero que su madre tiene que ocupar un lugar que a veces a mí no me pertenecen contarle cosas que a mí no pueden contarme, cada uno tiene su espacio y para mí es importante ese equilibrio entre su padre y su madre.
¿Cuántos fichajes truncados, como el del PSG, has tenido?
Estuve cerca de volver al Barça un par de veces, la última fue cuando firmaron a Ter Stegen, era él o yo. Y el año antes, cuando Víctor se iba, hablé con Tito Vilanova, que en paz descanse, y me dijo que me habían elegido a mí, me mandaron los contratos, hasta que Valdés dijo que no se iba. Antes de fichar por la Lazio, estaba todo arreglado con el Valencia. Estuve cerca del Atlético antes de que firmaran a Oblak, y les ha ido mejor. En 2018 el PSG me llamó, ya eran finales de agosto, ofrecieron pasta, pero acabamos haciendo el pacto del Scudetto, en el que todos se quedaran. Tampoco me obcequé con las formas, que para mí son muy importantes, y le debía muchas cosas a esa plaza.
¿Los porteros tenéis una 'pedrada'?
No, la gente confunde el sentido de la responsabilidad y el puesto tan ingrato, nos hacen de otra pasta, pero no porque estemos locos. Hay laterales que están como una puta cabra. Somos valientes, aguerridos, y entre nosotros nos cuidamos y respetamos mucho.
"¿Los porteros somos locos? Somos valientes y aguerridos pero hay laterales que están como una puta cabra"
¿Te pone cuando Vinicius se te acerca a la portería?
No, porque lo que intenta es joderte. Pero me gustan esos estímulos cada vez que el rival pasa de medio campo, si no estás así, te pueden sorprender, si estás con urgencia y cagazo de defender a muerte lo que tenías detrás, te hace estar más preparado.
¿Qué delantero te ha puesto en más apuros?
En mi época de Italia fue el Cholito, el hijo de Simeone. Me metió cuatro con el Verona y el año anterior tres con la Fiorentina. Yo debo ser su portero favorito. Fuimos a un amistoso en diciembre, él no jugaba. Cuando le fueron a cambiar, le dije que no le iba a dar ni tiempo a que me metiera otro.
Con Drogba la he tenido muchas veces, y con Henry igual. Son jugadores que en su máximo nivel estaban a la altura de Cristiano o Messi.
¿De los actuales, cuáles son los porteros que más te gustan?
Me gustan varios. Maignan del Milan me encanta, reúne muchas condiciones en las que me veo reflejado. Me parecen extraordinarios Kepa y Courtois. Unai (Simon) está llamado a ser mejor de lo que ya es, tiene que seguir creciendo, aún le falta fuego, pero seguro que marcará una era con España.
De los porteros que has conocido en estos 24 años, ¿qué es lo mejor que has visto? ¿Con qué te quedas de cada uno de ellos?
Por la continuidad y lo que le gusta esta profesión, Buffon. El portero que cambió lo antiguo a lo moderno, Molina. En lo antiguo: Zubizarreta. Con los pies Neuer marcó una época en la salida de balón. De Iker (Casillas) me quedo con que en los momentos clave, siempre aparecía. Como su apodo indica, ha tenido un santo pero eso no es casualidad, eso es tener una mentalidad especial, porque no era un gran trabajador ni muy metódico, y siempre aparecía. Era el Iker persona.
Por arriba es difícil que un portero marque diferencias, pero en Inglaterra Van Der Sar fue un prototipo muy seguro, igual que Cech… Courtois es valiente por arriba.
¿Y de ti?
Con mí 'culo', con esa suerte de seguir en activo. Con la perseverancia, porque he sido siempre cabezota, ganador, muy pesado. Me he divertido mucho fuera del campo, pero luego era el primero para trabajar.
¿Crees que podrás ser feliz el día que cuelgues los guantes?
No lo sé, no creo. Tengo mis razones para ser muy feliz, pero una de las razones para serlo es el fútbol. Será necesario tenerlo en mi vida.