REAL MADRID - BETIS

Así fue el año de Pellegrini en el Real Madrid: fichajes no deseados, presión de la prensa y tensión con Florentino

Repasamos la temporada del chileno como entrenador blanco. Los jugadores recuerdan su metodología a la "vieja escuela".

Manuel Pellegrini, durante un entrenamiento con el Real Madrid./Getty
Manuel Pellegrini, durante un entrenamiento con el Real Madrid. Getty
Jorge C. Picón

Jorge C. Picón

2 de junio de 2009. El Real Madrid presenta a Manuel Pellegrini en el Santiago Bernabéu."Han elegido a la persona adecuada" fue la frase más potente de la presentación. El chileno sería el primer entrenador de la segunda etapa de Florentino Pérez y el encargado de gestionar la plantilla de los nuevos Galácticos con los cracks que llegaron después como Cristiano Ronaldo, Kaka o Benzema. Un reto mayúsculo que empezó con ilusión y acabó en descalabro. Este domingo, Pellegrini vuelve a la que fue su casa durante, posiblemente, la temporada más difícil de su carrera como entrenador.

La pretemporada fue la primera toma de contacto de los jugadores con el entrenador. Venía respaldado por su gran año con el Villarreal, consiguiendo un histórico segundo puesto en LaLiga del año anterior y, algunos antes, acariciar la final de la Champions League. Sus métodos chocaron a algunos. "Metodológicamente, era de la vieja escuela", recuerda un jugador de aquella plantilla.

Sus entrenamientos eran simples, con ejercicios que replicaban situaciones de juego pero sin demasiados condicionantes. Normalmente no los dirigía él sino Marcos Vázquez, su preparador físico, comentaba un canterano que solía subir con el primer equipo. "Los defensas eran los peor parados. En muchas sesiones hacía que una línea de cuatro defendiese un ataque de diez. Lo pasaban mal, pero es verdad que también eso les hacía mejorar mucho".

Manuel Pellegrini habla con los jugadores del Real Madrid durante la pretemporada. Getty
Manuel Pellegrini habla con los jugadores del Real Madrid durante la pretemporada. Getty

Las supersticiones de su segundo

Llegó con Rubén Cousillas, su segundo. Lo que más sorprendió a la plantilla del asistente fue su peculiar forma de tratar de evitar goles en contra. Murmuraba kiricocho cuando había ataques peligrosos contra el Madrid. Los suplentes que se sentaban en el banquillo primero alucinaron, pero acabaron ya acostumbrándose. Normalmente lo decía en voz baja, pero, en otras, elevaba el tono si la ocasión era más clara. Era supersticioso y no le importaba esconderlo. La palabra sigue teniendo recorrido y se sigue usando en situaciones en las que se quiere gafar al rival por algunos jugadores.

Lo que trató de hacer desde el primer día fue poner de su lado a los jugadores. En el vestuario había tres grupos muy marcados: uno de españoles, otro de brasileños-portugueses y otro con el resto de extranjeros. No era sencillo acomodar a los nuevos a un ecosistema que lideraban veteranos como Raúl, Casillas o Guti. Pudo hacerlo en los primeros meses de competición, pero las cosas se empezaron a torcer cuando llegaron las derrotas.

Manuel Pellegrini, en Alcorcón. Getty
Manuel Pellegrini, en Alcorcón. Getty

Las críticas, desde el primer momento, fueron feroces. El chileno, que entendía que los juicios no eran acordes a los resultados del equipo, vio cómo el viento empezaba a soplar en contra. Y todo se agravó con el Alcorconazo. Un jugador que estuvo en aquel partido lo recuerda como uno de los peores de su carrera. Si bien afirma no acordarse de lo que comentó Pellegrini, sí afirma que el silencio tanto en el vestuario como en el autobús de vuelta era sepulcral. Aquel fue el principio del fin, y apenas estaban en octubre.

En ese momento parte de la prensa empezó una fuerte campaña en su contra. "¡Vete ya!" firmaba el diario Marca en su portada tras la derrota 4-0 contra el Alcorcón. Se convirtió en el objetivo número uno de muchos. Esto hizo que rompiese relaciones con los medios y creciese su recelo ante los mismos. Todavía hoy en día son pocos los periodistas con los que mantiene relación en Sevilla.

Relación rota con Florentino

Pero el problema no fue solo la presión mediática a la que fue sometido. Pellegrini empezaba a tener problemas dentro de Valdebebas. Su relación con Florentino ya se había resquebrajado en verano por los fichajes. Pellegrini quería mantener a jugadores como Sneijder o Robben, que acabaron vendidos, mientras que le trajeron a otros que no había pedido. A esto se le sumaba que, tal y como el propio técnico reconoció en 2018 en El Mercurio, recibía presiones para que jugasen ciertos futbolistas. Lo sucedido en Alcorcón no hizo más que empeorar las cosas. Desde entonces, nada volvió a ser igual y se encontró en una situación límite cuando quedaba toda la temporada por delante.

Florentino Pérez y Manuel Pellegrini durante la presentación del chileno. Getty
Florentino Pérez y Manuel Pellegrini durante la presentación del chileno. Getty

Su sentencia fue la eliminación de Champions contra el Lyon. Los blancos cayeron eliminados, de nuevo, en octavos de final y ante un rival que, sobre el papel, era inferior. "La sensación era la de que estaba fuera", dice un jugador que estuvo en aquel equipo. El Ingeniero estaba protagonizando una de las mejores ligas de la historia de los blancos, pero caer en Copa del Rey de la forma en la que lo hizo y en Liga de Campeones, el principal objetivo del club, fue demasiado peso sobre su espalda.

El 27 de mayo, después de acabar segundo en LaLiga a solo tres puntos del FC Barcelona, firmó su finiquito. Florentino tenía atado a Mourinho, que acababa de conseguir la Champions con el Inter. Se acababa una etapa vacía de éxitos pero repleta de momentos que Pellegrini recordará toda la vida. Por talante, nunca ha dado demasiados detalles, pero gente cercana asegura que fue una etapa complicada a pesar de haber cumplido un sueño. Con el paso de los años ha pasado varias veces por el Santiago Bernabéu, y con el Betis volverá a hacerlo.