REAL MADRID

"Iker Casillas era un porterazo; nunca olvidaré la mentira que se dijo sobre nosotros"

Silvino Louro, que trabajó 18 años como preparador de porteros de Mourinho, habla con Relevo de Cech, Vitor Baia, De Gea y, por supuesto, de Iker.

Silvino Louro, de espaldas, se dirige a Iker Casillas en un entrenamiento de 2012. /Getty
Silvino Louro, de espaldas, se dirige a Iker Casillas en un entrenamiento de 2012. Getty
Enrique Ortego

Enrique Ortego

El fútbol español, posiblemente, siempre le reconocerá como el perenne entrenador de porteros de José Mourinho, con quien trabajó 18 temporadas, tres en el Real Madrid (2010-13), pero detrás de Silvino de Almeida Louro (63 años) hay también una historia propia forjada en sus 23 años como guarda-redes internacional. Desde sus 185 centímetros disputó dos finales de la Copa de Europa en 1988 y 1990. Las perdió ambas contra el PSV y el Milán, pero se tomó la revancha a nivel doméstico. Ganó seis Ligas de Portugal, cuatro con el Benfica y dos con el Oporto; tres Taças con los de La Luz y dos Supertaças, una con cada club. Un total de 11 títulos como jugador y 28 como entrenador de porteros, 25 de ellos con Mourinho con quien fue campeón en cuatro países: España (Real Madrid), Inglaterra (Chelsea), Italia (Inter) y Portugal (Oporto).

Ahora vive con su familia en Madrid, donde pasó la pandemia y donde espera un penúltimo proyecto que le permita poner punto final a su carrera. "Creo que todavía puedo ayudar desde mi experiencia de 23 años de guardameta y otros tantos como preparador de porteros". Tuvo ofertas de China y de Catar. También del Leganés antes del descenso, pero Silvino quiere un proyecto donde sepa que va a poder exprimir sus conocimientos de casi medio siglo en la portería.

No es amigo de conceder entrevistas. Todo lo contrario. Busquen en Internet. Siempre le gustó estar en la sombra de sus jefes y, además, en su etapa del Real Madrid tuvo una mala experiencia con la Prensa. Desde entonces anda receloso con todo lo que huela a medio de comunicación. Realmente, hay que ser sincero, lo que vamos a leer a continuación no iba a ser una entrevista como tal, pero entre uno que pregunta y el otro que responde, la jugosa charla futbolística sobre su vida y experiencias profesionales no podía quedarse olvidada en unas cuantas notas sin publicar. Hubiera sido un pecado. Silvino se ríe... "Al final ha terminado haciéndome la entrevista...".

Silvino Louro y José Mourinho, en la etapa en el United.
Silvino Louro y José Mourinho, en la etapa en el United.

Ya que estamos, empecemos por el Real Madrid. No sé si su recuerdo del club blanco, diez años después, es bueno, regular o malo.

Bueno, bueno... hombre. ¡Es el Real Madrid! Vivo en Madrid. Nunca escupiré en el plato que me dio de comer. Y a mi edad, mucho menos. Yo estoy agradecido a todos los clubes donde trabajé. En el Real Madrid ganamos la Liga de los 121 goles, que se dice pronto, pero fueron 121 goles, un récord en la historia del club. Ganamos al Barcelona la Copa de la parada de Casillas y el gol de Cristiano Ronaldo y la Supercopa correspondiente también al Barcelona. Y no ganamos más por cuestiones muy puntuales. No es normal que en las semifinales contra el Bayern, en la tanda de penaltis, fueran a equivocarse los tres especialistas del equipo: Sergio Ramos, Kaká y Cristiano... Eso no es lógico. En esa final contra el Chelsea debió estar el Real Madrid.

"No ganamos más en el Madrid por cuestiones puntuales. No es normal que Ramos, Kaká y Cristiano se equivocaran en los penaltis contra el Bayern"

Silvino Louro Preparador de porteros del Real Madrid de Mourinho

En esa etapa blanca vivió usted una situación muy tensa con la Prensa. Se contó que Mourinho y usted habían tenido un problema con un periodista de Radio Marca, Antón Meana, y también se publicó que estuvo dos meses sin hablarse con Iker Casillas...

No me gustaría hablar mucho del tema Iker precisamente por todo lo que se dijo entonces sobre nosotros. No quiero más malentendidos. Ya me quedé muy ofendido entonces. Se mintió sobre mí. Se dijo que yo había estado dos meses sin hablarme con Iker. Eso fue mentira. ¿Dos meses sin hablar? Si trabajábamos todos los días juntos, cómo no vamos a hablarnos. Ni un día, ni un día... Me acuerdo hasta del día que salió la noticia: 26 de diciembre de 2012. Me dolió tanto que se dijera eso que nunca se me olvidará la fecha. Después, dijeron también que yo era el chivato de José (Mourinho). Qué le voy a contar yo a José que él no pudiera ver. Él estaba ahí todos los días, igual que yo.

(Con un gesto y unos segundos de silencio que parecieron minutos me da a entender que la 'charla futbolística' no puede transcurrir por esos derroteros. Tiene razón. Cambio de tercio).

Silvino Louro, en el Real Madrid.  Real Madrid.
Silvino Louro, en el Real Madrid. Real Madrid.

Hablarle a usted de Mourinho, es hablarle de su mejor amigo...

Con decirle que nos llamamos 'Mano', como si fuera hermano en español, ya queda dicho todo. Yo le llamó así y él me llama así. Es portugués sería 'irmao'. Es una forma cariñosa de tratarnos. Si no fuese por él nunca hubiera tenido la posibilidad de ganar tantos títulos como técnico, lo mismo que se puede decir que todos nosotros, su cuerpo técnico, también le ayudó a ganar todo lo que ganó. Éramos un equipo de verdad. Estuvimos 18 años juntos. Cuando yo entré en ese equipo técnico, Rui Faria ya estaba con él. La primera vez que coincidí con 'Mano' fue cuando él llegó al Oporto en 2001. Yo ya estaba allí de preparador de porteros. Compartía el club y la selección portuguesa. Daba la casualidad de que los dos nacimos en Setúbal. Su padre era portero. Después de jugar en el Benfica fui para el Vitoria de Setúbal y su padre, que era entrenador, trabajaba en el club haciendo los informes de los rivales.

"Solo quien no conoce a Mourinho puede hablar mal de él. Es trabajador, muuuyyyy inteligente, generoso, se anticipa a lo que va a pasar en los partidos..."

SILVINO MOURO Entrenador de porteros del Real Madrid de Mourinho

Se separaron ustedes en el 2019. Ya no fue con él al Tottenham. ¿Pasó algo?

Así fue, pero no pasó nada entre nosotros. Nada. Nuestra relación continúa siendo la misma. Todos los días nos ponemos mensajes. Hoy mismo. A las 11:00... (enseña el teléfono). Siga 'mano', adelante... Solo quien no conoce a José puede hablar mal de él... Solo quien no le conoce. Es grande. Es muy generoso. Es muy trabajador. A las siete y media ya está preparando los entrenamientos y se va cuando no hay sol. Siempre tres horas antes. Y es muuuuyyy inteligente. Para cada partido tiene un plan A, un plan B y un plan C. No está bien que lo diga yo, pero Mourinho sabe muchas veces lo que le va a hacer el contrario, antes de que el propio contrario lo haga. Anticipa al adversario. No sé cómo, pero es así. Ves un partido con él y te anticipa lo que va a pasar. Es amigo de sus amigos, pero los que le hacen mal más vale que escondan la cabeza... Aunque tampoco es rencoroso como para no olvidar nunca. Si estás cerca de él, solo hablarás de fútbol.

A usted nunca le dio por ser primer entrenador a pesar de que tiene el título.

No. Siempre quise hacer lo que me gustaba y trabajar en lo que sabía. Yo fui portero 23 años y es de lo que realmente sé. Tengo mucha más capacidad que para ser entrenador principal. Nunca tuve esa tentación. La verdad es que tal y como trabajábamos con José, todos hacíamos de todo y todos lo hacíamos para él. Cada uno teníamos nuestra especialidad, pero el trabajo era común, Creo que ahora Ancelotti en el Real Madrid también trabaja así. La segunda vez que estuvimos en el Chelsea, cuando nos fuimos de aquí, sí es verdad que no fui entrenador de porteros como tal. Steve Holland, José Morais, Rui Faria y yo éramos los cuatro existentes y el preparador de los guarda-redes era un francés y quisimos que siguiera formando parte del cuerpo técnico, Christophe Lollichon.

La verdad es que hay pocos porteros que sean primeros entrenadores... Al menos en la élite.

Sí, hay pocos que sean reconocidos a nivel internacional Que yo conozca, Lopetegui y Nuno Espírito Santo. En España no hay mucha costumbre. Ni Arconada, que a pesar de su gran trayectoria, quedó marcado por aquel gol de la final de la Eurocopa 84 y, sin embargo, había hecho un gran torneo y siempre fue un gran portero. Me acuerdo bien de aquella situación, En las semifinales, Francia nos ganó a Portugal (3-2) y España a Dinamarca en la otra... Tampoco Zubizarreta fue entrenador, prefirió ser director deportivo, ni Iribar...

Bueno, Iribar hizo sus pinitos en las divisiones inferiores del Athletic, en el filial y un año con el primer equipo, la temporada 86-87.

Yo era un gran fan de Iribar. Cuando comencé a jugar en el Vitoria de Setúbal, él todavía jugaba en el Athletic. Vestía de negro. Y me gustaba también por eso. Me hubiese gustado vestirme como él, pero en Portugal no se podía porque era el color de los árbitros. Le vi jugar... Yo jugaba de verde. Y vestirse de verde en el Benfica era un problema por la rivalidad con el Sporting de Portugal. Ha sido muy bonito el homenaje que se le ha dado ahora a Iribar por sus cumpleaños... que todos los porteros vistieran de negro.

Por sus manos, entre otros, han pasado media docena de porteros extraordinarios. Preséntenoslos desde el conocimiento de quien ha trabajado con ellos todos los días.

Para mí es una felicidad eterna haber trabajado con estos porteros, de los mejores del mundo. Porteros que estaban a la altura de de los clubes en los que jugaban.

Vitor Baia en el Oporto.

Habíamos jugado juntos en el Oporto. Él estaba en su plenitud y yo ya había pasado los 35. Al año siguiente se fue al Barcelona y yo me quedé. Su mejor virtud era cómo atajaba los centros. Cogía el balón con las dos manos arriba del todo (se pone de pie para explicarlo). Allí no había delantero que llegara. Me gusta guardar en mi memoria grandes paradas de mis porteros. Suyas recuerdo varias en un partido de vuelta con el Oporto en Atenas contra el Panathinaikos. Nos ganaron en Oporto (0-1) y recuerdo que Mourinho cuando pasó cerca de los jugadores griegos que estaban celebrando, les dijo: 'Esto no ha acabado todavía'. Allí ganamos 0-2 y Vitor estuvo descomunal.

Silvino, en el Chelsea.  AFP
Silvino, en el Chelsea. AFP

Peter Cech.

Su caso es muy curioso. Cuando llegamos la primera vez al Chelsea en la temporada 2004-05, Carlo Cudicini, el italiano, había sido nombrado el mejor portero de la Premier y en teoría iba a ser el titular. Se lesionó en un codo y pusimos a Cech y se quedó para siempre. José me preguntaba: 'Silvi, ¿portero?'. Y le dije que Peter Cech. '¿Por qué?', me preguntaba. Y le decía que, a sus 22 años, era ya un gran portero. Era un profesional. Había que verle entrenarse. Su gran mérito era el trabajo. Tenía todo lo que a un entrenador le gusta. Era muy serio, estaba siempre muy concentrado.

"El día que se lesionó Cech, se nos lesionó también Cudicini, que le sustituyó. Se tuvo que poner de portero Terry y le tuve que prestar yo mis guantes porque los otros no le cabían. Cech nunca se acordó de nada de lo que le sucedió"

SILVINO MOURA Entrenador de porteros del Real Madrid de Mourinho

Vivió en directo su lesión en la cabeza por la que luego siempre jugó con casco.

Sí, fue un partido en Reading y se nos lesionaron los dos porteros en el mismo partido. Cech, en el primer minuto. Fue un balón en profundidad, él salió hacia el lateral del área grande, se tiró al suelo y atrapó el balón. El delantero le golpeó con la rodilla en la cara. Peter quedó tendido. Intentó levantarse, se puso hasta de rodillas, pero los médicos llamaron a los asistentes y salió en camilla del césped. Luego vino la ambulancia. Fue un susto tremendo. Unos minutos después, en un balón alto, Cudicini, que le había sustituido, recibió otro golpe en la cara. Cayó como un saco. También se lo tuvieron que llevar. Tuvimos que improvisar sobre la marcha y se puso de portero Terry. Me acuerdo perfectamente que le di mis guantes porque, como Cudicini tenía la mano muy pequeña, los suyos no le cabían. Le ayudé a ponérselos. Parecía que tampoco le entraban. Solo le dije una cosa: 'John no bloques el balón; tú, despeja, despeja'. Cuando acabó el partido nos fuimos todos al hospital a ver a Peter. Le tuvieron que operar del cráneo, se le había hundido. Estuvo casi cuatro meses sin jugar y desde entonces lo hizo con el casco. ¡Un gran susto! Después intentamos ayudarle entre todos. Él nunca pensó en lo que le había sucedido. Además no se acordaba. Lo último que recordaba era el saque del centro. Nada más. Cuál no sería su capacidad de sacrificio que estaba haciendo unos cursos en Praga y se iba todas las semanas para terminarlo. Era, muy inteligente. Perdón. Lo sigue siendo.

En el Inter se encuentra con el brasileño, Julio César.

No era muy conocido en Europa cuando llegamos al Inter, pero ya llevaba allí tres años. Era un portero muy seguro. Jugaba muy bien con los pies. Era muy ágil, elástico. Con él ganamos la Champions en el Bernabéu. Fue una pieza clave durante toda la competición. Sobre todo en las semifinales contra el Barcelona. Habíamos trabajado mucho esa jugada de Messi que buscaba el ángulo con la izquierda llegando en diagonal. Le hizo una parada extraordinaria. En la final también hizo dos decisivas. Julio daba seguridad a sus defensas. Eso es muy importante para un portero.

Y llegamos a su 'amigo' Iker Casillas.

Otro gran portero, de gran calidad. Un porterazo.

¿Cómo era el Iker portero? ¿Cómo era el trabajo diario con él?

Iker trabajaba, trabajaba... Como lo hacía Dudek, como Adán, como lo hacían los otros dos porteros que subían de abajo, Pacheco y Jesús. También trabajó con nosotros Mejías, que después jugó con Karanka cuando estaba en el Middlesbrough. Siempre quise conocer a todos los porteros que teníamos cerca. Iker dentro de la portería era muy bueno, era rápido, muy ágil. A veces tenía problemas con los centros laterales, pero eso ya se sabía cuando yo llegué y se ha dicho siempre. No es nada nuevo. Eso lo trabajamos más porque lo normal es eso, incidir en lo que cada uno necesita. La cualidad que siempre destacaré de él es que en los momentos certos, los momentos importantes, siempre estaba ahí... Y tengo ejemplos para decir.

"Iker dentro de la portería era muy bueno, ágil, rápido. A veces tenía problemas con los centros laterales, pero eso no era nada nuevo, ya se sabía cuando yo llegué..."

SILVINO MOURA Entrenador de porteros del Real Madrid de Mourinho

Adelante.

La primera vez que yo me fijé más en concreto en Iker fue en la final de la Champions de Glasgow, en 2002. Nosotros estábamos en el Oporto todavía. Me impresionó la parada que hizo después de un córner en la que voló de palo a palo. Años después, cuando supimos que íbamos a fichar por el Real Madrid, ya me puse a ver vídeos suyos para conocerle mejor y ver cómo trabajaba. Cuando pienso en Casillas, ya en nuestra época, pienso en la final de la Copa del Rey que le ganamos al Barcelona en Valencia. Antes del gol de Cristiano, Casillas hizo tres paradas consecutivas a Pedro, Messi e Iniesta. Sobre todo esta. Y luego ya Cristiano a pase de Di María marcó el gol. Esas paradas de esa noche me recordaron la de Glasgow o la de la final del Mundial a Robben, o antes el penalti que le paró a Cardozo en el partido contra Paraguay. En aquella semifinal del 2012 de la que hablábamos antes, Iker paró los penaltis a Kroos y Lahm... Casillas también estuvo ahí. Era, también, un buen especialista en parar penaltis. Quizás el mejor que he tenido.

Usted, en el libro de Casillas 'La humildad del campeón', cuenta alguna anécdota de cuando entrenaban juntos. Dice que le hacía trampa en los entrenamientos...

Sí, sí... (risas) Ya tenía experiencia y había aprendido a descansar durante los entrenamientos. Por ejemplo, él no me devolvía el balón rápido según yo se lo lanzaba. Me lo devolvía por arriba, como si fuera un globo y así tardaba más en llegar a mis manos. Así entre lanzamiento y lanzamiento mío se tomaba sus segundos de recuperación. También me cortaba la carrera cuando iba a golpear el balón... 'Para, para', me decía, y yo me tenía que parar y así tomaba aire. Eso no me lo había hecho nadie anteriormente. Recuerdo que me inventé una contra-respuesta. Cuando no me devolvía un balón rápido le remataba con otro y así no le daba tiempo.

Sobre Casillas siempre hubo una leyenda no desmentida por sus entrenadores de que le gustaba más jugar que entrenarse. Él nunca dijo lo contrario... De hecho, se reconoció como enemigo de los abdominales, de las sentadillas, de las dominadas... del gimnasio en general. Lo comentaban Manolo Amieiro, su entrenador de porteros desde infantiles, que le conoció mejor que nadie, y José Manuel Ochotorena, con quien coincidió en la Selección... ¿Con las condiciones que tenía si se hubiera entrenado más a lo mejor hubiera sido más de lo que fue, que fue mucho? ¿O no tiene nada que ver?

No tenía maldad al hacer eso, estoy seguro. Lo que está claro es que por muy bueno que sea un profesional no se puede acomodar. Cuanto más se entrene, mejor. Puede que sí, que si le hubiera gustado entrenarse más, hubiera sido aún más de lo que fue. Pero aún así, era un porterazo y él lo sabía. Los días que entrenábamos más de lo habitual, me decía: 'Me vas a matar'. Pero yo seguía y le decía: 'Voy a matar a tu prima'. Siempre bromeaba.

En la biografía de Iker, contaba usted también que antes de llegar al Real Madrid tuvo una anécdota curiosa con él...

Sí. Nos habíamos visto una vez en Madrid, nos presentaron, nos saludamos y nos despedimos sin más. Cuando la final del Mundial, yo estaba en Sudáfrica y le quise desear suerte para el partido contra Holanda. Conseguí su teléfono y le puse un mensaje y firmé: Silvino. Al rato me contestó que quién era, que no me conocía. Le contesté y le dije que era su nuevo entrenador del porteros y me volvió a contestar diciéndome que le había caído muy bien el día que nos habíamos conocido...

Usted decía entonces que, despacito, despacito, Iker iba a llegar a los 40 años en la portería.

Es que cuando estábamos en el Real Madrid se veía venir que iba a ser un 'guarda-redes' de larga duración. Cuando llegamos ya tenía 29 años y cuando nos fuimos ya había pasado de los 30 y físicamente estaba perfecto. El día que tuvo su problema de salud en Oporto, yo iba en el coche hacia Setúbal y llamé al médico, Nelson Puga, y me contó todo lo que le había pasado y que estaba bien y fuera de peligro. Le mandé un abrazo por su intermediación.

"De Gea es un buen portero, para estar tantos años en un club como el Manchester United tiene que serlo. ¿Que no ve de lejos? Sé pero no sé. Antes llevaba gafas, ahora lentes..."

SILVINO LOURO Entrenador de porteros del Real Madrid de Mourinho

Con De Gea coincidió en el Manchester United.

Es un buen portero.. Cuando se están tantos años de titular en un club como el Manchester es que eres un buen portero. ¿Dicen que no ve de lejos? No se sabe... Ja, ja, ja... Sé pero no sé. Llevaba gafas y ahora lentes. Lo sé, lo sé... Hace grandes paradas. Utiliza mucho la mano cambiada, es un buen recurso de buen portero, pero hay que saberlo hacer. Llegas más arriba. Técnicamente quizá no sea perfecta, pero si sabes hacerlo, tu cuerpo te impulsa y llegas más alto (se levanta y explica este tipo de acciones). En los entrenamientos nunca decía nada. Siempre callado. No abría la boca. Venga, venga, venga... trabajar, trabajar

La posición de portero es la que más ha evolucionado en el fútbol en lo que va de siglo. Ahora tienes que saber jugar con los pies obligatoriamente... Se entrena casi tanto como la agilidad, los reflejos, el despeje de puño...

Todo depende de los jugadores que tengas y el estilo de juego que el entrenador quiera para su equipo. Lo primero que tienes que saber es las condiciones de tu portero. Si no tiene técnica con los pies, cómo vas a obligarle a que salga con el balón jugado e intervenga constantemente en la salida del balón. En mis tiempos, los porteros no teníamos que jugar con los pies y no lo entrenábamos. Ahora tienen que jugar con los pies y tienen que entrenarlo para mejorar, pero quien no tenga una técnica innata nunca podrá ser perfecto. Puede mejorar, como era el caso de Iker o ahora el de Courtois, que también es zurdo y cada vez golpea mejor con ese pie. Yo nunca forzaría a los porteros a saber jugar con los pies. A mis porteros les digo que paren las que van dentro de la portería y no se metan las que van fuera...

Eso lo decía Di Stéfano...

No lo sabía... Era un sabio. Después de las condiciones que tenga el portero, yo tendría en cuenta la confianza que los defensas y el mediocentro tengan en él. En cualquier caso el portero tiene que tener personalidad. Y si el entrenador le manda hacer una cosa, debe hacerla sin miedo a fallar, porque normalmente el técnico le va a respaldar aunque falle. Ter Stegen lo hace bien. No le importa que una acción suya errónea pueda acabar en gol en su portería. A la siguiente hace lo mismo, y a la siguiente... El City, por ejemplo, fichó a Ederson, el portero brasileño del Benfica, porque atrae a los contrarios, saca y pone el balón a 60-70 metros con total precisión. Con Mourinho nunca hemos jugado así.

¿Quiere seguir entrenando? Su última experiencia fue en Sudán, en 2021, en el Al Hilal Omdurmam en 2021.

Sí, tres o cuatro aninhos me gustaría. Si me encuentro bien, pues lógicamente pensaré. Eso sí, siempre como entrenador de porteros. Es lo que sé, lo que aprendí y mi experiencia de toda la vida. Y si tengo que ponerme en la portería me pongo. Tengo 86,5 kilos, uno y medio más de cuando jugaba.

Para un portero y para un preparador de porteros es muy traumático no parar penaltis.

Un poco. Yo en la final del 88 contra el Benfica contra el PSV no paré ninguno y me quedé un poco traumatizado. Solo vi una vez esa tanda de penaltis y fue muchos años después. Me atormentaba la idea de no haber podido ayudar a mi equipo. Y eso que mi entrenador de porteros había sido Eusebio, pero no entrenábamos los lanzamientos de penalti. Nada más que la víspera de la final ya en Stuttgart. Bento, que era mi suplente y Eusebio me volvían loco. Silvio para la derecha, Silvio para la izquierda. Estuve a punto de parar el segundo lanzamiento, el de Kieft. Veloso, nuestro lateral, había marcado cuatro o cinco penaltis seguidos y en la final, falló. Lo tiró con una especie paradinha. Si la final se jugara ahora, sería completamente distinto por la información que ahora tenemos de los lanzadores. La final del 90 la perdimos contra el Milán de las estrellas en el Prater. Un gol de Rijkaard, Ancelotti estaba en ese equipo con Baresi, Maldini, Gullit, Van Basten, el propio Rijkaard...